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En 1992 el fútbol era realmente muy distinto a cómo lo consumimos hoy en día. Bueno, no. El juego seguía su camino cíclico, lo que difería era la forma de organizar las competiciones (entre otras cosas).

Por aquel entonces ‘importaban’ los campeones en Europa y Sudamérica en busca de, en un mundo con distancias aún larguísimas tanto físicas como informativas, debatir cuál era el mejor equipo del mundo. Y en aquel diciembre de 1992 un equipo dirigido por Johan Cruyff y otro por Tele Santana brindaron una fantástica final de Copa Intercontinental que se llevaron los brasileños con un doblete de Raí.

Diniz en una visita a Manchester con Guardiola

Pep Guardiola jugó aquella final siendo un joven canterano totalmente asentado ya en el primer equipo y empapado de la visión del fútbol de su por aquel entonces entrenador. Fernando Diniz tuvo una carrera más discreta como jugador que la del catalán y, quizás, mucho menos publicitada en el tiempo como técnico. Pero a ambos les unen ser alumnos aventajados en los planes que proponían Cruyff y Santana en su momento. Como os decía al principio, el juego es cíclico.

Por todo esto la final del Mundial de Clubes (un torneo que poco recuerda a aquellas Intercontinentales salvo cuando juegan la final el equipo UEFA ante el equipo CONMEBOL pero que regala ocasionalmente capítulos deliciosos con campeones de otras confederaciones) en Jeddah en este 2023 tenía un atractivo en la previa sobre ver al máximo exponente del juego posicional en Europa ante el que está trayendo a la primera línea informativa el juego funcional o relacionista (con permiso del Real Madrid de Ancelotti). Aparentemente polos opuestos pero unidos por la importancia de la interpretación de los espacios, resumiendo rápido y mal, unos desde su fijación y otros desde ser superior numéricamente en ellos.


La final, para quienes vemos el fútbol de esta forma ya tan enfermiza, era realmente atractiva. Un partido que había que ver.

El resultado, un sonoro 4-0 para el Manchester City, y que a penas transcurrieran 40” de partido hasta que Julián Álvarez emuló a Messi marcando con el pecho, pueden cubrir algunas cosas que en el partido pasaron. La primera, que creo que todos celebramos, fue la fidelidad de ambos equipos a sus ideas, a lo que les habían llevado a ganar la Champions y la Libertadores. Obvio que brilló más el plan de los ingleses, pero a pesar del poco volumen de ocasiones de los brasileños, estos conseguían con paciencia superar las presiones orientadas hacia las esquinas de su rival: rotar futbolistas sobre los espacios hasta encontrar al jugador libre de marca para progresar, buscar el lado débil cuando la defensa citizen replegaba, las asociaciones en espacios reducidos para presentar al atacante encarado a puerta… No podemos decir que Fluminense no pusiera todo de su parte, pero no fue suficiente en cuanto a que no pudo sumar a su juego recuperaciones lejos de su portería: esfuerzos largos para armar sus ataques.




Dos planos de la disposición de los equipos en el 1-0

Por contra el City sí que supo forzar esas situaciones en campo rival. Tal fue la eficacia, sobre todo en los primeros 30’, que arrinconó a Marcelo obligándolo a despejar a una zona que el City controlaba y de ahí se gestó el 1-0 cuando, como escribí al principio, ni un minuto de juego llevábamos. Recuperando el balón en bastantes ocasiones en el campo del Flu y siendo agresivo a la hora de buscar los intervalos entre lateral y central (de ahí llegó el 2-0 cuando Rodri encontró a Fodden) hasta el punto de ver el plan de contingencia de Diniz con una línea de seis jugadores en su frontal y cuatro futbolistas con cierta libertad para ir a buscar al City sin descuidar sus espaldas… pero que no consiguieron ese propósito.


La disposición en el momento del pase de Rodri a Fodden en el 2-0



Donde sí hubo un punto de encuentro fue en las presiones orientadas. Ya hemos comentado cómo llevo la del City a la esquina al Fluminense en el 1-0 pero también los brasileños mostraron la orden clara de su técnico en apretar en esas mismas situaciones cuando sus cambios de orientación no eran precisos y a los skyblue les tocaba iniciar más cerca de Éderson que de Fábio. En estas situaciones fue donde el equipo de Diniz encontró aire, espacios y tiempo para jugar en campo rival de forma más continuada. Por generación de ocasiones no llegó a ser peligroso pero sí incomodaba y cortocicuitaba el juego de los de Guardiola.


Situación 8vs6 en campo propio. Fluminense recuperó el balón.


Estamos corriendo mucho pero no conseguimos el balón [...] Ajustamos algo para el segundo tiempo y estuvimos donde debíamos estar.
Pep Guardiola en rueda de prensa tras el partido

Tras el descanso con 2-0 el City se ajustó a la hora de iniciar el juego y presionar arriba. No acusó un ritmo más bajo en circulación de balón. No se preocupó de la creciente posesión de pelota de Flu porque había detectado los problemas en repliegue tras pérdida y eso que Diniz lo quiso corregir con los cambios de sus jugadores más veteranos (y que más esfuerzos hicieron). Remató el partido hacia un resultado abultado, donde, bajo mi humilde opinión, desde la dirección de campo de Guardiola el City fue superando ‘las trampas’ (que esperábamos) que propuso Diniz tanto a la hora de atraer en su zona de inicio como en la de progresar con acumulación de jugadores y receptores a la espalda de quienes saltaban a recuperar balones.

Logró el 3-0 recuperando el balón en campo rival y llevándolo rápido de un costado a otro y el 4-0 con una progresión de Nunes por la derecha, con mucho espacio tras otra recuperación en campo rival y haciéndolo llegar al área para que Álvarez definiera con rapidez.


Todo un gran partido entre dos de los grandes campeones en en este 2023 que nos deja.

Puede que no fuera el primero en pronunciarse sobre la idea que trataré de desarrollar que titula esta entrada pero, como en muchas ocasiones, Guardiola pudo encontrar una de las mejores formas de hacer llegar la idea de cual sería el próximo paso en la 'evolución' (?) del juego de posición durante una entrevista que concedió hace unos años.


foto: ccma.cat

Lo haces aquí (refiriéndose a su área) para tener superioridad en las zonas donde le haces mal (al rival)


En ella habló del rol del portero en el inicio del juego. Como nos pasa a todos en estos días no es complicado quedar noqueado por lo potente a nivel conceptual del mensaje y no prestar la atención necesaria al desarrollo y contexto del que habló en aquel momento. Claro que es lógico pensar en lo temerario de tener al guardameta alejado de la portería y que una pérdida, en las primeras alturas, concediera una opción sencilla para el rival de marcar un gol. El técnico catalán adjuntó situaciones muy concretas para la suma de responsabilidades a su cancerbero. La primera, obviamente, es que el portero sea valiente en cuanto a asumir esa función. Pinto, que estuvo en él en el Barça, ha contado recientemente cómo Guardiola fue bastante explícito a la hora de anteponer la valentía a la técnica a la hora de recibir el balón y apurar el devolverlo hasta tener al rival prácticamente encima. Sólo así liberaría de marcas y vigilancias a jugadores por delante, 'conquistar espacios cortos' a partir de haber atraído rivales a las zonas más alejadas de su portería con pases cortos. Es ahí cuando el portero debe funcionar como un receptor y pasador más que nos garantice superioridad en la zona de inicio.

El objetivo, explica, es una progresión en corto, con recepciones en situación ventajosa en los espacios que dejan los rivales que salten a esa presión y llegar a la zona de creación con la menor cantidad de oponentes posible. Para ello habló acotó la participación del meta en los primeros pases siempre desde una posición no excesivamente adelantada pero si los suficientemente provocadora para los delanteros rivales. Dar más continuidad al portero en esa posesión es una señal inequívoca de que no encontramos con facilidad esos espacios.


Como escribía antes, el titular con el que se quedó sobre aquella entrevista pareció ser la idea sobre la que construir y en los años posteriores hemos visto a varios equipos donde los porteros sí que ocupan la teórica posición del central y éste pasa a una zona lateral permitiendo ganar altura al lateral de ese costado o se incorpora a la altura del mediocentro. Una disposición que ayuda a fijar rivales y a incorporar receptores por delante de la línea del balón e, incluso, con una buena distribución de alturas, encontrar a los jugadores más alejados y superar hasta las dos primeras líneas de presión del rival. Es la variante sobre la idea original que se ha podido ver ante equipos con un repliegue medio o bajo, que priorizan el dominio de los espacios a la recuperación del balón en campo rival. En esta tendencia me permito señalar a André Onana como uno de los más habituales en salir en esta foto, tanto en su etapa en el Ajax con ten Hag como posteriormente en el Inter con Simone Inzaghi. No es curiosidad que los mancunianos trabajaran su incorporación para el pasado verano sacrificando la continuidad de una leyenda contemporánea como lo ha sido David De Gea, muy alejado del acierto y la visión con los pies del camerunés.



Un caso similar al de Onana y con mucho mucho éxito en cuanto a títulos ha sido el de Allison. El cancerbero brasileño del Liverpool y su participación en el inicio del juego permitió una ubicación más abierta de los centrales, ocupando él zonas centrales y liberar a Trent Alexander-Arnold (antes de su cambio de rol) y a Robertson ganaran mucha altura, dando amplitud y profundidad a un equipo que no necesitaba de una fase ofensiva en zona de creación excesivamente larga por la capacidad de buscaren largo tanto del propio Allison como de Van Dijk. Una seña de identidad del fue un campeón reconocible.

Pero antes de todo eso, por trazar un punto de partida hacia la idea que da motivo a esta entrada, se establece en ese concepto de 'portero-líbero', equipos con líneas muy adelantadas y que acumulaban muchos jugadores en campo contrario buscando una presión tras pérdida muy agresiva que forzara al rival a alejar el balón para ganar metros, o que plantease sus partidos aprovechando la velocidad de sus atacantes al espacio. La solución fue liberar posicionalmente al portero, que pudiera abortar cualquier pase al espacio ya fuera con un despeje o 'volver a meter' el balón en campo rival. Higuita, Jorge Campos, Molina, por traer un ejemplo más casero... la respuesta a la prohibición de jugar con las manos una vez se recuperase el balón en una situación complicada de resolver fue, en este caso, buscar porteros proactivos.

La versión 2.0 de este portero-líbero que enlaza con el perfil del que habla Guardiola, para mí, sin lugar a dudas, es Manuel Neuer. El alemán ya antes de coincidir con el entrenador catalán detectaba que su participación no debía reducirse a lo que ocurriese dentro de su área, donde ya era muy bueno, también fuera de ella daba continuidad a las posesiones en inicio, confiando en su capacidad técnica y también era una amenaza con su desplazamiento en largo. No olvidemos que el propio Pep quiso jugar con él en el centro del campo en partido oficial, confiado de su técnica y toma de decisiones.

Y aunque los perfiles anteriores se vea replicado cada vez en más partidos, sí que hay una aplicación más fiel a lo que imaginaba Guardiola incluso en su propia liga. El Brighton, con la llegada del italiano De Zerbi (muy dado a meter este mecanismo en sus equipos) rápidamente se convirtió en objeto de análisis a partir, entre otras automatismos, tener al portero como un claro elemento de atracción sobre los rivales en sus inicios de juego. La primera fase sobre una construcción del juego donde los atacantes fijan muy lejos a la línea defensiva, los centrocampistas escalonan muy bien, encuentran al tercer hombre de forma muy académica y se generan espacios donde se acelera el ataque. Uno de los equipos más estimulantes de ver en las últimas temporadas, donde las conducciones lentas hasta pisando el balón de porteros y centrales se hicieron hasta virales.


En varias ocasiones, más en redes, hemos referido a cómo los grandes cambios en cómo se juega al fútbol han ido viniendo cuando el reglamento ha condicionado el juego de los porteros: primero acotó las zonas donde podía actuar con las manos de su propio campo a su área. Más tarde sancionando como cesión el recibir con las manos un pase de un compañero, sin olvidar, la más reciente aunque con menos impacto en el juego, de mantenerse sobre la línea de gol en los lanzamientos de penalties. Es interesante cómo ante una participación cada vez más delimitada las soluciones, en este caso crear superioridades,  pasen por 'olvidar' la ventaja de su juego con las manos y hacerle jugar más con los pies.
No quiere decir esto que el perfil 'más clásico' del guardameta haya quedado en desuso o que tenga una caducidad cercana pero sin lugar a dudas en una de las posiciones si no la que más que sobre la que más se puede trabajar a nivel táctico en la actualidad.

El inicio de la etapa de Luis De la Fuente al frente de la selección española, con dos partidos clasificatorios para la fase final de la próxima Eurocopa en 2024, no ha ayudado a relajar los ánimos de la afición más extremista después del decepcionante papel en el pasado Mundial de 2022.

Si por algo debe ser recordado el paso de Luis Enrique, su antecesor en el cargo, en España ha de ser por su confianza extrema en su modelo de juego y, como consecuencia, la preferencia de jugadores muy concretos para llevarlo a cabo. Algo que, en mi opinión, acabó traicionando (o llevándolo a un extremo para el que seguramente no estábamos preparados) en el peor momento y sin capacidad de, no llamémoslo 'Plan B', aportar matices que creasen nuevos problemas a equipos que pudieron neutralizar el juego de posición que planteaba el asturiano.

La elección de De la Fuente sigue una tendencia similar a la que llevó a Lopetegui al cargo en 2016 (aunque tuvo una breve etapa en Oporto entre su paso por las inferiores de España y la llegada a la absoluta). El fútbol en los banquillos también cambia, no sólo desde la pizarra, sino también desde la forma en la que los preparadores trabajan: De la Fuente 'está hecho' a trabajar con los jugadores en fechas concretas del año y cuenta a su favor con conocer en distancias cortas a varios de los que formaron parte en sus últimas etapas con la sub21 y la Selección Olímpica.

foto: 20minutos.es

Ubicado el escenario de esta fecha de selecciones para España, es momento de tratar de analizar cómo ha ido, con qué quedarse para seguir construyendo y ver qué ha de cambiarse si no se pule.
Sobre los jugadores citados cabe destacar que De la Fuente no llegó tan lejos como Luis Enrique y apostó por defensas que 'destacan por defender' (Nacho) y delanteros con marcado juego en el área (Joselu). Un grupo 'conocido y de confianza' con Oyarzábal (casi recién salido de una larga lesión), Dani Olmo (habiendo visto reducidos sus minutos en su club), Zubimendi (el único jugador de campo sin minutos en el esta jornada), Ceballos (que está en su mejor momento desde que llegó al Real Madrid).
Además cabe mentar que de su lista inicial no pudo contar con Pedri, Gerard Moreno y Bryan Gil, siendo reemplazados estos dos últimos por Borja Iglesias y Yeremi Pino. Llamativo el caso del canario del Vila-real que pasó de la sub21 después de haber sido llamado para el Mundial a ser el atacante con más minutos (113') entre los dos partidos. Más del doble de los que jugó el otro extremo que sí fue citado de inicio, Nico Williams (45').

Para mí, eso del falso 9 no existe
Sobre esta afirmación podemos comenzar a trazar líneas sobre la fase ofensiva que vimos de la España de De la Fuente en su estreno. La llamada de Iago Aspas no debe ser tomada como un brindis al sol o un gesto para calmar a aquellos que no se explicaban su ausencia con Luis Enrique.
El planteamiento ante Noruega, un equipo que con o sin Haaland, debía plantear un partido sin balón similar, pareció diseñado para que el capitán del Celta canalizara el ataque entre líneas. Gavi y Olmo debían fijar desde fuera y Morata trataría de sacar a algún defensor de la zona. Merino y su llegada era el teórico atacador de espacios. En la pizarra tiene todo el sentido; en el juego no acabó de funcionar.

Posición media de España en el 1T vs Noruega.

No acabó de funcionar por la poca amenaza en profundidad de Gavi en la izquierda, más predispuesto a ir hacia adentro como hace en su club y también porque la posición ideal de Dani Olmo era justo la contraria, desde donde sí llega al área en posición natural para el remate o para participar a la espalda de los centrocampistas rivales. Y eso que marcó el primer gol más actuando como un delantero acudiendo hacia la frontal del área pequeña a por el remate.

Rodri, timonel y capitán en esta nueva etapa, no tuvo la capacidad de filtrar pases. No es su principal virtud y echó en falta un jugador intermedio entre él y Aspas que no cumplió con Merino.

Dani Carvajal, el que más conectó con Iago Aspas

Los cambios activaron muchas más cadenas de pases con Dani Ceballos siendo capaz de jugar a diferentes alturas del campo y con Oyarzábal y Yéremi aportando una amplitud de una forma más natural que además permitió a Balde y a Carvajal ganar metros en su posición. Un bloque algo más unido en campo rival que encontró en la figura de Joselu la referencia de área que rubricó una victoria mate, quizás no con tanta superioridad como la que indicó el marcador pero en donde los ajustes desde la pizarra permitieron mejorar el juego del equipo.



La visita a Hampden Park, ya sin los nervios del estreno, nos dio otra pista de la gestión del grupo que ha querido llevar De la Fuente, también relacionada con el perfil de jugadores antes comentado. Mantuvo a Kepa, Rodri y Merino y cambió el once entero. Desde la citación ya sospechábamos que las llamadas de David García y de Joselu estaban muy enfocadas en este partido y ciertamente es de las cosas positivas que se pueden rescatar de la derrota en Escocia.

El central de Osasuna cumplió en un apartado en el que destaca en Liga también con la selección: los duelos.

Joselu, como el mejor delantero en el aspecto del juego aéreo disponible, debía ser un claro referente para centros laterales y tener opciones ante los centrales escoceses y siendo lo más cerca que estuvo España de lograr un tanto con su remate al larguero.

He visto reconocida mi idea. ¿Cuál es? Queríamos jugar con los extremos, buscar centros, remates, tiro, correr a los espacios... Otra cosa es que estemos más acertados. Nos ha faltado el acierto para finalizar las ocasiones y hemos sufrido dos accidentes. Pero sigo convencido de que este es el camino
Entiendo que esta valoración de De la Fuente está muy acotada a lo visto en el primer tiempo, donde dispuso de los jugadores de ataque que mejoraron la fase ofensiva en el partido anterior y es innegable que los goles vienen precedidos de errores individuales que no permiten un rearme de la estructura defensiva lo suficientemente rápido como para evitarlos. 
De nuevo los cambios, como debe ser, modifica la disposición y buscó dar más altura y participación a los laterales y a dos extremos puros. Cohesionó algo más al equipo pero no fue suficiente para superar duelos, segundas jugadas ni generar ocasiones con un juego menos elaborado.




El formato actual de clasificación para la fase final de la Eurocopa parece armado para evitar que cualquier gran selección falle a la cita, o cuanto menos, les da muchas oportunidades. Hay que tener confianza en que España logre clasificarse en este grupo. Pero también hay que comenzar a tener claro que actualmente no hay ningún top 5 en ninguna posición del campo disponible para seleccionar. Pedri puede ser lo más cercano en estos momentos. A partir de ahi y de lo que De la Fuente ha podido ir viendo en estos primeros días en distancias cortas y de cómo se desarrolle el final de la temporada de clubes, tendrá nuevas alternativas para pulir su idea, que dice que ya pudo ver asimilada en el segundo partido de su etapa.

Casi al inicio de este blog me atreví a escribir sobre 'el 9 del Siglo XXI' eligiendo a David Villa como la referencia de ese perfil nuevo que se adaptaba al modelo de juego de los equipos que marcarían tendencia competitiva en aquellos momentos. Pero después de la llegada de Erling Haaland a la Premier League no sé si erré mucho en la predicción (seguramente) o si el fútbol ha fluido por otro camino en el que el jugador referencial en el ataque está requiriendo de otras características principales. Claro que desde la explosión de Villa hasta el goleador noruego hemos tenido registros de goleadores tan concretos como diferentes entre sí (Messi y Cristiano Ronaldo).

(vía rtve.es)

El delantero noruego apareció en el fútbol profesional con la misma voracidad con la que anoche despachó al Leipzig y uno pudo tener dudas sobre si podría responder con esos mismos guarismos en la élite más exigente (duda despejada) o si algún club de la élite, de los que aspira a todo temporada tras temporada, apostaría por él como primera espada (también resuelto). Este segunda, más bien corresponde a que ya tengo una edad y ha visto a goleadores de números tremendos no llegar a tener una oportunidad ni tan siquiera en una de las grandes Ligas europeas o en un club de la flor y nata del Viejo Continente (Mario Jardel) o jugadores que parecieron tocados por la varita en un tramo muy concreto de su carrera (Machlas, Kevin Phillips).

Haaland nos quiere confirmar casi diría que cada semana que será un jugador de época, de esos que transforma lo extraordinario en cotidiano y que cuando tiene un rendimiento humano, enciende todas las alarmas. Y todo esto desde un perfil que, creo, potencia las virtudes más clásicas de un 9: remate, juego aéreo, desmarques de ruptura, oportunismo... en contraposición a aquellas que en aquel lejano 2007 me llamaron la atención en David Villa, principalmente su acertada participación fuera del área, ya no como finalizador, sino como canalizador del juego de ataque. Esa capacidad de ser un referente goleador desde un costado. 

El delantero noruego también tiene una participación relevante fuera del área pero más orientada a sus movimientos sin balón: desmarques agresivos, atraer y fijar a los centrales, el evidente juego de espaldas... Si bien cuando hablamos de delanteros centros, 9 o como lo queramos definir dentro de lo que se ha ampliado el abanico a la hora de explicar qué hacen los jugadores en según qué roles o situaciones en el campo o del juego, con Haaland quizás habría que valorar lo de dejar de dirigirse a él como 'referencia en ataque' y hacerlo más como 'referencia para la defensa rival'. Sus estadísticas de contactos con el balón y zonas de influencia, tanto en los partidos en los que marca varios goles, como en los que ha sido más controlado por los rivales son siempre virales por lo poco que necesita entrar en contacto con el balón en los partidos sin que ello signifique que esté desconectado de lo que pasa.

zonas de participación y origen de pases hacia Haaland en PL (vía @theathletic)

Cabe destacar que existe también un cambio importante en el rol que ocupaba Haaland como delantero en el BVB hasta el curso pasado, un equipo con partidos más abierto a situaciones de transiciones ofensivas, con espacios. Situación más habitual aún en su paso por el RB Salzburg pero no por ello no destacaba por su lectura de los espacios en el área, sin desconectarse de la jugada de ataque de su equipo sabedor que siempre puede cazar un balón rechazado.
En el City de Guardiola esas situaciones pueden llegar a darse pero de una forma más esporádica. Su nuevo equipo acumula muchos minutos con el balón y, en los partidos más entonado, moviéndolo a una velocidad lo suficientemente alta como para obligar a los rivales con menos recursos a priorizar la defensa de los espacios en campo propio y exigir a De Bruyne, Gundogan, Grealish o Mahrez (entre otros) un acierto técnico altísimo. El delantero noruego no destaca por su habilidad con el balón en los pies, puede superar rivales imponiendo su superioridad física pero esto no es siempre posible en espacios reducidos. Aún así, su entrenador y él mismo han llegado a un punto en común en el que ambos están saliendo beneficiados: Guardiola tiene hasta ahora un 9 de área capaz de no salirse de un partido donde toque poco el balón y Haaland es el jugador más buscado en los últimos metros en un equipo con una capacidad alta a la hora de generar ocasiones de gol.
Esta unión, hasta ahora está traduciéndose en hitos goleadores que rozan la fantasía

(vía somosfan.com)

Lo que deja abierto todavía el curso para Haaland en cuanto a ver dónde pone techo a sus números es pensar que todavía estamos en marzo y que, en esta temporada, estuvo un mes parado (porque no se dio esta situación) con motivo de la fase final del Mundial al que no logró clasificar. ¿Cuál será su límite?


Pese a ser una altura aún no definitoria de la competición (segunda jornada de la fase de grupos) el duelo entre el Bayern y en Barça era uno de los partidos más interesantes que nos puede ofrecer el fútbol europeo en estos momentos. Primero por el buen momento de juego y resultados con el que acudía el equipo de Xavi al Allianz Arena, seguido por algunas dudas que giran en torno al equipo alemán por sus tres empates consecutivos en Bundesliga (aunque pienso que, incluso así, le dará para ganarla con solvencia) pero sobre todo por el histórico reciente de duelo entre los dos equipos (7 victorias en los últimos 8 encuentros para los bávaros y un saldo goleador de 16-2 en los últimos cuatro envites).

Sin lugar un termómetro fantástico para ubicar el estado del ambicioso proyecto culé, su primer encuentro ante un rival con jugadores y sistemas realmente exigente. Y ¿Cómo jugó el equipo azulgrana?

Sané hace el 2-0. foto: cadenaser.com

Casi desde el primer día de pretemporada ha quedado claro que el Barça de Xavi es un equipo donde los extremos tienen una importancia capital, así que en un día grande como el de ayer, no podían ser de otra forma. El Barça salió, como viene haciéndolo hasta ahora, con Dembele y Raphinha bien abiertos con varios propósitos: son dos jugadores realmente dañino en el 1vs1, fijan a los laterales y con sus movimientos o sin ellos, crean espacios para Lewandowski, Pedri y Gavi. Este último, además, fue agresivo en desmarques por el carril interior en dirección al área, incluso sin ser receptor del pase, provocaba ciertos desajuste en la defensa local.

Una modificación que se vio ya en el primer tiempo fue el cambio de banda de los extremos. Raphinha tenía problemas cuando al equipo le tocaba defender con las incorporaciones de Davies al ataque y el galo se mostró más eficiente a la hora de controlar y frenar al canadiense.

Pedri, volviendo a los interiores, no fue tan vertical en comparación con Gavi, porque se ocupó de ser un apoyo para Busquets en el inicio del juego. El equipo de Nagelsmann llegó a plantear marcas 1vs1 en el inicio de juego y esa reubicación del canario sacaba de zona a Kimmich creando un espacio por dentro que aprovecharon Dembele y Lewandowski de forma alterna, siendo Marcos Alonso ganando altura el que fijaba a Pavard primero y a Mazraoui después evitando que defendieran ese movimiento.

Entonces, si la teoría, el plan de partido funcionaba ¿qué le faltó al Barça? En pocas palabras, contundencia en el área de Neuer. Logró generar ocasiones, dejo que seáis vosotros los que digan si fueron claras o no tanto, pero le faltó acierto en las situaciones en las que sus atacantes llegaron con ventaja y agresividad en las que la ocasión, quizás, no era franca. No es dogmático, pero los gráficos que siguen reflejan el volumen de ocasiones y de ataques peligrosos del partido y, pienso, confirman que al Barça aún no le da para vivir de su pegada.

vía @sonofacorner
vía @optaanalyst


Aunque quizás el factor más determinante para explicar la derrota de los culés ayer es el más obvio: el rival. Un equipo que, como comentaba al principio, podía acudir al partido con dudas, pero, tal y como hizo ante el Inter la semana anterior, firmó un partido serio, sabiendo gestionar su momento sin balón y encontrando en la figura de Musiala (hombre del partido para la UEFA) la de un jugador que brilló en campo contario y que dio equilibrio entendiéndose bien con Kimmich.
Y junto a esa determinación de Musiala, los ataques del Bayern fueron tremendamente verticales, algo que los podía 'simplificar' si lo comparamos con otras versiones ofensivas de los bávaros, pero que conseguían fijar a Kounde y sobre todo a Marcos Alonso se desgastaran en transiciones defensivas que no siempre evitaban que los locales pisaran área.
Nagelsmann, siempre planteando sistemas adaptables a las diferentes fases del juego, presentó a su equipo con un teórico 1-4-2-3-1 donde Mané y Sané tapaban la salida por fuera y Musiala vigilaba a Busquets. A partir de los movimientos del equipo de Xavi, hundiendo a los interiores, el Bayern pasó a un 4-4-2 alternando Musiala y Muller la primera presión sobre centrales, la zona en la que no le importaba estar en inferioridad. Incluso el tener a los interiores tan cercanos a Lewandowski, les permitía tener unos espacios para transitar tan pronto recuperaban el balón que, si bien no aparecieron en la primer parte, sí que fueron el inicio del 2-0 de Sané.

Busquets (!) el centrocampista más avanzado en la pérdida del 2-0

En resumen, el Bayern no fue ante el Barça el equipo agresivo y avasallador de otras temporadas, en la previa ya hablaban de respetar esta nueva versión, aún en construcción, de su rival. Pero sí demostró tener más grado de maduración, estar más cerca de su mejor versión competitiva... estando aún en septiembre.  

Sin lugar a dudas, uno de los fichajes de este mercado estival ha sido el de Haaland por el City; el llamado a ser el 9 de la próxima década llega al eterno aspirante a ganar la Champions después de auparse como candidato habitual a levantar la Premier, junto con el Liverpool, que siendo el torneo que más estrellas y mejores entrenadores aglutina, tiene mucho mérito.

Desde la llegada de Guardiola al lado skyblue de Manchester, el equipo ha seguido ganando pero con un estilo muy reconocido al que, año tras año y gran fichaje tras gran fichaje, el técnico catalán ha ido introduciendo matices en su juego. No es momento de listar la cantidad de defensas más destacados en otras tareas que en las estrictamente defensivas, quizás de refilón si hablar del perfil de atacantes por los que suele apostar, y centrarse en cómo va a encajar el goleador noruego en el equipo de los mediapuntas infinitos.

Haaland y Álvarez en un acto de su gira por Estados Unidos | foto: sectadeportiva.net

Desde el inicio de su carrera, Guardiola ha buscado completar su idea de juego con una figura de 9 de corte clásico pero que juegue más fuera del área, sea parte de la circulación que desordena al rival y que acuda, por la especialización del puesto, a finalizar la jugada con más acierto. Lo intentó con Ibrahimovic en su Barça post triplete y tuvo que acabar recurriendo a Bojan, con menos recursos pero con una visión más global y cercana a su idea inicial. Ya en Múnich, cayó en un equipo bien trabajado, ganador pero ambicioso y que pronto adoptó las ideas que traía. Pero sus puntas, principalmente Mandzukic y Pizarro se alejaban de lo que veía necesario para acabar de redondear el juego del equipo. Al año siguiente llega Lewandowski y, pese a quedar a las puertas de disputar las finales de Champions, el trofeo que marca el límite, en estos días, entre los equipos extraordinarios y los legendarios, él punta polaco dio con sus recursos, lo que buscaba Pep y se benefició de todo el sistema ofensivo que buscó a su alrededor.

En Manchester su principal finalizador fue Aguero. Un delantero infinito dentro del área al que tuvo que arropar con una línea de llegadores que completaban un máquina bien engrasada en la fase ofensiva pero que con los problemas físicos del punta argentino y con la evolución de Gabriel Jesus, llamado a ser su relevo pero que derivó a un jugador que fue perdiendo peso en el área para mimetizarse como todo lo que le rodeaba.

Entre medias en este camino, vimos la mejor versión goleador en la carrera de Sterling, el crecimiento de Foden y la llegadas de Mahrez o Grealish. Los perfiles más destacados en ataque pero que no tienen en su definición en el área la mayor de sus virtudes.

A lo largo de esta última temporada el City ha alcanzado niveles de juego muy alto en cuanto a dominio y sometimiento del rival: ha controlado la posesión, ha creado espacios y los ha atacado con mucho peligro. Pero un punto en común en muchos de los partidos que ha disputado en Premier ha sido lo que ha costado ‘abrir la lata’ y ser más efectivo en relación al volumen de ocasiones que se generaban.

En este aspecto, la llegada de Haaland (y la de Julián Álvarez) tiene mucho sentido. Jugadores muy contundentes en la zona de definición, que por ello fijarán de una forma más clara a defensores rivales y, como consecuencia, se crearán nuevos espacios a explotar. Porque Haaland es muy diferente a Gabriel Jesús

Comparativa entre Haaland y Gabriel Jesus en sus temporadas ligueras en 21/22

Haaland es un finalizador y es capaz de generarse sus propias ocasiones en fases de transición. Si bien en Dortmund se encontraban estas situaciones a partir de atacar espaldas de los rivales, en el City no serán tan frecuentes por la forma en la que el equipo de Guardiola ya no sólo ataca, sino también se prepara para hacer la presión tras pérdida en campo rival.

Y así llegamos al gran debate alrededor de este fichaje ¿Cómo se ajustará la forma de atacar de Haaland y del City en este año?

Para mi, lo visto de inicio en el partido de Community Shield ante el Liverpool es lo que teóricamente es lo más lógico

Pero hay un detalle que quizás veamos más adelante y es la de que los extremos jueguen a pierna natural. Algo que no ha sido muy común en la trayectoria de Guardiola como entrenador pero que provocaría que fueran los extremos los encargados de dar profundidad y amplitud, los interiores encontrarían esos carriles interiores y apariciones, principalmente, de Cancelo, como un posible asistente más.

Estoy seguro que a lo largo de la temporada y con todas las competiciones en el calendario del equipo citizen veremos esta y muchas otras variantes que seguro que comentaremos con detalle.

En estos días está circulando partes de la participación en vídeo de Marcelo Bielsa en un acto de la campaña de Arechabaleta por la presidencia del Athletic Club.

En ella, quizás lo que más se ha comentado es en ella cantidad de partidos que el técnico argentino ha visto del primer equipo, del filial y de los juveniles; los cortes de jugadores y sus análisis sobre los partidos bajo la dirección de Marcelino García Toral. Esto, desde luego, no es común entre los entrenadores, más en la élite, donde esa parte del trabajo se reparte entre otros integrantes del staff ni entre los que están al frente de equipos con menos recursos técnicos o humanos, y son los detalles que hicieron que el rosarino sea conocido como ‘el Loco’.

Bielsa durante su intervención en el acto de Arechabaleta

He visto mucho fútbol en mi vida y es innegable que, con el tiempo, aprendes a detectar mecanismos de equipos y tendencias de jugadores. Desde hace unos años, comencé a trabajar en un club y, parte de la faena, era estudiar a los rivales. Empecé en una categoría con acceso a los partidos de los rivales y lo que empezó como encargos de cosas concretas (actuaciones de jugadores propios, jugadores rivales con posibilidad de incorporar en el futuro) acabó convirtiéndose en, permitidme que lo diga, una parte de mi labor con bastante valor para el trabajo de la semana.

Llegué a conocer a rivales con mucho detalle y aportar al primer entrenador información suficiente para diseñar sesiones de entrenamiento y planes para atacar con eficiencia a los rivales. Del mismo modo, aprendí a transformar esa información en puntos de partida para trabajar con mi propio equipo.
En está temporada que finalicé hace un par de semanas no tuve tanto acceso a vídeos y sustituí esa fuente de información por comentarios con otros entrenadores y consultas de los datos de la competición. A veces salía muy bien y otras no tanto. Quizás, en mi corta carrera como entrenador, no haya vivido una satisfacción más grande, a título personal, de haber estudiado a un rival, haber organizado parte de la semana a contrarrestar sus virtudes y atacar sus debilidades y ver cómo, luego en el partido, ver cómo todo se desarrollaba como esperaba.

Hay quienes han criticado esa parte del trabajo de Bielsa por la poca repercusión que tiene en sus éxitos (?) como entrenador. ¿Os imagináis que con ese estudio obsesivo se resolvieran los problemas de un entrenador? Saber cómo planificar las sesiones, cómo hacer daño al rival, cómo protegerse de sus aspectos más dañino y qué fácil sería la dirección de campo en los partidos. Sin embargo este deporte sigue fluyendo por una cantidad de caminos que ni el cuerpo técnico más preparado y con más recursos son capaces de abarcar de forma infalible. Lo que lo convierte en el deporte más maravilloso.

La inminente marcha de Morales del Levante ha pillado a todo el mundo por sorpresa. Ha sido el jugador más destacado en una temporada realmente mala y por una cláusula contractual, una gran oportunidad de mercado. Y aunque no han faltado rumores de sus posibles nuevos destinos incluso antes de consumarse el descenso de categoría, todo el mensaje que salía desde los medios oficiales del club y todos los gestos públicos del capitán granota parecían mandar un mensaje tranquilizador y de compromiso, aún ante este nuevo escenario competitivo.

Pero durante la mañana de ayer todo ha tomado un giro inesperado en el que, a falta de oficialidad, Morales saldrá del Levante. Se desmonta la teoría que ligaba el anuncio de su continuidad a la previa de la junta que debe valorar la gestión de Quico Catalán (alguno señalaban esto como ‘el timing’ que mentaba Felipe Miñambres hace unos días) como golpe de efecto y ante un debate entre los aficionados con muchas aristas que me gustaría intentar abordar.

Segundo de los goles que Morales le hizo al Vila-real en el último entrenamiento liguero


+ Felipe Miñambres: Fue nombrado Director Deportivo en febrero después del despido de Manolo Salvador. Su experiencia y su buen acierto en anteriores proyectos avalaban su elección e incluso se llegó a relacionar con la reacción, insuficiente al final, del equipo. Pienso que parte de su acometido era prever y planificar la próxima temporada en Segunda y llegar a esta situación en la que parece que no se conseguirá retener a tu capitán para liderar el proyecto del retorno más inmediato posible a la máxima categoría bien merece una explicación más convincente que su última y vacía rueda de prensa. Y no es el único frente que tiene abierto en el primer equipo si repasamos la situación contractual de Pepelu, otro de los jugadores que será libre el 30 de junio, por el que hay interés por parte de varios equipos y del que también se espera que pueda ser uno de los pilares del nuevo proyecto (se había de una oferta de renovación de ¡10 temporadas!)

+ Morales: En casi cualquier escenario sería más que comprensible el querer agotar sus últimos años de carrera con el mejor contrato posible. En casi cualquier escenario, después del rendimiento que ha dado (para mi, el mejor jugador que he visto en el Levante en mi vida) saldría por la puerta grande, con todos los honores y con el ofrecimiento de volver en cualquier rol al club. Pero la gestión de sus apariciones públicas si no tenía tan claro que seguiría en Segunda ha sido nefasta. Sus celebraciones besando el escudo, sus declaraciones en las que tomaba la responsabilidad de capitanear al equipo hacia un ascenso, sus apariciones en los últimos actos públicos del club o competiciones de otras secciones del club, han pasado de ser una muestra de compromiso con el club a un uso de los aficionados contra la dirección para forzar una gran renovación. Aún no hemos escuchado su versión y, creo, que bien le merecerá la pena darla, porque la decepción en estos momentos es máxima.

+ El club: ¿Actúa con responsabilidad no renovando a Morales a cualquier precio ante la delicada situación económica? ¿O había cierto temor al poder que había acumulado el jugador en el club? ¿Desde cuando se trabaja en su renovación? ¿Sólo se presentó una oferta sin opción a negociar? Si bien estos asuntos no suelen ser de dominio público, es muy complicado valorar esta parte del trabajo en un club tan poco transparente. Perder sin dejar un retorno económico (más allá de la liberación de su ficha) al jugador más importante de tu historia reciente también exige una explicación.

+ Vila-real: El equipo groguet se ha caracterizado desde la llegada de Roig por una política de fichajes realmente eficiente con una red de ojeadores muy buena. De un tiempo a esta parte han llevado a cabo una línea en la que además aprovechan oportunidades de mercado y, así, han conseguido jugadores como Iborra, Alcacer, Parejo, Coquelin o ¿Morales? que acaban de apuntalar equipos sólidos desde diferentes roles. No creo que hayan actuado de forma poco ética ya que, digamos, estaban en la obligación de, cuanto menos, tantear. Lo curioso es que, debido a las obras de su estadio, Vila-real y Levante acordaron que los de La Plana disputasen parte de sus partidos como local en la próxima temporada en el Ciutat por lo que se podría ver a Morales jugar en Primera como local en el Ciutat con la camiseta del Vila-real.

Parejo y Morales en la pasada temporada

+ El aficionado levantinista: en este punto no voy a decir cómo debe cada uno opinar sobre este caso. Afortunadamente el equipo tiene una afición, opino, muy plural. Habrá quien no pueda ver a Morales ni en pintura, quien le dé más importancia a lo que ha rendido en el club y, tal vez los más veteranos, dejen caer la idolatría en el olvido, acudiendo de forma esporádica el recuerdo de algún gol o jugada y se dibuje una ligera sonrisa en la cara. Cada uno llevará el duelo como considere y nadie debe decirle cómo hacerlo.

Una nueva final de Champions llegó después de unas eliminatorias llenas de sorpresas que al final nos presentó a los equipos que mejor habían competido entre los diferentes escenarios que el torneo y, por ende, los rivales fueron planteando. Por un lado el Liverpool de Klopp, una máquina bien engrasada a la hora de ejecutar transiciones que llegaba a su tercera final en las ultimas cinco temporadas y por el otro el Real Madrid de Carlo Ancelotti que ha ido de menos a más en el torneo, también en la temporada, construyendo un juego a partir del acierto en ambas áreas, que también presentaba una hoja de servicio en finales tremenda: cinco finales en ocho años.

El choque de estas trayectorias no podían más que presentar una de las finales más esperadas de los últimos años. ¿Qué pasó para que se diera ese resultado?


foto Reuters (Gonzalo Fuentes)
Reuters (Gonzalo Fuentes)


+ Equipos reconocibles: A lo largo del año, tanto en UCL como en sus propios torneos domésticos, el Liverpool se mostró como ese equipo asfixiante sin balón guiado por Fabinho y Thiago, amplio con las continuas incorporaciones de Alexander - Arnold y Robertson y peligroso en transiciones. El Madrid, por su parte, se ha mostrado a lo largo del torneo como un equipo que se ha adaptado a los escenarios, imprimiendo un ritmo de ataques alto pero también sabiendo ceder la iniciativa y saber que su momento iba a llegar.


+ Extremos fijados: Uno de los peligros más conocidos del equipo de Klopp es la movilidad de sus extremos, saltando entre carriles y atacando espacios con desmarques agresivos. Ayer, el rol fue algo diferente, muy fijados con los laterales madridistas. Si bien no lograron desbordar con regates, la idea era abrir carriles interiores y espacios para que Mané pudiera sacar a Militao y Alaba de su zona. Insistió pero no se logró.


+ Defensa del área: Dentro del abanico de registros que hemos visto del equipo de Ancelotti en esta Champions, la eficiencia en su propia área ha sido un punto en común entre todos los escenarios que ha vivido en eliminatorias. Al técnico italiano no se le cayeron los anillos a la hora de cambiar a un defensor superado o amenazado por una segunda tarjeta amarilla y esto consiguió que sin balón, sus jugadores fueran casi siempre ganadores en duelos individuales. Además cuenta con auténticos especialistas en el juego aéreo, por lo que hasta ese recurso le quitaba a los rivales. Ayer tuvo un acierto tremendo dentro de su área y desde ahí, cimentó su victoria.



+ Momento clutch: Para mi, el partido cambió en el momento en el que el árbitro anuló el gol a Benzema al filo del primer tiempo. El equipo de Klopp había firmado un primer tiempo casi perfecto y el equipo blanco a penas había podio jugar en campo contrario. Con esto, los reds, recibieron una bofetada de pura realidad viendo como siguiendo su plan de partido no sólo no ‘metían mano’ al Madrid, si no que en el momento en el que Benzema piso área por primera vez, marcó. Esa jugada plantó una semilla de inseguridad que fue creciendo durante la segunda mitad del encuentro regada con cada acierto de Carvajal, Courtois o Militao. El Liverpool jugaba como autómata pero no creía al 100% en que el partido estuviera controlado.


+ Courtois: El portero belga firmó una actuación determinante (elegido jugador de la final) para rubricar una Champions impresionante. Regaló paradas (9) de todo tipo y mostró mucha seguridad en los balones por alto. Nadie duda en que en estos momentos es el mejor en su posición en el mundo y en la final fue el pilar sobre el que se construyó la victoria blanca.


Bonus track

+ La versatilidad de Valverde: El uruguayo partía como teórico atacante por la derecha pero se ocupó de Robertson sin balón, se alineó con Modric y Kroos ya con el 0-1 y daba oxígeno a su equipo con sus conducciones. Una final muy sacrificada que no le permitió probar su disparo pero liberó de problemas a los compañeros con los que compartía zona.