Después de la salida de André Vilas Boas del Chelsea, tenía interés
en saber cómo encararían los jugadores la recta final con la solución
interina de su segundo, Di Matteo. El primer partido con el italiano al
frente fue en Copa, el replay ante el Birgmingham que solventó con un
0-2 y quizás con pocas bases para sentar alguna línea a seguir. Un
torneo en el que no hay una exigencia como en Premier o Champions para
los blues y en el que es tendencia jugar con reservas o jugadores con
pocos minutos.
El siguiente partido, antes del partido clave para salvar el año ante
el Napoli, era ante otro rival como lo es el Stoke City, que por su
naturaleza, iba a exigir al Chelsea una iniciativa excesiva junto a
pocos fallos atrás. Así, a grandes rasgos. Personalmente, complicado
para poder sacar grandes conclusiones pero sí útil para ver la capacidad
de racción de Di Matteo para ‘desatascar’ el partido (algo que todos
esperábamos) y, sobre todo, ver la respuesta de sus jugadores tras la
salida del entrenador que parece no contaba con todo el apoyo del
vestuario, ante el cambio y delante de su gente.
Como era de esperar, ni el equipo cambió de manera radical ni Di
Matteo pareció dar con una tecla que activara al equipo ante un rival
que se dedicó a esperar a su oportunidad en forma de contra (que las
tuvo) o de pelotas paradas. Me llamó poderosamente la atención que en un
partido de estas características, Mata fuera reserva. Vale, quizás fue
pensando en el partido de Champions, pero quizás en estos partidos se
merezca el sobreesfuerzo del jugador más creativo del equipo. Y fue
gracias a una jugada del burgalés de la que se aprovechó Drogba por lo
que el partido se decantó de su lado.
Pero hubieron una serie de detalles llamativos: las ocasiones más
claras del Chelsea fueron protagonizadas por sus defensores,
principalmente por Ivanovic desde el lateral derecho. En la segunda
mitad, el serbio fue sustituído por David Luiz pasando a cerrar con tres
(el brasilero por derecha, Cahill y Terry) pasando a Ashley Cole a una
posición más adelantada sabedor de que no tendría exigencia defensiva.
Otro punto clave fue la tonta expulsión de Fuller ante la que Di
Matteo reaccionó rápidamente quitando el blindaje en el medio quitando a
Meireles por Mata. El cambio se agradeció.
Aún con todo esto, es preocupante la poca movilidad de los jugadores
situados por delante del balón. Como os comentaba de inicio, está claro
que ante un rival que se iba a cerrar tanto, es complicado encontrar un
hueco o llegar con sorpresa (lo que explica el buen papel en ataque de
Ivanovic y Cole) pero sí que será exigible entre semana ante un Napoli
que incluso con un resultado a favor, no debería vivir tan retrasado en
el partido.
En resumen, se notó en el campo que los veteranos, de los que se dice
que ‘se cargaron’ a Vilas Boas, estaban más activos pero se necesita
jugadores con un toque más clarividente en el medio para no verse
agobiados con la pelota. También parece que no es ninguna locura
anteponer a Cahill antes que a David Luiz mientras que este último no
siga dando la imagen de seguridad necesaria para un equipo que debe
volcarse en partidos como el de ayer.
Seguiremos observando.
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