Anoche el Saint Etienne disputó la semifinal de la Copa de la Liga ante el Lille y consiguió el pase gracias a tanda de penalties que dio paso a una invasión de campo. Un acto improvisado que muestra lo que significa para 'Les Verts' llegar a la final del tercer título en cuanto a importancia en Francia, pero que le permitirá disputar una final algo más de treinta años después.
Porque decimos que el fútbol es cíclico, que los grandes equipos se van 'turnando' los dominios en torneos locales pero casos tan extremos como el del Saint Etienne son dignos de estudio.
Durante casi tres décadas fue el gran dominador del fútbol francés. Entre 1960 y 1982 ganó nueve ligas (fue subcampeón en dos ocasiones también), levantó seis Copas (más tres subcampeonatos) y vio como esa tiranía local le permitía pasear el nombre del club por Europa con una segunda mitad de los '70 con la inolvidable final de 1976 como punto álgido en su historial en competiciones continentales.
Aquel hito animó a la entidad a apostar fuerte por aquel joven jugador del Nancy que respondía al nombre de Michel Platini. Con esta contratación en 1979 el club pretendía dar 'un paso más' en la competición más importante del Viejo Continente, pero jamás llegó a cuajar aquel deseo y los tres años en los que el actual presidente de la UEFA lideró al Saint Etienne sobre el campo fueron, a nivel de títulos, algo irregulares, a pesar de dejar grandes noches en Europa.
Platini marchó libre hacia la Juve en 1982, algo que podría explicar el gran vacío que inició el equipo a partir de su salida: no sólo pierde a su máxima estrella y a uno de los mejores de la historia sino que ni siquiera obtiene un beneficio económico que le permita reforzar al equipo que ve que no es la única estrella que se marcha del club después de los problemas financieros que condujeron a impagos de nóminas y con el presidente Rocher en prisión. Descendió en 1984 e inicia una trayectoria errática entre la Primera y Segunda francesa con un último ascenso en 2004.
Así, aquella final de Copa disputada en 1982 se encaró como otro gran capítulo de la historia del designado mejor club francés de la historia y, hasta el próximo 20 de abril, será la última disputada. Aquel, fue el último partido de Platini, que se despidió con dos goles... que no evitaron que su club viera como era otro el que hacía algo a lo que se habían acostumbrado: levantar la Copa.
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