Anoche tuve la suerte de poder ver con tranquilidad (el horario de la
Champions, ya he twitteado alguna vez, que no es para padres de
familia) el partido entre el Milan y el Barça que resultó ser, de largo,
el partido más entretenido de los que he visto esta temporada en la
máxima competición europea y que encima regaló un buen puñado de goles
de todos los colores.
Creo que el principal motivó de este divertimento fue que ambos
equipos tuvieron muchos errores técnicos, pases mal dados, que
provocaron que el partido fuera un ida y vuelta durante algo más de una
hora.
Pero más allá de la ocasiona falta de acierto que viene de la mano de
los altos ritmos de juego, el encuentro no sé si decir que se decidió
por ello, pero sí que dejó claves en forma de nombres propios y de
proposiciones por parte de los entrenadores que he querido compilar en
esta entrada.
Mismo objetivo y misma valentía:
Desde el empate en el Camp Nou, este partido se marcó en el calendario
como ‘clave’ para la lucha por la primera plaza. Lejos de especular, los
dos equipos salieron a por el partido desde el primer minuto. El Barça
con un 3-4-3 con rombo en el centro del campo y su intención de mantener
la posesión y atacar de siempre pero el Milan con dos delantero y un
mediapunta y con ganas de buscar las cosquillas al Barça. No fue el
equipo reservado de la ida ni pensó en aguantar para buscar un arreón al
final. Quería la victoria y la buscó desde el inicio sin importar dejar
espacios.
Xavi y Cesc: El de Terrasa jugó un partido sensacional.
A pesar de que la idea inicial era jugar por delante de Busquets y
Keita, entendió rápidamente que tenía que bajar al inicio de la jugada
para crear superioridad en esa fase del juego y restar eficacia a la
presión milanesa. Pero no descuidó sus funciones como canalizador del
ataque, aunque en esta ocasión con Villa abierto, Messi también muy
escorado en la derecha y Cesc en un papel de falso nueve, tuvo espacio
como para protagonizar varias llegadas con mucho peligro, como último
pasador o incluso finalizador.
El caso de Cesc merece una entrada a parte. Parece que su llegada y
su conexión con Messi justificaban su presencia cerca del área, pero es
contradictorio quitarle a un llegador el espacio para sorprender con su
aparición. Así, Cesc, en ocasiones, es un jugador muy muy bueno, pero
sin llegada. Anclado en la posición de enganche pero que debe correr
diez metros hacia atrás para ganar cinco en llegada. Conclusión: depende
de todo el movimiento que haya por delante de él para que su llegada
sea acertada.
Ibrahimovic y Boateng: El sueco era objetivo de
seguimiento por motivos meramente psicológicos. Todo lo que se había
hablado de él en la previa invitaba a ello y Zlatan aceptó el reto y
respondió con creces. Recibiendo al pie, al espacio, ejerciendo de
rematador o de asistente… se ofreció para hacer cualquier trabajo de
ataque y obtuvo la recompensa del gol aunque no valiera para ganar.
Boateng está siendo usado como mediapunta pero en esta ocasión
alternó mucho su posición con Robinho para crear preocupaciones a los
marcadores azulgranas: siempre era Boateng + compañero vs. Abidal o
Puyol. Durante la primera hora de partido hizo mucho daño. Un simple
balón al espacio bastaba medir la eficacia de la defensa culé. Y el
ghanés no falló, moviéndose cómodamente entre la segunda línea (de donde
cazó el balón con el que consiguió su tanto) y el trabajo de atacante
puro.
Defensa de tres culé: Está siendo lo más atractivo
del Barça a nivel táctico este año y fue un puntazo verlo en un partido
tan importante. Además fue una defensa de tres curiosa con un
mediocentro reconvertido y dos laterales que hace años que ejercen de
centrales a los costados. La clave, la pieza que sostiene toda la zaga
fue la ayuda de Busquets y el comentado trabajo de Xavi. Vaya, la
defensa de tres es sólo un apoyo en la salida cuando el Barcelona
construye y se torna en cuatro cuando Busquets se mete como central.
Parece que Allegri, a los pocos minutos, lo vio y con balones cruzados
conseguía hacer daño mientras el equipo de Guardiola se rearmaba. Muchos
hablan de si este sistema se verá en el Bernabéu y cabe recordar que,
si no hay contratiempos, Alves aparecerá en ese once y a no ser de que
vuelva a jugar de extremo como hace un par de temporadas o que se le de
toda la banda como en otros partidos, la defensa debería ser de cuatro.
Fondo físico del Milan: El Milan plantó mucha cara
al Barça, le puso en apuros y le llegó a empatar en dos veces el
resultado. Pero no estaba preparado para noventa minutos de una
exigencia poco habitual en Italia (quizás una de las explicaciones de la
caída del Calcio) y pasada la hora de juego ni los cambios dieron
frescura al juego del Milan cansado de presionar y de correr sin balón
para tapar a un Barça que aparecía por todos lados y que recuperaba con
velocidad la pelota. Ese fue el factor que decantó el partido. Un Milan
que le hubiera aguantado el ritmo al Barça hubiera tenido más
oportunidades de empatar.
Con esto dejo un punto de partido para el debate sobre si este Barça,
mucho más humano que la versión casi perfecta que tanto gusta, logró
sacar adelante sin sufrir al final un partido clave en su recta final
antes del descanso invernal.
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