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Los primeros deberes de Lopetegui

Es muy complicado posicionarse en el debate sobre la duración de un entrenador en un banquillo: periodos cortos en intensos para exprimir las cualidades de tus jugadores o etapas más largas para asentar un estilo de juego en donde las piezas puedan entrar y salir con facilidad sabiendo a qué vienen.
Un buen ejemplo es toda la discusión que ha rodeado en los últimos años a Vicente Del Bosque tras sus éxitos al frente de la selección española. Cerrar un ciclo exitoso es una de las tareas más complicadas en el fútbol de élite de hoy en día, nunca se sabe si hacerlo en el momento álgido es precipitado o si alargar los periodos después del primer revés a la espera de remontar el vuelo.

No valoraré la etapa de Del Bosque en esta entrada, pero sí me permitiré comentaros qué me gustaría que Julen Lopetegui consiga (no cuanto antes, pero sí en un periodo lo suficientemente corto para acabar de aprovechar lo que queda de una generación irrepetible).
El técnico salmantino debía llevar a cabo una revolución silenciosa entre el Mundial de Brasil de 2014 y la Eurocopa finalizada hace unas semanas para relevar con talento el talento que ya tenía y dar continuidad de la competitividad bajo un estilo en torneos cortos. Hizo hasta donde pudo. Ahora esa labor debe continuarla el ex portero que ya en su presentación advirtió, con mucha inteligencia, que no venía para llevar a cabo una revolución, sino una evolución de lo que se había estado trabajando con Del Bosque.



Si entendemos 'revolución' como un cambio de nombres en las convocatorias elevado, queda claro que ha cumplido con lo anunciado, pero tampoco debía explicar en profundidad cómo va a llevar a cabo en su primer día al cargo (y de paso nos deja tiempo y espacio para analizar un poco sus primeros movimientos).
¿Qué debemos esperar que haga en una primera parte de su periodo como seleccionador?

Lopetegui cuenta con una ventaja con respecto a otros aspirantes al cargo y es su etapa como seleccionador sub21, por lo que conoce de primera mano a todo el grupo de jóvenes que ahora señalamos para entrar en la selección absoluta de una forma permanente después de alguna breve etapa con Del Bosque. Jugadores como Isco, Thiago, Morata o Carvajal van a contar con cierta complicidad o crédito a poco que mantenga su nivel en el 'trabajo diario'. Esa confianza en los jugadores que vayan empujando debe servir para mantener pensionados a internacionales más veteranos.
No es muy esperanzador el anterior caso del técnico sub21 que se hizo cargo de la absoluta (Iñaki Sáez) pero tampoco heredó el trabajo que sí va a encontrarse Lopetegui.

El desarrollo de un plan B también debe ser algo a lo que el nuevo seleccionador dedique muchas horas de su trabajo. En la última década España ha desarrollado un juego reconocible al 100% tanto en las victorias como en las derrotas y cuando estas han llegado, la falta de alternativas en el juego cuando ha tocado cambiar la velocidad de sus posesiones o la forma en la que se llega al área, las variantes se han reducido a uno o dos jugadores de 'corte diferente' al de los habituales titulares (un extremo puro, un 9 de área). Un equipo completo es aquel que puede jugar de varias formas no ya solo en función del rival, sino también en función de los diferentes escenarios que se dan dentro de un partido.


A pesar de ser un sólo un par de puntos, el primer reto que tiene por delante, la fase de clasificación para el Mundial de Rusia en un par de años, junto a los amistosos que se vayan colocando por el camino es suficiente como hoja de ruta para logra, espero, estos objetivos. Lo que venga demás (meter en la dinámica a algún jugador que en estos momentos no esté entre el grupo que todos tenemos en mente o despejar la incógnita sobre el jugar con un 9) serán puntos a favor de su gestión.
Hasta que veamos en qué acaba todo esto, queda disfrutar del camino mediante los buenos jugadores con los que cuenta el nuevo seleccionador.