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Three Lions: Luis Suárez, Liverpool y fichar un 9

Hace unas horas el Liverpool puede haber disputado el que haya sido, hasta la fecha, el mejor partido de la temporada. Algo que se acerca a lo que gusta ver en Anfield y a lo que quiere ver Brendan Rodgers hacer a su equipo.
La visita del Sunderland quizás no tuviera el cartel de 'gran cita' pero sí era la de un rival teóricamente incómodo que fue despachado con solvencia y sin paleativos con un contundente 3-0 con una actuación de gran nivel de Steven Gerrard y dos goles de Luis Suárez.


Un buen detalle para recibir al flamante nuevo fichaje del club, Daniel Sturridge, quien viene a dar más potencial a la línea ofensiva del equipo en busca de marcar esa diferencia entre los equipos que luchan y consiguen una plaza europea y los que animan esa competencia para ir poco a poco cayendo descolgados de la pelea. Desde la salida de Andy Carroll se ha hablado mucho sobre la necesidad de un 9, tal vez no de un perfil tan marcado como el de Carroll, pero sí que se adapte con acierto a ese rol para que el Liverpool tuviera una referencia e hiciera el 'trabajo sucio' que liberase a Luis Suárez, estrella y guía del equipo en el ataque, a la hora de moverse en la zona ofensiva y cristalizar tanto las posesiones largas de su equipo como los contraataques como los que pudimos ver ante el Sunderland. Una manera de subrayar el estilo y tener un factor diferencial en el campo. 

Si bien el perfil de lo visto hasta ahora de Sturridge invita a no verle como un 9 al uso (tampoco cerraría esta puerta definitivamente) los quince tantos y cinco asistencias del uruguayo, sin ese 9 que tanto reclaman, plantean un escenario de interesantes debates: 1) ¿realmente es el 9 la figura que necesita el Liverpool o un ataque formado por jugadores que no fijan por el centro ayuda a que otros jugadores 'acudan' a ese espacio? y 2) ¿podría ser Suárez ese tan ansiado 9?
Para el primer punto pienso que el partido de ayer puede y no servir de ejemplo. Ayer el Sunderland defendió muy mal, pero porque se vio obligado a arriesgar mucho. Equipos que vayan por detrás ante el Liverpool y se expongan mucho pueden ser castigados en contraataques sin necesidad de que un 9 fije a sus centrales; medirles continuamente en velocidad les desgasta y les fuerza casi tanto al error como salir a tapar a un referente que habilite a sus compañeros.



El segundo punto ya requeriría de estudiar con cierto detalle la trayectoria de Suárez casi desde que despuntó en Nacional hasta ayer y cómo se ha ido 'alejando' del carril central hacia las bandas para ganar un espacio. Por condiciones físicas y técnicas no pierde impacto en el juego y demuestra inteligencia a la hora de habilitar una zona que le permita la arrancada o armar un disparo, pero siempre que se aleja a un rematador del área (fijaos cuantos de los quince tantos ha colado desde dentro del área pequeña) inevitablemente fuerza a que participe menos donde es más determinante.

El reto que tiene Rodgers no es sólo devolver al Liverpool al lugar donde por historia debe estar, es también conseguir sacar lo mejor de jugadores de talla mundial como Suárez antes de que la falta de objetivos más atractivos a nivel profesional (¿quién no quiere ser una leyenda 'red'?) se plantee crecer lejos de Anfield. Eso retrasaría, y de qué manera, uno de los grandes atractivos de esta década como lo es la reconquista deportiva del Liverpool.

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