Desde su entrada en el cuadro de honor del Mundial de 2010, la selección de Uruguay ha vivido una edad de oro en el fútbol moderno (no olvidemos que hablamos de una bicampeona del Mundo) que encontró su cénit consiguiendo la Copa América el pasado verano, encontrado el equilibrio justo de rendimiento veteranos y jóvenes que debían rubricar este ciclo con la clasificación para Brasil 2014.
En unas horas se enfrenta a la ilusionante selección de Bolivia bajo las órdenes, de nuevo, de Azkargorta, en un partido clasificatorio para el Mundial con la misión de ganar a toda cosa, sin importar el cómo, para no descolgarse de las plazas que le llevarán a Brasil porque, de un modo tan duro como épico fue su crecimiento, el equipo de Tabárez (que ha sido ratificado en estos días) sólo ha ganado un partido de los ocho que ha disputado en este 2012. Por suerte, tres han sido amistosos, que no ha descontado para la clasificación CONMEBOL, pero el último y duro resultado ante Argentina unido a las bajas en defensa para este partido, comienzan a plantearse entre analistas y aficionados si Uruguay comenzará un nuevo periodo de transición.
Cualquier resultado que no sea la victoria complicará el camino hacia la fase final del Mundial con cerca de la mitad de la liguilla disputada. En estos momentos ocupa la cuarta plaza, la última que da acceso directo al máximo torneo de selecciones pero con un punto de ventaja con respecto a la quinta y sexta plaza, es decir, al play off ante un equipo CONCACAF o quedarse fuera.
Recibir a Bolivia será el último partido del annus horribilis charrúa. Una desconexión de cuatro meses que, de no ganar, podría cargar de mucha tensión las convocatorias de 2013, que tendrá en octubre, con la visita de Argentina, la firma final.
Y es que repasando la convocatoria para esta doble fecha, si bien uno se encuentra el equipo base intacto con respecto al que vimos en Sudáfrica, no apreciamos un equipo excesivamente mayor donde sólo Lugano (sin sitio en el PSG) y Forlán (de vuelta de la máxima exigencia pero rindiendo en el Brasileirao) superan la treintena. Hablar del resto de fijos es hacerlo de jugadores en plenitud física... pero que quizás arrastren ciertas dinámicas negativas desde sus clubes.
Luis Suárez, la máxima figura del Celeste, parece haber calibrado las botas con el Liverpool pero anda envuelto en polémicas sobre sus fingidas caídas, algo que hace sombra sobre su juego y que le descentra. 'El Papelito' Fernández ha perdido protagonismo en el Málaga encontrándose por detrás en forma y rendimiento de todos los jugadores a los que podría sustituir en el enrachado equipo andaluz.
Nico Lodeiro, uno de los jóvenes del equipo, anda aclimatándose a un nuevo cambio de equipo después de cambiar la fría Eredivisie por el Brasileirao. Algo parecido le pasa a Pereira y a Gargano, sin haber encontrado su posición ideal en el Inter para comenzar a rodar. Y no entramos en más detalles, porque entiendo que son pequeñas piedras en el camino que, al juntarse, lo tornan más incómodo de lo esperado.
Tampoco hay que olvidar que, mientras que Uruguay podría estar comenzando una caída para la que todavía no sabemos si sería definitiva o no, parece que Argentina vive una situación totalmente inversa. Después de unos años irregulares en cuanto a juego y resultados, parece que Sabella, de a poco, ha encontrado un equipo que vence y convence. Un contraste demasiado exagerado como para no preocuparse si eres uruguayo.
Lo dicho, en unas horas, el último partido del año, que podría convertirse en un importante punto de inflexión.
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