Respeto y maduración

por | 13:00:00

Pese a ser una altura aún no definitoria de la competición (segunda jornada de la fase de grupos) el duelo entre el Bayern y en Barça era uno de los partidos más interesantes que nos puede ofrecer el fútbol europeo en estos momentos. Primero por el buen momento de juego y resultados con el que acudía el equipo de Xavi al Allianz Arena, seguido por algunas dudas que giran en torno al equipo alemán por sus tres empates consecutivos en Bundesliga (aunque pienso que, incluso así, le dará para ganarla con solvencia) pero sobre todo por el histórico reciente de duelo entre los dos equipos (7 victorias en los últimos 8 encuentros para los bávaros y un saldo goleador de 16-2 en los últimos cuatro envites).

Sin lugar un termómetro fantástico para ubicar el estado del ambicioso proyecto culé, su primer encuentro ante un rival con jugadores y sistemas realmente exigente. Y ¿Cómo jugó el equipo azulgrana?

Sané hace el 2-0. foto: cadenaser.com

Casi desde el primer día de pretemporada ha quedado claro que el Barça de Xavi es un equipo donde los extremos tienen una importancia capital, así que en un día grande como el de ayer, no podían ser de otra forma. El Barça salió, como viene haciéndolo hasta ahora, con Dembele y Raphinha bien abiertos con varios propósitos: son dos jugadores realmente dañino en el 1vs1, fijan a los laterales y con sus movimientos o sin ellos, crean espacios para Lewandowski, Pedri y Gavi. Este último, además, fue agresivo en desmarques por el carril interior en dirección al área, incluso sin ser receptor del pase, provocaba ciertos desajuste en la defensa local.

Una modificación que se vio ya en el primer tiempo fue el cambio de banda de los extremos. Raphinha tenía problemas cuando al equipo le tocaba defender con las incorporaciones de Davies al ataque y el galo se mostró más eficiente a la hora de controlar y frenar al canadiense.

Pedri, volviendo a los interiores, no fue tan vertical en comparación con Gavi, porque se ocupó de ser un apoyo para Busquets en el inicio del juego. El equipo de Nagelsmann llegó a plantear marcas 1vs1 en el inicio de juego y esa reubicación del canario sacaba de zona a Kimmich creando un espacio por dentro que aprovecharon Dembele y Lewandowski de forma alterna, siendo Marcos Alonso ganando altura el que fijaba a Pavard primero y a Mazraoui después evitando que defendieran ese movimiento.

Entonces, si la teoría, el plan de partido funcionaba ¿qué le faltó al Barça? En pocas palabras, contundencia en el área de Neuer. Logró generar ocasiones, dejo que seáis vosotros los que digan si fueron claras o no tanto, pero le faltó acierto en las situaciones en las que sus atacantes llegaron con ventaja y agresividad en las que la ocasión, quizás, no era franca. No es dogmático, pero los gráficos que siguen reflejan el volumen de ocasiones y de ataques peligrosos del partido y, pienso, confirman que al Barça aún no le da para vivir de su pegada.

vía @sonofacorner
vía @optaanalyst


Aunque quizás el factor más determinante para explicar la derrota de los culés ayer es el más obvio: el rival. Un equipo que, como comentaba al principio, podía acudir al partido con dudas, pero, tal y como hizo ante el Inter la semana anterior, firmó un partido serio, sabiendo gestionar su momento sin balón y encontrando en la figura de Musiala (hombre del partido para la UEFA) la de un jugador que brilló en campo contario y que dio equilibrio entendiéndose bien con Kimmich.
Y junto a esa determinación de Musiala, los ataques del Bayern fueron tremendamente verticales, algo que los podía 'simplificar' si lo comparamos con otras versiones ofensivas de los bávaros, pero que conseguían fijar a Kounde y sobre todo a Marcos Alonso se desgastaran en transiciones defensivas que no siempre evitaban que los locales pisaran área.
Nagelsmann, siempre planteando sistemas adaptables a las diferentes fases del juego, presentó a su equipo con un teórico 1-4-2-3-1 donde Mané y Sané tapaban la salida por fuera y Musiala vigilaba a Busquets. A partir de los movimientos del equipo de Xavi, hundiendo a los interiores, el Bayern pasó a un 4-4-2 alternando Musiala y Muller la primera presión sobre centrales, la zona en la que no le importaba estar en inferioridad. Incluso el tener a los interiores tan cercanos a Lewandowski, les permitía tener unos espacios para transitar tan pronto recuperaban el balón que, si bien no aparecieron en la primer parte, sí que fueron el inicio del 2-0 de Sané.

Busquets (!) el centrocampista más avanzado en la pérdida del 2-0

En resumen, el Bayern no fue ante el Barça el equipo agresivo y avasallador de otras temporadas, en la previa ya hablaban de respetar esta nueva versión, aún en construcción, de su rival. Pero sí demostró tener más grado de maduración, estar más cerca de su mejor versión competitiva... estando aún en septiembre.  
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