Haber cambiado a Blanc por Unai Emery junto a la salida de Zlatan Ibrahimovic no ha tenido, de momento, una repercusión sobre el dominio que ejerce el PSG en la Ligue 1: ha disputado un par de partidos que sacó adelante con solvencia y hasta con las lagunas de concentración de épocas anteriores que daban algo de vida a sus rivales.
Eso sí, el balance general del desempeño del equipo durante esos dos partidos ha sido más que bueno: ha conseguido que sus dos laterales abran el campo en ataque y que 'la nube' que forman los dos mediocentros y los dos zagueros vayan ocupando las zonas por donde el rival trata de aprovechar los espacios de los laterales, equilibrando el retorno de estos.
Sus momentos de ataque son ciertamente finos. Rabiot ocupa el puesto de Verratti en la zona ancha y conecta a las mil maravillas con los tres mediapuntas con los que ha jugado Unai: Di María, Pastore y Lucas Moura. Los tres han empezado el curso en un gran momento de forma y marcan una clara diferencia en el torneo galo.
Además, se puede percibir ya lo que busca el técnico vasco de estos jugadores tan determinantes, mediante sus intercambios de posición y de altura (Pastore) a la hora de participar en los ataques estáticos. Y ha todo esto hay que añadir la llegada de los tres.
Pero tras estos primeros conceptos, llega el primer problema que tendrá que solucionar Unai Emery (y quizás la sombra alargada de Ibrahimovic) y es la efectividad a la hora de finalizar las jugadas.
En el primer partido optó por Ben Arfa como hombre más avanzado y realmente dio mucha continuidad a la circulación en tres cuartos de campo junto a crear momentos de confusión con el consecuente desajuste de marcas entre los centrales del Bastia pero a pesar de las llegadas de segunda línea, no se generaba con la suficiente continuidad para que el dominio del balón en campo contrario cristalizara en una cómoda renta (el partido acabó 0-1).
Este mismo sistema fue el que usó en la Supercopa contra el Olympique de Lyon. El equipo de Genesio contaba con más recursos para atacar al PSG y dio pie a que esa opción de 'falso 9' funcionara a la hora de generar ocasiones (el partido acabó 4-1). Las llegadas de Di María y Pastore más lo que se guisó Ben Arfa fueron más que suficiente como para haber registrado un resultado con más goles (para ambos equipos, todo sea dicho).
Buscando una alternativa el partido del domingo contra el Metz en casa dio paso a la variante de jugar con un 9 referente: Cavani. El punta uruguayo había jugado desplazado a una banda en el curso anterior, víctima del 'Ibrasistema' y reclamaba una oportunidad como punta de lanza.
El partido de ayer presentó los mismo patrones que los anteriores y que hemos comentado al inicio con la variante de que Cavani tuvo oportunidades de sobra como para haberse ido a casa con varios goles y no con silbidos por parte de su público. El sistema y la línea de tres mediapuntas funcionó y sólo su ansiedad para buscar el espacio y el remate, frenaba el caudal ofensivo de los parisinos.
La continuidad de este esquema deberá dictar si lo de ayer fue una mala noche o si el 4-2-3-1 no es el sistema con el que explotar sus cualidades como goleador en el equipo que busca Emery.
Queda la opción Jesé. El delantero canario ha llegado con vitola de estrella pero que sólo ha disputado poco menos de media hora en el primer partido liguero. Sus minutos le dejaron más cerca de lo que ofrecía Ben Arfa que a los registros de juego de Cavani, en cuanto a que su participación es más activa en las inmediaciones del área que dentro de ella, pero sí que tiene más recursos y más gol que el ex del Niza. Desde luego se presentó como un punto intermedio entre los dos perfiles y seguro que tendrá más peso a poco que se adapte al equipo.
Como en campañas anteriores, parece que tendrá opciones durante la Ligue 1 de acabar de encontrar el jugador (o jugadores si cambiare de dibujo) que se ajuste mejor a lo que busca Emery de este PSG a la hora de equilibrar la participación en el juego del equipo y la eficacia de cara a puerta, siempre y cuando no lleguen más jugadores.
Y, quién sabe, si cuando tenga ese primer problema solucionado el siguiente sea mantener contentos a todos sus centrocampistas una vez recuperado Verratti y a la espera de la entrada en rutina de Krychowiak, uno de los fichajes de campanillas del equipo este verano.