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Debut de Lucas Moura en la Ligue 1

El pasado viernes el Paris Saint Germain recibía al Ajaccio en la vigésima jornada de la Ligue 1. Era la vuelta al torneo doméstico tras el aperitivo de la Copa el pasado fin de semana y con uno de los mayores atractivos del concierto europeo: el inminente debut en Ligue 1 de Lucas Moura.
Con su contratación, los parisinos se han convertido en el equipo que más ha invertido en este tramo de mercado y eso que lo cerraron hace meses por lo que las ganas de ver a la penúltima gran perla del fútbol brasileño se fueron cociendo a fuego lento.

Hubo una pequeña cata en el amistoso que el equipo disputó en Doha ante el Lekhwiya, donde los pocos minutos al final del partido dieron para tener fotos de Moura con su nuevo uniforme y poco más, por lo resuelto de un partido sin objetivo competitivo y por la evidente falta de forma del jugador, que había jugado su último partido el pasado 13 de diciembre. Demasiados días para el fútbol moderno de alto nivel.
Con todo, el escenario de debutar en casa ante un rival de la parte baja de la tabla y con más kilómetros en las piernas con sus nuevos compañeros se presentaba como lo ideal para poder ver algo más del atacante en esta nueva etapa.
Pero como si fuera una fábula de cuento infantil, lo que parecía destinado a ser una noche idónea para que su nuevo público le conociera en su faceta más 'consumible' se torció hasta el punto de que ni tan siquiera con una victoria pueda recordar este gran día en su carrera. Hubo tres puntos claves para el 'gatillazo parisino' del viernes: la expulsión de Motta al filo del descanso, el gran partido del 'Memo' Ochoa y la discretísima actuación del que debía ser su anfitrión en el juego de ataque, Zlatan Ibrahimovic.

Lucas Moura puede ocupar varias posiciones en este PSG de Ancelotti: puede acompañar a 'Ibra' en la punta, ser un segundo delantero o partir desde la banda. Fue desde la derecha donde partició el nuevo 29 del PSG con la lógica de que a nivel de confianza no se vería tan exigido ante un equipo que defendía con cinco zagueros y desde la posición donde también podría buscar desbordar y crear desajustes en el entramado defensivo que dispuso Albert Emon.
Tampoco salió del todo bien esta opción de Ancelotti, ya que la naturaleza de Moura le empujaba a tirar la diagonal hacia el centro (también desde el otro flanco Pastore tendía a irse hacia esa zona) y con ello se formó un atasco entre los dos puntas, Pastore y Lucas sin olvidar las apariciones de Matuidi.



Personalmente, a pesar del resultado y de no haber podido acabar el partido, son esperanzadoras las ganas de Lucas que no sólo deben afectar de manera directa al juego ofensivo de su nuevo equipo, sino que deberán hacer que Menez, Pastore o Lavezzi, jugadores por los que se han invertido mucho y que por diversos motivos no cogen regularidad en el rendimiento, 'espabilen' en busca de no perder un puesto en el once al que parecían haberse acomodado.

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