¿Qué me sucede doctor?

Érase una vez un equipo de fútbol catalogado por todos como el tercero en importancia en España, con una historia de títulos importantes, jugadores emblemáticos y quizás la afición más animosa. De repente nos encontramos en el año 2008, después de más de 100 años de vida y resulta que, ese tercer puesto corre cierto peligro si es que no lo ha perdido ya.

El punto de inflexión fue el doblete de la 95/96, a partir de ahí ha sido un devenir de incongruencias, errores o simplemente haciendo honor a su apodo “el Pupas” encontró un bache que lo llevó al “infierno” en el 2000. Dos años después recuperó la categoría de la mano de su brújula preferida, Luis Aragonés.

En la actualidad, está clasificado para octavos de la Champions metido en los puestos de UEFA en la Liga pero dando una sensación de poca personalidad ya que en sus partidos ni domina ni es dominado por voluntad propia. Creo que todo sucede a partir de casualidades y dejar tanto mandato al azar es muy peligroso. Para señalar culpables acertadamente deberíamos estar dentro del club aunque de puertas hacia fuera para mí todos son responsables: los jugadores por su desidia, el entrenador por diplomático e indeciso, el presidente porque es el que manda y, esa “gran” figura en España que es el director deportivo: García Pitarch. Entre unos y otros están haciendo de un histórico un equipo ramplón y sin un rumbo apropiado, espero que vuelva la coherencia y acierten en las decisiones.

Para muestra de su caída, un detalle, ha pasado de ser un equipo comprador a ser un equipo vendedor respecto a sus estrellas. El primero fue Torres (en vez de rodearlo de un gran equipo) y el siguiente será Agüero ya que no existe el respeto de los grandes clubes por sus grandes jugadores, ese pacto no escrito de no agresión.

Para colmo ahora tienen que mudarse de estadio, se avecinan tiempos de crisis aunque a la larga espero que sea positivo para todos.

Qué razón tenía ese hijo que preguntaba a su padre: ¿Papá por qué somos del Atleti?