La llegada del dinero qatarí al PSG ha traído en los dos últimos años un buen puñado de jugadores de altísimo nivel. Este mismo verano, sin ir más lejos, el pack Ibrahimovic - Thiago Silva, a parte de convertir al cuadro galo en uno de los que más invirtió en el mercado estival, le colocó rápidamente ya no sólo en candidato claro a hacerse con la Ligue 1, sino a dar que hablar en su vuelta a la Liga de Campeones. Antes ya había llegado Pastore, Sirigu o, también este verano, Lavezzi.
Leonardo, cabeza visible del organigrama deportivo, demostraba así que con dinero y conocimiento del fútbol italiano, podía juntar a buenos jugadores en un campeonato en cierta decadencia en su misión de hacer del equipo parisino otro atractivo más de la 'Ciudad de la luz'. Pero quizás el mayor acierto de entre todas las llegadas que se han visto en París en estos si bien sigue el patrón de proceder del fútbol italiano, no se ciñe al cien por cien a una llegada 'de campanillas'.
Marco Verratti pasó en un año de celebrar un ascenso con el atractivo Pescara (club donde se formó) de Zeman a ser el 'capo' del medio del campo en un equipo Champions. El futbolista ya ha demostrado que los doce millones que pagó el PSG por él al Pescara se han quedado cortos. Ya es indiscutible como mediocentro en el equipo no sólo dando una óptima salida, sino siendo el que empuja al equipo a presionar y el que no se arruga a la hora de meter la pierna. Para muchos un nuevo Andrea Pirlo, para mí un perfil parecido sí, pero sin tanta elegancia y algo más de rudeza.
Y mientras en Italia hay quien se pregunta como un talento que está a punto de cumplir los 20 años ha podido salir de un campeonato como el italiano sin, tan siquiera, pasar por la máxima categoría ni por algún equipo de los que pueden ser catalogados como potentes en este torneo. Cesare Prandelli, quien no tardará en tenerlo como fijo en sus convocatorias ya ha cuestionado en alguna ocasión el nivel del fútbol italiano que no ha ofrecido suficiente 'motivación' a Marco para seguir su progresión 'en casa'.
Cerca estuvo de llegar a la Juve (el equipo de su corazón), pero en una reciente entrevista a la Gazzetta fue muy claro (más allá del dinero -cobra dos millones limpios-): la Vechia Signora le hablaba en futuro y el PSG lo hizo en presente. Una muestra de confianza en sus posibilidades que, de momento, ha sido acertada.
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