Después de una semana de descanso en la que Rubén nos dio unos apuntes de lo que está pasando en Francia, volvemos a la sección habitual de los viernes: las Leyendas. Para hoy rescato a un jugador que quizás no tenga el palmarés de otros jugadores que han pasado por aquí, pero sí que regaló grandes tardes de fútbol allá por donde pasó. El extremo checo Karel Poborsky.
¿Cómo jugaba Poborsky?
Pegado a un banda para partir desbordar o trazar la diagonal. De los últimos extremos puros que ha dado el fútbol europeo y que se haya desempeñado como tal hasta casi el fin de su carrera, de esos que solían agachar la cabeza y correr como si nada más importara y que siempre tenía que hacer, como poco dos amagos antes de centrar. Pero pese a esos "vicios", era muy bueno.
La seña característica de su juego era su desborde cuando cabalgaba por la banda, la manera en la que buscaba al lateral y lo dejaba atrás con su cambio de ritmo para buscar la línea de fondo era fantástica. Su velocidad, su habilidad para el recorte e incluso su fuerza para aguantar el cuerpo a cuerpo con el defensor le hicieron un jugador decisivo en muchos encuentros.
Y como todo buen jugador, fue supliendo la falta de chispa física a lo largo de su carrera con la inteligencia. Gran llegador, aprovechaba los espacios para aparacer de manera sorpresiva y finalizar o dirigir sus slaloms en dirección a portería.
Hasta en su recta final supo amoldarse al puesto de segundo punta, para asistir o aprovechar sus menores intentos en velocidad de la manera más efectiva.
Clubs
- Ceske Budejovice (del 91 al 94 y de 2006 a 2007)
- Viktoria Zivkov (del 94 al 95)
- Slavia Praha (del 95 al 96)
- Manchester United (del 96 al 97)
- Benfica (del 98 al 2000)
- SS Lazio (de 2001 a 2002)
- Sparta de Praha (de 2002 a 2005)
Títulos
- 4 Ligas (96, 97, 2003 y 2005)
- 1 Copa (2004)
Si en un combinado Poborsky hizo historia fue con la selección del a República Checa. Fue el primer jugador en alcanzar los cien partidos gracias a los doce años en los que defendio su camiseta. Deslumbró en la Euro de 1996 y también participó en la de 2000, pero sólo contó con una presencia mundialista, ya pasada la treintena, en el Mundial de Alemania, con una selección que buscaba el relevo a la que maravilló en los noventa.
