Cuenta Pep Guardiola en un libro publicado recientemente sobre sus primeros meses al cargo del Bayern de Munich, que uno de los detalles que más le ha impactado del fútbol alemán con respecto al resto es la capacidad de todos los equipo germanos para hacer contraataques de calidad, es decir, de pocos toques, veloces y absolutamente verticales.
Al frente del equipo bávaro el entrenador catalán está viviendo un caminar tranquilo en los torneos locales, algún que otro partido cuesta sacar más que otro, pero hay un rival que si le ha plantado cara a partir de ese contraataque que tanto ha llamado la atención de Guardiola: El Borussia Dortmund. El equipo de Jürgen Klopp perfecciona temporada tras temporada este arte hasta el punto de ser uno de los equipos con una transición de defensa a ataque más letal de entre la élite europea sin importar que vayan cambiando los nombres de los ejecutores.
Un buen ejemplo de lo que os cuento se puedo ver anoche en su estreno en este nuevo curso de Champions ante el Arsenal, en el partido de la jornada de la tanda de encuentros del martes. Un enfentamiento que ya pudimos ver hace unos meses con ambos equipos en situaciones muy distantes a las que viven ahora y que nos mostró a un Arsenal pragmático, competitivo y paciente para encontrar ese resultado que le mantuviera vivo en el torneo ante un BVB que no se encontró cómodo ni con espacios para desarrollar su idea con la fluidez necesaria.
Muy en cuenta tuvo que tener en la previa Klopp aquel partido para buscar la manera de que su equipo fuera lo suficientemente intenso para provocar errores en el rival y destrozarlo con la velocidad de sus atacantes. Le salió bien.
Tras la victoria cómoda por 2-0 (que pudo haberse 'abierto' antes y ser más amplia) el entrenador local reconocía que preparó a su equipo para apretar mucho al Arsenal, ahogarles y, a partir de ahí, correr. Un plan sencillo que ejecutado a la perfección ante un rival que fue muy débil en cuanto a que no supo hacer daño con el balón, corrió mal 'hacia atrás' y en donde Wegner no tuvo una dirección de campo acertada, presentó ante el BVB un cúmulo de defectos ideales para que el plan de Klopp saliera a la perfección.
Y de entre el cúmulo de nombres de nivel que se vio en un partido del corte del de anoche, el de Grosskreutz surgió para romper una lanza por el jugador gregario. El jugador de Dortmund llegó al primer equipo un año después de que lo hiciera Klopp y ha vivido a la sombra de nombres como los de Götze, Reus, Blazsczykowski, Lewandowski, Kagawa, Barrios, Gundogan, Sahin, Hummels o Subotic, nombres que hemos ido ligando a los últimos hitos deportivos de los amarillos pero siempre el de Kevin Grosskreutz ha estado detrás. Como lateral por uno un otro costado, más avanzado también en banda, como interior o como Klopp haya decidido alinearle, el rendimiento de Grosskreutz siempre ha sido alto, no es un jugador brillante, pero sí de los que acaba los partidos vacío por un trabajo defensivo constante y una ayuda en ataque inteligente.
Anoche firmó uno de esos partidos en los que aparecía por todos lados para hacer algo bien en favor de un compañero y encarnó sobre el césped la idea que rondó la cabeza de Klopp para superar al Arsenal.
Para el Borussia Dortmund vencer el primer duelo directo ante el rival por la primera plaza de grupo con una ventaja de 2-0 y sobre todo, el mensaje que envío al resto de componentes del grupo (Anderlecth y Galatsaray que empataron a uno), ejerce de refuerzo moral que ayuda a recuperar fuerzas tras el esfuerzo de anoche y hace que el aficionado se pregunte cómo rendirá este equipo cuando se vayan reincorporando los jugadores que faltan por lesión.
Bonus tracks
- El partidazo de Bender
- Contraatacar con Aubameyang siempre será más fácil
- Se cumple la norma clave para estos planteamientos: finalizar. Veintitrés tiros a puerta (seis entre palos)
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