Esta es una idea que llevaba tiempo rondándome la cabeza, pero que
entre el trabajo de verdad, el de mentiras y otros quehaceres diarios no
había tenido tiempo a compartir.
En España, desde hace ya algún tiempo se ha adquirido la costumbre de
salir a ganar todos los partidos. El ir partido a partido que dicen los
profesionales como tupido velo a la hora de no comentar un partido
próximo pero no inmediato, parece haber calado hondo en el aficionado
que, como si fuera arma de doble filo para los futbolistas, exige la
victoria siempre sin tener una visión más amplia que la del lunes, la
hora de leer la crónica para ver que tu equipo metió un gol más que su
rival.
Todo esto, en cuanto a su ubicación en el extremo, parece tener un
punto de partida con España (a la que se le pegan palos cuando ha pasado
de ser campeona del mundo en amistosos a ser campeona del mundo
humillada en amistosos) y, en cierta medida, a la pelea deportiva entre
Barça y Madrid.
Hilando este pensamiento con algunas eliminatorias de los dos
gigantes de nuestro fútbol en la Champions League, se me presentan
ejemplos que cristalizan lo que he ido juntando en mi cabeza.
Muchos
se llevaron las manos a la cabeza con el partido tonto que se le escapó
al Madrid en Moscú, cuando fue superior al CSKA pero no logró ganar,
también se criticó al Milan por buscar y conseguir un 0-0 en su casa
para luego apretar el culo cuando Nocerino ponía la eliminatoria
favorable a los rossoneri y, más recientemente, de hecho, hace unas
horas, parece un fracaso la derrota por la mínima con un gol a favor
cuando tienes un partido de vuelta por delante para revertir la
situación.
En resumen, parece que hemos perdido la capacidad no de especular con
los goles, pero sí de competir, de valorar la distancia recorrida ante
el rival y de que una retirada a tiempo hoy, puede convertirse en una
victoria mañana.
Mourinho es de aquellos que si pudiera pasar todas las eliminatorias
empatando a cero en casa y con goles fuera no sufriría, mal no le ha
ido. Allegri, el otro entrenador que ante el Barça lo planteó de una
manera parecida por no decir idéntica, también se ha llevado algún palo
en forma de crítica hacia su planteamiento ante un equipo ante si en
teoría era inferior, debía buscar otros caminos para vencerle.
El fútbol como juego es altamente estimulante y entretenido, pero
cuando hay tantos intereses en juego no creo que debamos ser tan
inflexibles a la hora de tolerar otras visiones que difieren con la que
recientemente hemos adquirido, porque no podemos comparar un torneo
corto como una Euro o un Mundial, o una competición de eliminatorias con
una competición de jornadas, donde sí, la regularidad hacia una idea es
la que acaba triunfando.
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