Toco y me voy: Lluvia para todos

por | 13:46:00
No sé por qué, pero esta semana pasada tenía muchas ganas de Superclásico. Y es raro porque con la posibilidad de que Boca pudiere cerrar la clasificación por pirmera vez en 26 años y de que River haya ganado 3 de los 9 partidos que ha disputado en este Clausura no resultan hechos atractivos como en otros partidos entre estos dos equipos como para tener muchas ganas de verlos en acción.

Tampoco el ver a algún joven talento de alguno de los dos podía sumar razones (igual Funes Mori podía motivar por ahí) y es que que tanto Xeneizes como Millonarios han tenido que recurrir a viejos rockeros para sacar el barco a flote, con más o menos acierto, pero dejando claro que no hay proyecto a medio plazo como para volver a gobernar el fútbol argentino como en los noventa y principios de esta década.

Quizás el ver un partido 'por todo lo bajo' dentro de un choque de trenes como este me picara mucho. O que pudiera ser el último Superclásico de históricos como Palermo, Riquelme, Gallardo o Almeyda a modo reseña histórica servía para ser un 'must view'.
El tema está ahora en que habrá que esperar al miércoles para ver qué sale de todo esto.



Porque la lluvia, torrencial e incesante, hizo aparición el día de ayer en Buenos Aires y nos dejó sólo diez minutos de partido.
Había allí ganas de partido: una Bombonera abarrotada a pesar de los precios desorbitados (hasta 400$ por una entrada) y el ambiente que ya conocemos para este tipo de partidos.
Quizás por ello, en una decisión que creo que todo el mundo que conoce un poco el fútbol argentino a calificado como lógica, el árbitro de la contienda, Baldassi, 'dejó' que se disputaran esos primeros minutos para que las hinchadas deseosas de ver el partido se dieran cuenta de que no era posible que se jugara el partido en esas condiciones. El balón no rodaba y seguro que los jugadores no estaban cómodos con tanta lluvia sobre la cara.

Así, tendremos que esperar un par de días para ver cómo acaba el partido que para a un país entero y hace que el resto del mundo estemos pendientes durante noventa minutos de lo que pasa en el estadio 'que late'.
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