Benítez en la encrucijada

por | 11:00:00
Hoy el cuerpo me pide hablar de Benítez. Riera ha pegado un raje importante del técnico español y antes de jugarse su pase a los cuartos de la única competición que puede ganar. Y es que Benítez es uno de esos personajes dentro del mundo del fútbol al que se quiere o al que se odia, al que se idolatra o al que se desprecia, del que se es muy admirador o muy detractor.

El estilo Premier en los entrenadores es especial. En pocos lugares de Europa podemos encontrar entrenadores que duren 10 años en sus equipos y no digamos los 24 que lleva Ferguson. Ahí se instaló Benítez, en uno de esos equipos con los hay que cuadrarse con sólo mentar el nombre. Tras ser el héroe de Valencia con dos ligas, se le echó del equipo valencianista a pesar de ganar títulos sin tener dinero.

No sé si fue en esa capacidad de generar resultados sin dinero en la que se fijó el Liverpool. Lo cierto es que ofrecieron a Benítez ir a La Meca del fútbol: la Premier. Una liga que respeta a sus entrenadores y a los que deja trabajar. El entrenador en la Premier no es el Trainer, es el Manager y eso lo dice todo. En Valencia, Rafa se quejaba de las lámparas y las mesas y en Liverpool le daban el control total.

Hoy, seis años después, Rafa ha ganado una Champions y ha estado en una final de la máxima competición europea. Pero en el ámbito doméstico sólo ha conseguido una FA Cup y es algo que no se le perdona. ¿Pero quién no le perdona? La afición de Liverpool idolatra a Rafa y hasta se ha manifestado para pedir su continuidad, pero cada mes sale una noticia diferente sobre cuánto costaría echar a Rafa, que si tal o cual equipo lo tiene en su agenda o si Rafa no hace que su equipo juegue bien.



Mi sensación es que la afición inglesa es la más sabia del mundo. Sabe que hay temporadas de transición y sabe que hay años en los que el equipo no puede aspirar a más dentro de la Premier es un secundario. En una competición liguera, el Liverpool no puede permitirse la regularidad que exige jugar siempre con los buenos jugadores, en buen estado de forma, porque no tiene la amplitud de plantilla del Chelsea, ni la juventud del Arsenal, ni las estrellas resolutivas del United. Rafa sabe, como le pasó en Valencia, que la única manera de ganar una Premier es que los grandes tengan un mal año y que su equipo lo tenga muy bueno.

Pero lo cierto es que Benítez ha sabido fichar piezas buenas, piezas año tras año, sólo le falta acabar el puzle. Este año, la pieza fue Glen Johnson, gran lateral derecho. Portería, lateral derecho, eje de la defensa cubierto. Centro del campo defensivo, media punta y delantero cubierto. Le falta un par de jugadores para completar un gran once: un medio centro creativo, un lateral izquierdo de garantías y dos bandas peligrosas.

Y aunque parece una contradicción, Rafa ha demostrado ser un mal fichador. Le ha costado mucho acertar en los fichajes y casi siempre le han salido bien tras varios intentos. La finalización de ese puzle le está costando demasiados años y está desgastando a alguna de sus estrellas, el más importante Gerrard ha hecho una temporada lamentable.

En España somos muy chovinistas (me encanta este adjetivo). Nos parece que todo lo español es mejor que el resto. Sobre todo la prensa deportiva que exalta a cualquier ser que destaque y que haya nacido en nuestras fronteras. Pero en nuestro chovinismo no tenemos mesura, o amamos u odiamos. Hay mucha gente que no soporta el método Benítez por lo que ofrece su juego, por lo que aburren a veces sus partidos y por lo rápido que quema a ciertos jugadores. Suena para el Madrid, pero hay prensa que ya le está criticando y aún no ha llegado.

¿Qué hará Benítez? Él ha declarado que se quedará en Liverpool hasta que sienta que la afición no le quiere. Sabe perfectamente que es lo que le sustenta en el cargo, no los 17 millones que según Marca les costaría echarle. Benítez sabe que lo que corta cabezas en Inglaterra no son los directivos, son los aficionados, pero la presión mediática está siendo muy fuerte y el desgaste podría ser demasiado grande si no consigue clasificar a los Reds para la Champions, pero quizá no estar en Champions sea la ocasión perfecta para optar a un título nacional.
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