Un seleccionador peculiar

por | 16:47:00
Sigo con las entradas dedicadas a personajes de la Eurocopa y hoy, gracias a la idea de Héctor, el protagonista es el seleccionador francés Raymond Domenech, conocido por sus excentricidades a la hora de convocar a sus jugadores o de organizar sus alineaciones.

La vida de Domenech es parecida a la de tantos niños de la década de los cincuenta cuyos padres buscaron en Francia, crisol de culturas, un lugar donde su familia pudiera crecer sin ningún tipo de opresión. Los padres del pequeño Raymond eran catalanes y no se encontraban cómodos en el régimen franquista, así que cruzaron los Pirineos y se instalaron en Lyon, ciudad donde nació el seleccionador.

Su carrera como jugdor fue discreta pero regular, jugó casi veinte años en equipos de la talla del Olimpique Lyonnais, PSG o el Girondins en la demarcación de central e incluso llegó a ser internacional e ocho ocasiones.
Pero no es por su carrera como jugador por lo que Domenech es conocido en el mundillo del fútbol es por su trayectoria en los banquillos.

Su ascenso ha sido bastante rápido, puesto que fue de los primeros jugadores-entrenadores en el club en el que se retiró, el Mulhouse, del cual dio el salto al Olympique Lyonnais (cuando era un sombra de lo que es ahora, eso sí) y de ahí a las selecciones inferiores de la selección gala hasta que hace cuatro años, después de la deblaque de los franceses en la Euro de 2004 cuando fueron eliminados por, a la postre campeona, Grecia, la Federación Francesa decidió que debía ser aquel entrenador de "la casa" quien había hecho méritos suficientes para dirigir "a los mayores".

Desde entonces sus decisiones han sido tan polémicas como acertadas. Dejó fuera del Mundial de 2006 a Ludovic Giuly cuando era un estilete en la banda derecha del Camp Nou pero el fin justificó los medios y estuvo a punto de proclamarse campeón.
¿Y que argumentos deportivos aporta para explicar sus elecciones? Pocos, pero gracias a las filtraciones y a la lengua suelta de algunos de sus convocados vemos la verdadera cara de este pequeño francés: es muy supersticioso.

Coincidió con su llegada la poca presencia del genial Robert Pirés... porque el bueno del jugador del Vila-Real tuvo la suerte de nacer un 29 de octubre, y que el zodíaco le marcara con el signo de Escorpio, un grave incoveniente para Domenech puesto que "los escorpio acaban matándose entre ellos".
Johan Micoud, un grandísimo mediapunta que vivió su gran momento a la sombra de Zidane, excusaba su poca presencia en la selección a que era Leo y según el seleccionador (que lo tuvo en su época de sub21) era "propenso a cometer locuras" debido a que era un "signo temperamental". Para Domenech no es bueno tener muchos leos en el equipo.

Su última decisión polémica ha sido dejar a Trezeguet fuera de la convocatoria para la Eurocopa, pero esta vez, Domenech no se ha excusado en el signo del delantero de la Juve, sino en que viajar para no ser titular podía provocar que el jugador creara mal ambiente... algo curioso teniendo en cuenta que Trezeguet es Libra, el signo del equilibrio...

Quizás en su último torneo importante con Francia, nos dejó el pasado viernes una de las mejores frases de la Euro por salir de su boca en la rueda de prensa previa al partido contra Holanda (4-1 para los de Van Basten):

"¿Tiene miedo de que el partido se juegue un viernes 13?
¿Miedo? No soy supersticioso, trae mala suerte."
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