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Lampard: reacción táctiva vs reacción emocional

El fútbol tiene un componente de irresistible atracción en cuanto a la capacidad que tiene el aficionado de empatizar o de sentir como muy suyas las sensaciones que pueden pasar por los jugadores. A partir de ahí se han visto algunas de las escenas que más acercan el fútbol profesional al aficionado, pequeñas o grandes historias que dejan algunas estampas imborrables, más ahora con el archivo infinito que es internet, que ayudan a nutrir de mística a lo que empezó como un juego.


Una de esas pequeñas historias de las que hablo se pudo ver ayer por la tarde en Manchester. En el partido del día que enfrentaba al imparable Chelsea de Mourinho y al actual campeón del torneo, el Manchester City de Pellegrini. El choque entre dos auténticos equipazos que venían de resultados no positivos en su inicio en Champions y que veían en este partido la oportunidad de incrementar el aspecto anímico de cara a las próximas semanas.
Un partido que el técnico portugués de los blues planteó a la perfección, reduciendo a la mínima expresión el poderío ofensivo de los skyblues (vaya con el fútbol moderno que los dos equipos jugaron de azul) y haciendo que su pareja de centrales, Kompany - Mangala, se convirtieran en los mejores jugadores del partido.
Merece mención especial Mangala, sin hacer mucho ruido se había convertido en uno de los mejores centrales fuera de las grandes ligas y en su estreno en Premier se pudieron ver sus mejores cualidades como son la anticipación y la capacidad de corregir cuando la defensa se ve expuesta.

Y en medio de tanta atadura táctica y miedo, digamoslo claramente, a tener los suficientes desajuste como para no conceder un gol, llegó el tanto de Schurrle. Es complicado encontrar un error en el repligue del City cuando una contra está tan bien tirada. Todos los jugadores del Chelsea que intervienen desde que Hazard cambia la orientación del juego cuando parecía desarmada la contra corren hacia la portería de Hart con todo el sentido: ser opción de pase hacia adelante o provocar la duda en el defensa que corre hacia atrás: ¿debo tapar esa línea de pase o debo interceptar al pasador? Una contra perfecta que lleva la firma de autor de José Mourinho.



En aquel momento el City ya contaba con un jugador menos y encajar un gol después de ver cómo había sido incapaz de crear peligro real sobre el arco de Courtois empujaba a pensar que Mourinho cerraría el partido tapando líneas de pase, espacios y cediendo el control del balón (que no del espacio) a un equipo que no se había mostrado lo suficientemente creativo y rápido como para desordenar a su rival.
Y en estas que Pellegrini tira de Frank Lampard. El que fue icono del mejor Chelsea de la historia que, por los senderos que adopta el fútbol moderno, para en un equipo que va a pelear por los mismo objetivos que el equipo que le dio todo en la élite.

Fueron sólo trece minutos, su segundo partido como jugador del City, hizo un gol y estuvo a punto de hacer un segundo que hubiera metido, si no lo hizo con un sólo tanto, a este partido entre los históricos de la Premier League. A las alturas de competición en las que estamos, el gol no gana lo suficiente como para poder decir que decide algo más allá del reparto de puntos, pero la secuencia de imágenes que dejó tras lograrse, son de aquellas que un hincha no olvidará jamás. Su cara de contrariedad tras conseguir el tanto, cómo se despidió de los aficionados visitantes, con una mezcla de disculpa y agradecimiento por la compresión o cómo abandonó el campo entre los saludos cómplices de los que hasta hace no mucho habían sido sus compañeros han sido las imágenes del fin de semana.

Tal fue el impacto del gol de Lampard al Chelsea, que provocó la sinceridad cruda de un José Mourinho que no encontraba en el punto fuera conseguido suficiente premio a la performance de su equipo. 'Cuando decidió fichar por un rival del Chelsea, las historias de amor se acabaron'.



Siendo muy acertado el comentario de Mourinho sobre la incorporación de Lampard a este partido en una situación tan concreta, lo cierto es que el que fue su jugador hasta hace bien poco, aporta al City, un equipo con una personalidad muy marcada a partir del corte de sus mediocentros, un nuevo perfil que, en partidos como el ayer, puede ayudar a desatascar defensas como las que planteó el Chelsea en el Etihad. 
Mientra que Yaya Toure, uno de los mejores jugadores de la Premier, irrumpe en el ataque desde una posición retrasada en conducciones, algo que también gusta a Fernandinho, Lampard aparece en los espacios siendo una opción de pase. Un recurso tan díficil de controlar como una potente carrera de Toure y que ayer fue más efectiva.

Van a ser pocas semanas las que podamos ver a Lampard como citizen antes de enrolarse de manera efectiva a la MLS, pero deberíamos estar atentos a qué va a aportar a un equipo que aspira a todo a partir de un medio del campo tan potente.

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