La locomotora galesa, uno de los pocos jugadores que me motivan a ver
un partido ahora mismo. Quizás me conforme con poco, pero es que a día
de hoy no encuentro un jugador en una gran liga que me cree sentimientos
tan encontrados: a veces fantástico, otras limitado dentro de su
genialidad… merece que comparta cinco sensaciones con vosotros y que me
ayudéis a definirlo.
Desborde: Bale
es desborde por su superiorioridad física. Algo espectacular a la hora
de verlo por la tele pero haciéndolo con detenimiento, en muchas
ocasiones sus recursos para hacerlo rozan lo más primitivo del fútbol.
Ahora le vale en casi el ochenta por ciento de los partidos, pero es
fundamental que acompañe esa explosividad con variedad técnica.
Golpeo de balón: Comprendiendo la dificultad que
reside en el golpeo del balón cuando se corre a plena potencia, cabe
preguntarse si no sería un punto a trabajar, el rebajar esas
revoluciones en favor de un centro con mayor calidad en la ejecución.
Bale da asistencias, pero vienen precedidas de haberse librado de sus
marcadores y crearse un espacio y del automatismo del nueve que la
recibe. Vuelve a recordarme a los extremos de antes, desborde, apura
línea de fondo y ‘la pone’ en una zona donde debería estar el delantero.
Otro punto es su disparo a puerta. Jamás criticaré a un zurdo por ser
‘cerrado’, pero en muchas ocasiones el disparo de Bale me genera dudas
para querer ‘acabar’ él las jugadas.
Pie cambiado: Es una de los recursos de Redknapp
desde hace un tiempo y Bale pone de su parte, pero el rendimiento no es
el mismo sin que llegue a ser malo. Busca la diagonal y se pierde el
desborde. Ante equipos que se cierran mucho más o menos funciona,
también gracias a Walker y del mismo modo ‘sorprende’ cuando se espera
al galés por la otra banda, pero siempre me queda el regusto a que está
desaprovechado.
Peso en el juego: Si bien el Tottenham es un equipo
que esta temporada cuenta con muchísimos recursos en su juego con la
pelota, el acudir al desborde de Bale cuando la cosa está complicada
está ahí. El jugador sigue aceptando esa responsabilidad y puede ser
hasta bueno que ‘centre la atención’ de varios rivales en el intento de
frenarle.
Margen de mejora: Su edad, sus condiciones, el
llevar tanto tiempo en el máximo nivel, haber superado una lesión de
gravedad… muchos puntos que señalan esperanza a la hora de superar las
sensaciones menos positivas de su juego y tenerle siempre ‘controlado’.
Muchos le relacionan con el Barça, pero no me parece un jugador para el
sistema que desarrolla ahora el equipo con Guardiola. Destaca con
espacios y es justo lo primero que tiene que encontrar el equipo culé.
Un equipo que deje a su rival un poco que morder para ‘responder’ con
velocidad, un equipo que abra el campo ante rivales inferiores sin
buscar reiteradamente la diagonal hacia adentro y, por supuesto, un
equipo con un gran lateral izquierdo que defienda lo que no hace Bale.
0 Comentarios