Sin lugar a dudas el hecho de haber llevado el blog y coincidir con la mejor etapa de la selección española será uno de los mejores recuerdos que el staff de Uno o Dos Toques guardará por siempre.
Un ciclo que juntó todo lo que entendemos que tiene que formar parte de un equipo legendario: un estilo de juego definido y atractivo para el espectador, jugadores determinantes en todas sus líneas, una evolución táctica amplia y una dirección de campo más gestión de grupo más que notable.
Luis Aragonés nos dio alguna pista durante el Mundial de 2006, sentó unas líneas maestras y tomó decisiones importantes para hacer historia en 2008. Incluso podríamos decir que tomó las decisiones más difíciles donde su personalidad y su experiencia le ayudaron a soportar las críticas ante sus elecciones más discutidas. Con esas directrices un perfil como el de Vicente Del Bosque, con la perspectiva que nos da el tiempo, se convirtió en un acierto a la hora de dar continuidad a la generación que juntó Luis en el juego y gestión la convivencia de un grupo que vivió la otra cara del éxito, la de la exigencia extrema en cada partido. También tuvo 'sus incendios' y ahí brilló su mano izquierda.
Pero como en tantas otras ocasiones, estos equipos legendarios nacen a partir de aparición dentro del mismo periodo, de jugadores con un nivel de determinación en su rol altísimo, como escribía al principio. Iker Casillas, sin ser el portero más completo en su mejor momento, sí se mostró como el mejor en los campos en los decidía los partidos: reflejos, agilidad, 1vs1... dejó paradas decisivas en partidos claves.
Por delante de él todavía disfrutamos de Sergio Ramos, que inició el camino desde un lateral y pasó al centro de la defensa primero haciendo pareja con el pundonor y el gran sentido competitivo de Puyol y después con la lectura del juego de central como primer constructor de juego de Piqué
De ahí se llegó a 'los bajitos': Xavi como guía, marcador de ritmos, Iniesta como su socio y los Silva, Cesc, Mata, Cazorla... jugadores de un mismo corte que se entendieron a la perfección y que contaron con Senna, Busquets y Alonso como futbolistas de muy bien pie, pero con una misión menos vistosa pero igualmente importante para dar equilibrio al 'posesión + progresión' como se bautizó el juego español en la Euro de 2008.
Y de ahí se llega a, quizás, la gran seña de este sensacional equipo: un ataque en donde la figura de un 9 clásico o, cuanto menos referencial, era un plan B o incluso C. Villa como estilete que mejor supo entender el juego de la selección siempre escorado al flanco izquierdo y Fernado Torres un 9 que, en su mejor momento, disfrutaba atacando espacios y dibujando desmarques. Y después la variante del falso 9.
Del Bosque se encontró con la tesitura de pasar tramos de competición, tanto en fase final como, menos,en clasificaciones, sin disponer a un delantero en forma ya hecho al juego tan concreto de España y tuvo que tirar de crear un espacio en la zona de ataque, generar una superioridad de efectivos en el medio y que entre un centrocampista que se descolgara y las diagonales de hombres de banda, atacar mucho y normalmente bien. Una puesta en escena arriesgada ante equipos que encontraron una forma de tapar esos espacios puesto que mermaba mucho la efectividad en esos partidos.
No querría dejar pasar la oportunidad de mentar a jugadores con tramos muy cortos o menos brillantes dentro del equipo como Marchena (que no pareció el mismo central en la Eurocopa de 2008) Capdevila y Arbeloa. Jugadores que quizás 'chirriaban' dentro del juego coral del equipo pero que alcanzaron un nivel equiparable al de sus compañeros y que dejaron huecos complicados de rellenar tras sus salidas del equipo.
Desde 2007 España comenzó un camino hacia alcanzar cotas inimaginables que ha tenido un parón tras el Mundial de Brasil y la pasada Eurocopa, porque sembró una semilla que germinó rápidamente hasta el punto de no tardar en encontrar a jóvenes talentos que pelean por dar continuidad al corte de futbolistas que han protagonizado este trayecto dorado y que desde Uno o Dos Toques esperamos poder tener la oportunidad de seguir escribiendo.