Fui padre a finales de 2009 y arreglé con mi jefe un persmiso por paternidad un tanto extraño pero que, en resumen, me dejó las tardes libres coincidiendo con la celebración de la Copa África 2010. Guardo con cariño el recuerdo de estar con mi hija recién nacida aquellas tardes viendo esa CAN con los siempre interesantes análisis de los comentaristas de Eurosport.
En aquel torneo descubrí a Vincent Enyeama. Nigeria distaba mucho del equipo que brilló en la segunda mitad de los noventa y todavía no había asentado las bases del equipo que ganó la edición en 2013 pero aquel portero que hacía carrera en el fútbol israelí me pareció, de largo el mejor del torneo y, con suficiente nivel como para probar en una liga europea de más calibre.
Tardó un año más en tener esa oportunidad cuando el Lille lo contrató y, aún más en hacerse con la titularidad, algo que ha conseguido este año. Pero antes de ganarse el puesto volvió a brillar con la selección o, cuanto menos, dejar una actuación de primer nivel en uno de esos partidos que tienen una proyección global. Cuando todo el mundo esperaba que Leo Messi comenzara a expandir su reinado desde Barcelona al resto del mundo a través de la selección argentina, Enyeama fue la primera piedra que se encontró en el camino frenando en seco a la Albiceleste en general y al astro rosarino en particular.
Por aquel entonces volvía a coger minutos en Israel cedido por el Lille y parecía que aquella tarde podía ser una nota de color en una carrera discreta. Pero el cambio en el banquillo del Lille con la salida de Rudi García y la llegada de Girard también supuso un cambio bajo los palos (ayudado por la salida de Landreau) con la ansiada oportunidad de ver a Enyeama en una liga potente. Y la respuesta no puede estar siendo más positiva.
El nigeriano es junto a Morgan De Sanctis el portero menos goleado hasta ahora en las grandes ligas europeas con sólo cuatro tantos en dieciséis partidos y si bien parte del mérito siempre hay que reconocérselo a la defensa, actuaciones como la que se puede ver más abajo del meta, bien merece la mención.
Hace unas horas se ha celebrado el sorteo de los grupos del Mundial de 2014 y mucho debería torcerse el tema para que Enyeama no viaje con Nigeria para vivir su tercera participación en una fase final de Copa del Mundo (antes en 2002 y la mentada en 2010). Seguro que se ha dibujado una sonrisa en su cara cuando ha visto que volverá a verse las caras con Messi.
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