Esta semana Manucho, reciente fichaje del Real Valladolid, anunciaba a bombo y platillo que su objetivo era "marcar entre 30 y 40 goles esta temporada". Un angoleño que tuvo demasiada prisa por triunfar en el Manchester United y que ahora acude con el orgullo tocado a un equipo clásico, pero sin grandeza, en busca del pan y la sal futbolística debería mantener la lengua enjaulada mientras afila sus espadas en pos de una temporada tranquila para los de Pucela. En la misma línea, Cristiano Ronaldo afirma reiteradamente que vale los 94 millones de euros que se han pagado por él. En un contexto de crisis global, donde el precio de los alimentos resulta galáctico en más de la mitad del planeta, el astro luso debería driblar ese tipo de preguntas que le elevan el ego hasta la indecencia, y ubicar así su apariencia en un plano de normalidad. Recientemente, Del Nido equiparaba la oferta del Milan por Luis Fabiano (14 millones de euros) a "una oferta por un jugador del B". Suponemos que el presidente hispalense tiene en su poder una máquina de fabricar Pelés o directamente billetes de dosmil euros. Más bien, el mandatario sevillista lo que no tiene es un manual de la moderación, algo que deberían memorizar todos los dirigentes que confunden bravuconería gratuita con sabiduría en plena negociación. Aunque el ejemplo de Joan Laporta, confesando sus respetables pero inoportunos planes políticos en las últimas semanas, no ayudan a lograr la normalidad.
Y en medio del evidente derretimiento neuronal que algunos padecen, Mendilíbar baja de la nube a Manucho, advirtiéndole con un "está bien que tenga ambición el chico, pero que luego no se me venga abajo si no ve puerta". Un expupilo del entrenador pucelano, el amarillo Joseba Llorente, asume la competencia como algo beneficioso para el equipo. "Hay que pensar en más jugadores", admite el donostiarra, pese a que los fichajes en la delantera le restarían minutos sobre el papel. Luis Fabiano, como aquel crío que se permite corregir a su vehemente padre, declara con mesura que "Entiendo que (la oferta) no la acepte el Sevilla teniendo en cuenta como está el mercado", dejando en ropa interior de dudosa calidad a su lenguaraz presidente. El frío islandés del Barça, Eidur Gudjonssen, alaba la rápida incorporación de Messi a la concentración blaugrana cuando declara que "Veo muy bien su gesto, le honra. Es un enamorado del fútbol y de los compañeros".
Personajes como Manucho, Joan Laporta, Del Nido, Cristiano Ronaldo y tantos otros provocan que, en más ocasiones de las que se debiera, se confunda el espectáculo futbolístico como un paraíso de los bocachanclas, en el cual debiera existir un "pichichi" veraniego al mayor bocazas de la pretemporada. Y otros grandes profesionales del fútbol, como el experimentado Mendilíbar, el guerrillero Llorente, el artista Luis Fabiano o el trotamundos Gudjonssen centran, con su cordura, el fútbol en lo que és, un deporte en el que lo que cuenta es el rendimiento, la motivación, las espectativas, la ilusión y la profesionalidad. Lástima que a veces la ignorancia sea Usain Bolt frente al caracol en el que van montados los cerebros de determinados personajes.
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3 Comentarios
saludos crck
Parece que lo más importante es parecer más que hacer.
Saludos
Un saludo
http://deparadinha.blogspot.com