Después de llevar varias semanas escuchando comentarios extraordinarios de los partidos del Santos ayer me dispuse a ver la ida de la final del Campeonato Paulista.
Tenía que comprobar de primera mano esos superlativos epítetos que habían vertido sobre su juego y sus emergentes estrellas, sobretodo, un tal Neymar.
El partido era contra el Santo André, un conjunto modesto pero bien armado, con algún delantero interesante, de estos que probablemente busque fortuna en el fútbol asiático, donde pagan bien y no se exige tanto como en Europa. Ese jugador bien podría ser Rodriguinho, fuerza, carácter y olfato de gol son sus principales virtudes.
Comenzó la primera parte y empezaba a decepcionarme, ansioso yo por ver brillar a los jóvenes talentos brasileiros, cuando, tras una falta en la frontal del área se adelantó el Santo André. Maravilloso el zurdazo de Bruno César, gran toque a balón parado tiene este chico. Llegó el final del primer tiempo y sólo alcancé a ver un juego muy desordenado del Santos, con poca llegada y con un Felipe en su portería más que dubitativo.
Si en ese momento hubiese dejado el partido hubiera pensado lo siguiente acerca de sus jugadores principales:
Robinho: "¿Éste era el sucesor de Pelé? Si ya no intenta ni regatear, lo veo incluso más delgado que en Europa. Parece que haya vuelto a Brasil a retirarse".
Neymar: "Menudo crío inmaduro. Sólo busca el lucimiento personal. No hace nada más que jugadas individuales. Además tiene que mejorar el físico. Es el Robinho que dio el salto a Europa, pero peor, más egoísta incluso".
A decir verdad, estos dos jugadores no me hicieron cambiar de opinión en la segunda parte. Neymar porque fue sustituido tras autolesionarse metiéndose un dedo en un ojo y no tuve más elementos de juicio. Robinho porque le vi apagado, sin chispa y con poco acierto.
Eso si, pueden agradecer a sus compañeros que les dé otra oportunidad. La segunda parte fue un vendaval ofensivo e hicieron gala de esos casi cuatro goles de media que llevan en el Paulistao. La aparición de André: delantero centro con gran movilidad, habilidad, capacidad de asociación, desmarque y gol. Eso, y, lo que para mí fue un gran descubrimiento, cambiaron la cara al partido. Se divertían y me divertían, tanto que lograron que me fuese a dormir con una gran sonrisa. Excelentes combinaciones, rápidas y con precisión milimétrica les llevaban ante la portería del guardameta rival. Fueron 3 (1 de André) pero podían haber sido más. Un gol en las postrimerías del oportunista Rodriguinho dejo el marcador en un 2 a 3 que probablemente no impedirá que el Santos, en el partido de vuelta de alce con la victoria final.
Para mí, el resultado fue lo de menos, yo quería disfrutar y lo hice. A decir verdad, el gran culpable de que lo pasara tan bien fue un jugador. Es zurdo, pero no ese zurdo delicado, habilidoso y suave como era Denílson. Es ese jugador joven pero futbolísticamente maduro, que cuando avanza se le nota con potencia, con extrema precisión en largo y en corto, con dotes de mando, que juega y hace jugar, con buen desborde y con gran disparo. Hablo de Paulo Henrique Chagas de Lima, más conocido como "ganso". No lo perdáis de vista, sin duda, el Rivaldo del siglo XXI.
Y después de escribir esto, hoy me vuelvo a dormir con una sonrisa...
Tenía que comprobar de primera mano esos superlativos epítetos que habían vertido sobre su juego y sus emergentes estrellas, sobretodo, un tal Neymar.
El partido era contra el Santo André, un conjunto modesto pero bien armado, con algún delantero interesante, de estos que probablemente busque fortuna en el fútbol asiático, donde pagan bien y no se exige tanto como en Europa. Ese jugador bien podría ser Rodriguinho, fuerza, carácter y olfato de gol son sus principales virtudes.
Comenzó la primera parte y empezaba a decepcionarme, ansioso yo por ver brillar a los jóvenes talentos brasileiros, cuando, tras una falta en la frontal del área se adelantó el Santo André. Maravilloso el zurdazo de Bruno César, gran toque a balón parado tiene este chico. Llegó el final del primer tiempo y sólo alcancé a ver un juego muy desordenado del Santos, con poca llegada y con un Felipe en su portería más que dubitativo.
Si en ese momento hubiese dejado el partido hubiera pensado lo siguiente acerca de sus jugadores principales:
Robinho: "¿Éste era el sucesor de Pelé? Si ya no intenta ni regatear, lo veo incluso más delgado que en Europa. Parece que haya vuelto a Brasil a retirarse".
Neymar: "Menudo crío inmaduro. Sólo busca el lucimiento personal. No hace nada más que jugadas individuales. Además tiene que mejorar el físico. Es el Robinho que dio el salto a Europa, pero peor, más egoísta incluso".
A decir verdad, estos dos jugadores no me hicieron cambiar de opinión en la segunda parte. Neymar porque fue sustituido tras autolesionarse metiéndose un dedo en un ojo y no tuve más elementos de juicio. Robinho porque le vi apagado, sin chispa y con poco acierto.
Eso si, pueden agradecer a sus compañeros que les dé otra oportunidad. La segunda parte fue un vendaval ofensivo e hicieron gala de esos casi cuatro goles de media que llevan en el Paulistao. La aparición de André: delantero centro con gran movilidad, habilidad, capacidad de asociación, desmarque y gol. Eso, y, lo que para mí fue un gran descubrimiento, cambiaron la cara al partido. Se divertían y me divertían, tanto que lograron que me fuese a dormir con una gran sonrisa. Excelentes combinaciones, rápidas y con precisión milimétrica les llevaban ante la portería del guardameta rival. Fueron 3 (1 de André) pero podían haber sido más. Un gol en las postrimerías del oportunista Rodriguinho dejo el marcador en un 2 a 3 que probablemente no impedirá que el Santos, en el partido de vuelta de alce con la victoria final.
Para mí, el resultado fue lo de menos, yo quería disfrutar y lo hice. A decir verdad, el gran culpable de que lo pasara tan bien fue un jugador. Es zurdo, pero no ese zurdo delicado, habilidoso y suave como era Denílson. Es ese jugador joven pero futbolísticamente maduro, que cuando avanza se le nota con potencia, con extrema precisión en largo y en corto, con dotes de mando, que juega y hace jugar, con buen desborde y con gran disparo. Hablo de Paulo Henrique Chagas de Lima, más conocido como "ganso". No lo perdáis de vista, sin duda, el Rivaldo del siglo XXI.
Y después de escribir esto, hoy me vuelvo a dormir con una sonrisa...
6 Comentarios
Lo de Ganso es tal vez menos vistoso, pero mucho más sólido. Coincido en eso de verlo como el nuevo Rivaldo. Se parece bastante. Es un jugador sobrio, bastante cerebral, y -parece- con la cabeza muy bien amoblada.
Me encantaría que este Santos aguantara a la actual plantilla al menos hasta Diciembre, así tendríamos la oportunidad de verlo competir en el Brasileirâo, antes el resto de los grandes equipos del país, más allá de los clubes tradicionales de su estado.
Saludos
Saludos
Por twitter, si que es verdad que lei que el tridente Robinho-Neymar-Ganso daba gusto verlo, y pretendia verlo ya que tiene pinta de que les queda poco juntos.
Un saludo y a ver si para la vuelta del Paulista los puedo ver, aunque quiera ver si el Inter remontaba en el Gaucho...que lo dudo
La verdad es que hacía tiempo que no me despertaba tanta curiosidad un jugador como lo ha hecho "ganso", desde hoy mismo pongo mi maquinaria de investigación en marcha a ver si le dedico una buena entrada sólo a él.
El partidito que promete esta semana es el Flamengo - Corinthians de Libertadores.
Un saludo!!