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Supersunday el 7 de octubre

Curiosidades del calendario son las que producen que un domingo siete de octubre se juntaran tantos buenos partidos a lo largo de Europa.
Mientras en la Liga BBVA teníamos un derby valenciano a la hora del aperitivo, cerrábamos la tarde con el partido entre los dos gigantes de nuestro fútbol que, lejos de otras temporadas en el que la tensión se comía todo lo que un partido entre dos equipos de esta magnitud puede ofrecer, Real Madrid y Barcelona disputaron un partido de poder a poder donde sus dos grandes estrellas pusieron la rubrica con sendos dobletes a un gran y generoso despliegue de lo mejor del repertorio.

Casi solapándose con ese partido, Italia veía un duelo entre los dos equipos más grandes de Milan, Inter y Milan, que se llevaron los del joven Stramaccioni no sin polémica y que mientras que da algo de crédito al nuevo proyecto al que le está costando arrancar, da una estocada quizás mortal a Allegri, quien había ganado algo de oxígeno con la trabajada victoria en San Petesburgo unos días antes en Champions (a pesar de que la imagen, a mi entender, no mejorara a nivel global lo visto hasta ahora).
Que el Milan va a pasar una temporada de transición hacia tiempos mejores es un hecho que muchos ya esperaban desde que Ibra y Silva salieron, pero la imagen y los resultados, la sensación de que con un centro del campo dominante vas a sacarle puntos a los rossoneri es algo que, por la historia y la categoría del equipo, siempre va a doler de ver.



El superdomingo se cerró con otro buen partido en la Ligue 1. El Marsella, líder con el mejor arranque de su historia con seis victorias consecutivas, muestra que el cambio de Deschamps por Baup es menos dramático de lo que alguno se esperaba y con la visita del PSG de los petrodólares, de Ibrahimovic, de Verratti, de Pastore y... vamos, con la mejor plantilla del campeonato, era no sólo un partido que se debía ver, sino también un buen baremo para ver cómo están los dos grandes aspirantes al título en Francia.
Otro empate a dos que regaló una primera parte primorosa, de ritmo alto, goles (ojo, también dos dobletes) para dar paso a una de más respeto, como si los dos equipos, con el paso de los minutos, acordaran que el empate entre ellos era aceptable a esperas de que la la liga regular dé cuenta de quién es mejor equipo.

Para cerrar Portugal y su Liga Sagres también regaló un partido grande, aunque el Sporting no esté pasando su mejor momento como acentuó la derrota ante el Oporto, que parece haber pasado página de la etapa Falcao y Hulk para ver cómo James definitivamente se consolida como líder ofensivo y encuentra en Jackson Martínez y en Varela a dos socios con los que van a ponérselo difícil al Benfica para la Liga y que cuenta con Moutinho y un enrachado Fernando en 'la sala de máquinas'.
Un equipo que sobrevive creciendo a las continuas salidas de sus principales figuras desde hace décadas. Todo un ejemplo de gestión sin debilitarse deportivamente.



Partidazos en distintos puntos del Viejo Continente que, incluso, hicieron sombra a otros de alto nivel como el Atleti - Málaga (Falcao se merece una entrada en el blog), Hannover - Dortmund, Twente - AZ, Standard - Anderlecht, Brujas - Genk, Spartak - CSKA, Newcastle - United o Fenerbahçe - Besiktas. Casi nada. Supersunday.

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