Esta es a la conclusión a la que he llegado después de estar dos semanas dándole vueltas a la cabeza. Puede parecer una soberana tontería, pero en las próximas líneas intentaré explicar las razones por las que me parece muy grave.
Todo empezó hace dos semanas. El milagro del streaming me estaba permitiendo ver el Brujas-Valencia que ninguna televisión ofrecía en abierto en España. La suerte decidió que fuera un canal argentino el que me ofreciera el partido y dos comentaristas amenizaban el partido mejor que la media de los comentaristas españoles.
Estos dos comentaristas fueron los que me hicieron pensar. Después del 1-0, a favor de los belgas, uno de ellos exclamaba atónito: “Estos españoles no cambian de sistema táctico ni aunque vayan perdiendo, si observás bien ningún equipo de la Liga se atreve a jugar con tres defensas ni aunque sólo haya un delantero atacando”. Esta reflexión me hizo pensar. La verdad es que para ese partido no tenía mucho sentido porque el Valencia jugaba con 10 y sólo quería que el partido se acabara, pero ¿somos los equipos españoles tan cerrados tácticamente?
Enseguida me puse a darle vueltas a la cabeza, buscando equipos que jugaran diferente. Lo primero que me vino a la cabeza fue el Barça de Guardiola, pero no es lo que yo buscaba. Quería encontrar un equipo que jugara de forma diferente según sus necesidades. Lo único aproximado que encontré en mi memoria fue el Deportivo del año pasado. Sus problemas en defensa hicieron que muchos partidos jugara con una defensa de cinco y otros con el habitual 1-4-4-2. Nada más.
¿Por qué es importante? Porque para que un equipo sepa solucionar problemas ha de tener armas tácticas que utilizar. Pero en España hace años que no escucho que un entrenador ha cambiado de sistema para ganar una batalla táctica y eso me preocupa sobre todo en enfrentamientos internacionales. Esos partidos en que necesitas ganar para clasificarte o necesitas aguantar un resultado. Pero tenía razón el comentarista argentino, en España nos da igual lo que nos estemos jugando que siempre vamos con el manido doble pivote a todas partes, aunque el otro equipo esté defendiendo con 9.
Es algo que siempre he admirado de los equipos italianos. Que cuando necesitan algo, plantean el partido para conseguirlo, desde el principio, sin tregua. En España nos confiamos al mejor equipo y a este pensamiento: Si este es mi mejor equipo, es el que tengo que sacar para ganar. Pero muchas veces el mejor equipo no consigue el objetivo, porque este era muy difícil y se necesitaba arriesgar y para arriesgar hay que usar lo que los americanos llaman “equipos especiales”.
El otro día Unai Emery me sorprendió en el partido de vuelta de la Europa League. Varió el sistema y jugó con un 1-3-5-2 muy volcado hacia la banda izquierda por la que entraba como falso lateral Miguel. Fueron los 45 minutos de más riesgo de Emery en tres años en Valencia, pero en el descanso volvió a la monotonía y a su sistema habitual. Hasta la prórroga no pudo rematar el partido y ese cansancio lo pagó el domingo en el Calderón.
Ahora pienso en la Selección y en que se va a enfrentar a países que saben utilizar esas otras armas mejor que nosotros. Argentina, Alemania, Italia, Inglaterra o Francia son países que saben que no necesitan ser los mejores para ganar el Mundial, simplemente les hace falta ser diferentes y tener ese punto de suerte que a lo largo de la historia han necesitado los ganadores. ¿Sabrá España dar un paso hacia adelante en su madurez como país futbolístico o volveremos a chocar contra el otro fútbol?
Todo empezó hace dos semanas. El milagro del streaming me estaba permitiendo ver el Brujas-Valencia que ninguna televisión ofrecía en abierto en España. La suerte decidió que fuera un canal argentino el que me ofreciera el partido y dos comentaristas amenizaban el partido mejor que la media de los comentaristas españoles.
Estos dos comentaristas fueron los que me hicieron pensar. Después del 1-0, a favor de los belgas, uno de ellos exclamaba atónito: “Estos españoles no cambian de sistema táctico ni aunque vayan perdiendo, si observás bien ningún equipo de la Liga se atreve a jugar con tres defensas ni aunque sólo haya un delantero atacando”. Esta reflexión me hizo pensar. La verdad es que para ese partido no tenía mucho sentido porque el Valencia jugaba con 10 y sólo quería que el partido se acabara, pero ¿somos los equipos españoles tan cerrados tácticamente?
Enseguida me puse a darle vueltas a la cabeza, buscando equipos que jugaran diferente. Lo primero que me vino a la cabeza fue el Barça de Guardiola, pero no es lo que yo buscaba. Quería encontrar un equipo que jugara de forma diferente según sus necesidades. Lo único aproximado que encontré en mi memoria fue el Deportivo del año pasado. Sus problemas en defensa hicieron que muchos partidos jugara con una defensa de cinco y otros con el habitual 1-4-4-2. Nada más.
¿Por qué es importante? Porque para que un equipo sepa solucionar problemas ha de tener armas tácticas que utilizar. Pero en España hace años que no escucho que un entrenador ha cambiado de sistema para ganar una batalla táctica y eso me preocupa sobre todo en enfrentamientos internacionales. Esos partidos en que necesitas ganar para clasificarte o necesitas aguantar un resultado. Pero tenía razón el comentarista argentino, en España nos da igual lo que nos estemos jugando que siempre vamos con el manido doble pivote a todas partes, aunque el otro equipo esté defendiendo con 9.
Es algo que siempre he admirado de los equipos italianos. Que cuando necesitan algo, plantean el partido para conseguirlo, desde el principio, sin tregua. En España nos confiamos al mejor equipo y a este pensamiento: Si este es mi mejor equipo, es el que tengo que sacar para ganar. Pero muchas veces el mejor equipo no consigue el objetivo, porque este era muy difícil y se necesitaba arriesgar y para arriesgar hay que usar lo que los americanos llaman “equipos especiales”.
El otro día Unai Emery me sorprendió en el partido de vuelta de la Europa League. Varió el sistema y jugó con un 1-3-5-2 muy volcado hacia la banda izquierda por la que entraba como falso lateral Miguel. Fueron los 45 minutos de más riesgo de Emery en tres años en Valencia, pero en el descanso volvió a la monotonía y a su sistema habitual. Hasta la prórroga no pudo rematar el partido y ese cansancio lo pagó el domingo en el Calderón.
Ahora pienso en la Selección y en que se va a enfrentar a países que saben utilizar esas otras armas mejor que nosotros. Argentina, Alemania, Italia, Inglaterra o Francia son países que saben que no necesitan ser los mejores para ganar el Mundial, simplemente les hace falta ser diferentes y tener ese punto de suerte que a lo largo de la historia han necesitado los ganadores. ¿Sabrá España dar un paso hacia adelante en su madurez como país futbolístico o volveremos a chocar contra el otro fútbol?
7 Comentarios
Un saludo.
Saludos!!
No te pierdas la entrevista que le he realizado al central del Deportivo B y de la selección española, Rochela.
Tambien le realizaremos una entrevista al delantero noruego, Daniel Førlandsås
Saludos desde Que bello es el futbol
http://quebelloeselfutbol.blogspot.com
Desde 1978 (que fue el primer Mundial que ví a conciencia) no recuerdo que la táctica fuera determinante en ninguno de los equipos campeones.
Sí que recuerdo campeones con jugadores que hacían la diferencia, situaciones de mayor o menor fortuna, diferencias físicas, equipos que supieron manejar psicológicamente momentos de definición.
Creo que desde el '78 en adelante los mundiales pueden resumirse en pocos nombres propios: Mario Kempes, Enzo Bearzot, la dupla Maradona/Bilardo, Lothar Matthäus, Maradona y su tobillo destrozado, Romário & Bebeto (+ Dunga), Zinedine Zidane, Ronaldo, y el colectivo del equipo de Italia campeón en 2006 (con mucha casta, mucha vergüenza deportiva).
La táctica es una circunstancia que una expulsión, un rival psicológica o físicamente más fuerte e incluso las condiciones climatológicas pueden borrar de un plumazo.
Las tácticas son para las ligas o para competiciones largas como la Champions. Los Mundiales constituyen un territorio más pantanoso, muchas veces esquivo a "los mejores equipos" y a "los mejores jugadores".
Bien es cierto que tanto Aragonés como Del Bosque han sabido jugar con el 4-4-2 y con el 4-5-1 muy bien dentro de un mismo partido pero han sido pocas veces las que estos cambios han venido precedidos porque España necesitara remontar un partido en los últimos años.
La variedad de la libreta de los entrenadores es más relevante en torneos largos como las ligas. Más o menos todos los equipos se conocen y saben cómo van a llegar al partido, así que un cambio en el dibujo descoloca de primeras, pero creo que lo más decisivo a estos niveles es la intensidad y el orden que imprime cada equipo en sus partidos más allá de que jueguen con un esquema o con otro.
Dejo otro debate al hilo, ¿debe un entrenador imponer su dibujo a la plantilla o amoldarlo a los jugadores que tiene?
Saludos
Guardiola también ha introducido 'variantes' en su táctica, como el día del Stuttgart y/o el Málaga en el Camp Nou, cuando jugó con algo así como un 4-2-3-1 para que Messi participará más en el juego y por dentro, no tanto por fuera
Es algo con lo que no estoy para nada de acuerdo, entonces ¿para qué sirve el entrenador?. Yo creo que plantear el partido en función del rival es imprescindible para maximizar tus opciones en el partido. Aún siendo el Barça, me parecería dar una ventaja al rival el jugar siempre de la misma forma sin pensar en si el rival es más fuerte atacando por las bandas o jugando balones largos, quizá no sean los mismos defensas los apropiados para cada situación.