Hace unos minutos que ha finalizado el primer partido del Liverpool
en esta Premier League. El arranque de un nuevo proyecto que ‘se escapó’
de una entrada como ‘Fútbol veraniego’ pero que no lo hará en esta
primera tarde de fútbol inglés del curso.
El resultado, duro, por la premura y el teórico inferior potencial
del rival, el West Bromwich, que se permitió el lujo de ver cómo Pepe
Reina detenía un penalty que mantenía vivas las esperanzas de voltear el
partido. Pero no pasará este partido a la historia por uno en donde
Brendan Rodgers haya tomado sus mejores decisiones. Ha sido muy
criticado por mi TL durante el encuentro y, en la recta final, hasta con
cierta crueldad. El problema, de inicio, es que Rodgers no va a poder
hacer el Liverpool una versión potenciada de su Swansea (que para más
inri, ha goleado fuera de casa en su estreno con Michu de estrella),
una realidad que muchos han tratado de no asumir y que este resultado
les habrá sentado como una bofetada que les despierte en la realidad.
Rodgers tiene un reto importante por delante y seguro que entiende que su libreto con las notas del Swansea no debe ser patrón, sino una experiencia. Él debe crecer de forma paralela a la que su nuevo equipo debe recuperar su status dentro del nuevo fútbol inglés. Le han dado buenos jugadores (que salvo insuficiente excepción, tampoco han respondido hoy) y cuenta con que el duro resultado de hoy como debut, ya ha pasado, a partir de ahí, sólo se puede mejorar ¿no?.
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