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Tahití 2012, 2013 y 2014

Una de las sorpresas más grandes que nos deparó el mundo futbolístico en este año 2012 fue la victoria de Tahití en la Copa de Oceanía. Los números del equipo en este torneo habla de un equipo que tuvo pegada (20 goles en 5 partidos) y que fue de los que menos fisuras tuvo en su retaguardia concediendo sólo cinco goles en otros tantos partidos.
Claro que si sumanos a estos méritos que Nueva Caledonia, su rival en la final, llevo a cabo la proeza de eliminar de manera sorprendente a Nueva Zelanda (nueva ama y señora del fútbol de Oceanía tras la fuga hacia la AFC de Australia) en semifinales.

Hasta aquel día ningún equipo que no fuera Australia o la propia Nueva Zelanda había logrado llevarse el torneo, por lo que la final en sí, ya fue arrancó como un partido histórico y se convirtió en el primer título para Tahití (que eso sí, ya había ganado en alguna ocasión los Juegos del Pacífico) sellando, de paso, su presencia en la Copa Confederaciones que se celebrará en unos meses en Brasil como vísperas del Mundial de 2014.

Pero si bien este año quedará marcado en la historia del fútbol de Tahití y de Oceanía, el cierre del mismo no dará continuidad al sueño de intentar jugar el play off por una plaza para el Mundial. Su victoria en la OFC Cup le permitía proseguir el camino hacia Brasil pasando a la tercera fase de clasificación formada por una fase de grupos donde los cuatro semifinalistas del máximo torneo de selecciones de la zona y su actuación, a falta de los dos partidos que le queda para el 22 y 26 de marzo del año que viene no presenta más que un violento contraste (o quizás, suavizándolo, le encasilla dentro de ese grupo de 'next big thing') con el mismo equipo en el mes de agosto.
Cuatro partidos que se han contado por derrotas con cero goles a favor y once en contra y que por supuesto le han apartado matemáticamente del Mundial.

Así, Tahití pasará en dos años de ganar la OFC Cup a disputar la Copa Confederaciones y, parece que, volver a la realidad viendo la fase final del Mundial por la tele.
Pero de la misma manera, este tipo de equipos con historias tan cortas como intensas, dibujan los trazos del terrible magnetismo de la ilógica del fútbol.

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