Pocas veces hemos podido ver una sombra tan alargada como la de Alex Ferguson en el deporte profesional de élite. La longeva y exitosa etapa del escocés al frente de uno, si no el que más, clubes más famosos del mundo dejó un nivel de exigencia que fue demasiado para un técnico que llegaba preparado y con ambición como David Moyes así como después para un perfil tan diferente como el de Louis Van Gaal. Ninguno de los dos consiguió encontrar un equilibrio entre propuesta, puesta en escena y resultados a pesar de contar con crédito entre aficionados y dirección así como con recursos económicos suficientes como para llevar a cabo cualquier pequeña revolución que acercase al equipo a lo que buscaban para lograr el éxito.
La oficialidad de la llegada de José Mourinho al banquillo de Old Trafford añade un nuevo registro (será el cuarto entrenador -como mínimo, si la cosa va medio bien- en cuatro años tras la salida de Ferguson) al rol de entrenador en el United. Dijo Ed Woodward que 'es el mejor entrenador de fútbol en la actualidad' durante su presentación y razón no le falta, aunque, siendo francos, podría haber añadido el estado de 'disponible' a esa sentencia. Porque después de una temporada muy discreta (clasificación para Europa League y FA Cup) el proyecto Van Gaal no parecía tomar el camino hacia la recuperación del dominio en el fútbol inglés y era necesario apostar por ese perfil de entrenador: ambicioso, experimentado y, sin lugar a dudas, uno de los mejores estrategas que hay (y ha habido) en el fútbol moderno.
El caldo de cultivo en forma de jóvenes jugadores que ha dejado el entrenador neerlandés al que fuera su compañero en Barcelona para trabajar con ellos: Martial, Rashford, Lingard, Pereira... y hasta Depay (sí, amigos, yo creo que tiene potencial para brillar en el United de forma regular). Unido a que el fútbol Premier sea el que mejor se ajusta a la concepción del fútbol que tiene el entrenador portugués y a que, sin lugar a dudas, dispondrá de dinero para ir a por los jugadores que piense necesarios para potenciar al equipo, presenta, por tercer año consecutivo, al United como uno de los puntos de interés para el próximo curso.
Sin olvidar jugadores ya asentados en la élite como De Gea (si no se marcha), Rooney, Mata o, en un segundo nivel, el barómetro que es Carrick.
Pero seguramente lo que desde ayer ya se puede celebrar es el reencuentro entre Mourinho y Guardiola. Ya no sólo en el mismo torneo, sino que en la misma ciudad. Las cabezas pensantes de los mejores duelos futbolísticos (si quitamos todo el envoltorio mediático) que hemos vivido en este Siglo volverán a competir entre sí, donde esta vez el técnico catalán será el 'novato' en cuanto a no conocer en primera persona la naturaleza del fútbol británico ante el entrenador extranjero que mejor se ha adaptado a ella.
Sólo hay un punto en la trayectoria de Mourinho que me crea una duda ante la que me puede más el ansia de aclarar que el poder de razonar si puede ser verdad ¿Es José Mourinho un entrenador con el que el United pueda pensar a largo plazo (si es realmente lo que busca -le han firmado hasta 2020-)? Sus etapas tras salir de Porto han sido cortas, intensas y hasta conflictivas con entornos ajenos y propios ¿Construirá un United competitivo y ganador de una forma tan rápida como estable en el tiempo? Uno de los secretos de Ferguson fue saber acotar las estancias en el equipo de los jugadores que no iban a sumar, por el motivo que fuera, algo que Mourinho puede hacer, pero hasta ahora sus formas siempre han dotado de un tinte bélico este tipo de decisiones, acelerando la erosión de los grupos con los que ha trabajado, marcando una línea muy clara entre sus afines y los desafectos en el vestuario.
Sea como fuere, creo que todos estamos esperando ya a ver cómo configura a la plantilla con la que quiere trabajar y qué tipo de idea tiene para, una vez más, uno de los retos más importantes de su carrera.