Una de las carreras más extrañas que he visto en mi vida es la del mediapunta serbio Dejan Petkovic, conocido como "Rambo" por su fortaleza física y potencia en su llegadas al área. Tampoco iba mal en el apartado técnico.
Desde su debut en la Primera División de la antigua Yugoslavia, siendo el jugador más joven en hacerlo en la historia con dieciséis años y un par de semanas hasta su gol olímpico con el Flamengo de hace unos días, el amigo Dejan tiene que ser de los jugadores de su país que más kilometros ha hecho en la profesión.
Después de hacerse un nombre en su país jugando en el Radnicki y en el Estrella Roja post Copa de Europa, la oportunidad de llegar a un grande del fútbol mundial se le presenta en 1995 con veintitrés años y en forma de fichaje por el Real Madrid que cifró la operación en seiscientos millones de pesetas (la mitad más o menos de lo que costó Mijatovic la temporada siguiente y unos cien millones menos -600.000,00€- que la contratación de Davor Suker).
Recuerdo que se nos vendió como la gran perla de los Balcanes que faltaba por salir del país y que, como casi siempre, se montó mucho en torno a su llegada y a lo que iba a ayudar al Madrid en su lucha por volver a levantar una Champions.
Poco se va a decir de su paso, ya no sólo por el Madrid, sino por el fútbol español, donde no llegó a disputar más de diez partidos con ninguno de los equipos por los que pasó (Sevilla y Racing además de los de Chamartín) y con dos goles que supieron a muy poco.
Recuerdo que se nos vendió como la gran perla de los Balcanes que faltaba por salir del país y que, como casi siempre, se montó mucho en torno a su llegada y a lo que iba a ayudar al Madrid en su lucha por volver a levantar una Champions.
Poco se va a decir de su paso, ya no sólo por el Madrid, sino por el fútbol español, donde no llegó a disputar más de diez partidos con ninguno de los equipos por los que pasó (Sevilla y Racing además de los de Chamartín) y con dos goles que supieron a muy poco.
Después de su fracaso estrepitoso, sonó hasta cómico que aceptara una oferta del Vitoria de Bahia, aunque le acompañara un ilustre de la Liga como Bebeto, para que un jugador yugoslavo que no había demostrado nada en una liga como la española buscara reivindicarse como jugador a la edad de 25 años en Brasil.
Pero nada más alejado de la realidad, la carrera de Petkovic en Brasil (quitando pequeños periodo en el fútbol asiático e italiano) ha sido para enmarcar.
"Pet" como se le conoce en Brasil, ha sido pieza fundamental en todos y cada uno de los equipos por los que ha pasado, que no han sido pocos: el ya mencionado Vitoria, el Flamengo (en dos etapas y donde juega ahora), el Vasco de Gama (también en dos épocas diferentes), el Fluminense, el Goias, el Santos y el Atlético Mineiro.
En todos ellos mostró al mundo que todo lo que se hablaba de él cuando fichó por el Madrid era cierto aportó movilidad, llegada, asisitencias y sobre todo mucho peligro en sus lanzamientos de falta, donde dejó sus goles más memorables.
Esta es sin duda una de las historias por las que el fútbol es lo que es. Seguro que Petkovic soñó con hacer historia en su liga local (que la hizo), con su selección (sólo ocho entorchados con un gol) o en ligas como la española o la italiana (las más relevantes en su momento), pero lo ha conseguido en una tan difícil para los europeos como lo es un campeonato sudamericano y más el Brasileirao donde es ídolo indiscutible para la hinchada rubronegra y respetado y admirado por todas las aficiones de los muchos clubs por los que ha pasado en Brasil, independientemente de ser rivales encarnizados.
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Saludos