Cinco razones para entender el Portugal 6 - Bosnia 2

Ayer centraba mi atención el partido entre Portugal y Bosnia por una plaza, la única que no estaba decidida tras la ida, en la próxima Eurocopa. Un encuentro entre dos selecciones tan imperfectas como atractivas que dejaron mucho para el análisis que he querido centrar en cinco puntos, los que más relevantes me parecieron.

Defensa horrorosas: En Portugal es estridente. No por nombres, con jugadores de trabajadores contrastados, pero con poca cohesión, en ocasiones desordenados y con poca intensidad en el balón parado. Choca algo así en una selección con un centro del campo tan completo y que en ataque, que sí, que también cojea algo, pero que con Cristiano Ronaldo todo se minimiza ahí.
Y lo de ayer fue una muestra más. Cada acercamiento de Bosnia era una ocasión clara mientras tuvo fe en el partido y sólo la puntería libró a los de Paulo Bento de sufrir más de la cuenta.
Bosnia no tiene una defensa de tan alto nivel, de hecho anoche sólo podríamos llamar ‘defensa’ a Spahic. Poca contundencia de sus compañeros ante, eso sí, las continuas pérdidas de balón de los centrocampistas que les dejaron vendidos en más de una ocasión.
Un dato curioso es que tras el descanso, Susic, cambió la posición de sus cuatro hombres de retaguardia.

Gran centro del campo luso: Soy un gran admirador de Moutinho, Veloso y Meireles. Con ellos en mi equipo me presentaba a cualquier torneo con confianza. Y ayer fue una buena muestra de lo que pueden llegar a hacer: Moutinho genial en la circulación, Meireles en apoyo y llegada y Veloso… lo de Veloso ayer fue fantástico. Estuvo en todas partes para hacer de todo y hacerlo bien. Incluso ‘se ganó’ que Cristiano Ronaldo le cediera una falta en la frontal que convirtió en gol.
Fue demasiado para un centro del campo bosnio que desde luego, no tuvo su día. Bien es cierto que Bosnia ante rivales más potentes abusa del pase largo, por lo que su centro del campo tiene menos peso en la elaboración que otros y más en llegada, pero ayer fue claramente superado.

Acierto de estrellas: Cristiano Ronaldo, a quien alguna vez he tachado de no aparecer en los partidos grandes hizo dos. No fue un partido completo en todos los aspectos como los que está regalando en Madrid este año, pero sí que tenía clara su misión y la ejecutó a la perfección. Nani, otro que debe tomar responsabildades, también mojó y fue un apoyo constante para Cristiano Ronaldo mientras coincidieron.
Para muchos no es estrella, sino todo lo contrario, pero Hélder Postiga devolvió en forma de goles la confianza en forma de impopulares convocatorias que se ha depositado en él. Compromiso de los jugadores determinantes en un partido a vida o muerte.

Bosnia incómoda: Había visto a Bosnia jugar ante Francia y si una cosa me quedó clara es que, a parte de contar con Dzeko, saben a lo que juegan. Será simple o previsible, pero ante un rival como Portugal, con tantas dudas en un momento crítico, podían hacer mucho daño. No fue anoche. No respondieron a la invitación de alto ritmo que propuso Portugal y cuando se quiso dar cuenta había encajado dos goles. No conseguía hilar tres jugadas de ataque consecutivas, porque su centro del campo perdió la batalla del medio y a pesar de hacer dos goles, en ningún momento (mientras tuvo intención) estuvo cerca de hacer daño real a los portugueses.

Desquicio tras la expulsión: El 3-1 precedió la expulsión de Lulic y ahí se acabó Bosnia. El 3-2 fue un espejismo, un regalo de la indolente defensa portuguesa y ni tan siquiera así se vieron con fuerzas de buscar el empate. No sólo bajaron los brazos (la causa real de que Portugal hiciera tres goles más -y alguno que se perdió por el camino-) sino que cayeron en detalles tontos, como cuando Dzeko se encaró con Pepe y con el público minutos más tarde. Había viajado a Lisboa a hacer historia y nada les había salido a derechas. Impotencia. Rabia. Poco fútbol.

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