Hoy no voy a comentar nada acerca de la actualidad futbolera ni siquiera voy a hablar de fútbol, sino que me gustaría daros a conocer (o puede que ya lo conozcáis) el fútbol a tres bandas. Hace poco ecuché en radio hablar de esta variación del fútbol y me pareció una historia tan sorprendente que creo que merece la pena hablar de ello. Espero que me perdonéis el paréntesis futbolero.
La invención del fútbol a tres bandas se atribuye al situacionista, variante del marxismo, danés Asger Jorn. Su biografía es bastante curiosa. Asger fue miembro de la resistencia a la ocupación nazi de Dinamarca en el grupo comunista danés. Tras la guerra fue uno de los fundadores del grupo COBRA, un grupo de artistas de la música, la pintura y la poesía de la corriente surrealista. Más tarde formaría parte de la Internacional Situacionista, grupo que abandonaría en 1961 para fundar el Instituto escandinavo de vandalismo comparado (Ni puñetera idea de lo que se puede estudiar allí) lugar donde se gestaría el fútbol a tres bandas.
El fútbol a tres bandas es un juego que se juega en un campo hexagonal en los que en tres de sus lados hay porterías. Juegan tres equipos de siete jugadores y, a diferencia del fútbol convencional, el ganador es el equipo que menos goles recibe. El juego pretende premiar la capacidad de negociación de los jugadores más que su habilidad de forma que creen alianzas entre dos equipos para atacar a un tercero en función de la evolución del partido.
Y ojito que ahora llega lo que más me llamó la atención del tema. Según los creadores, el fútbol a tres bandas nació como respuesta al "drama psicosexual homoherótico" del fútbol, que se basa en "dar y recibir", con la introducción de un tercer equipo. A mí está explicación me dejó anonadado.
El juego se popalurizó en Inglaterra, Escocia, Italia, Serbia, Polonia y Austria y el primer partido del que se tiene constancia se jugó en la escuela anarquista de verano de Glasgow en 1993 (¡¡¡Escuela anarquista de verano!!!) y los participantes fueron los miembros del taller de literatura no lineal.
Una historia curiosa con unos protagonistas curiosos.
2 Comentarios
Ojo, que también pienso en la cantidad de veranos que he tirado en casa pudiendo haberlos pasado en la Escuela anarquista de verano.
Esta gente sí que sabía pasárselo bien, ché.
Saludos