Creo que ya en este blog, comentándolo en otras bitácoras o hasta en el podcast he dejado claro que no me gustó la designación de Vicente Del Bosque como seleccionador nacional. Listando rápidamente algunos motivos están su nula carrera fuera del Real Madrid, sus limitados recursos tácticos y su en un principio, pacto de no agresión con la prensa, que personalmente me parece algo cobarde.
Después de algo más de un año de su designación, todo sigue igual para el combinado nacional, sigue contando sus partidos por exhibiciones y casi "le agarra el culo" a Brasil en la lista de las mejores selecciones según la puntuación de la FIFA. Quitando el amargo capítulo en la Copa Confederaciones en el que una mala tarde le costó la oportunidad histórica de jugar la final ante Brasil.
Pero si hay algo en lo que sí que tengo que decir abiertamente que admiro mucho al técnico salmantino es en su manera de gestionar un grupo y en cómo transmite coherencia y tranquilidad cada vez que hace algún tipo de declaraciones públicas y viendo que el trabajo importante, el de armar un bloque y hacerlo jugar, ya viene hecho desde hace un tiempo, me parece interesante en hacer algo de hincapié en este tema por medio de dos hechos medianamente recientes y que os servirán para entender lo que quiero decir.
El primero de ellos fue en cómo zanjó la polémica sobre permisos a jugadores para evitar el partido ante Bosnia en el que nada había en juego para la Roja. Una vez más se habló de tratos de favor para algunos jugadores o equipos en pos de otros y todo estaba listo para convertir, una vez más, una concentración en un nido de polémicas.
Lo más fácil para Del Bosque hubiera sido hacer algunas declaraciones diplomáticas, en las que quedar bien con todos hubieran apagado ese conato de incendio mediático tan habitual en este país. Pero no. Del Bosque, con su estilo sosegado, decidió poner los puntos sobre las ies para, de paso, hacer pensar a los que cuestionan ya no sólo su integridad a la hora de tratar a los jugadores, sino la de la Federación a la hora de gestionar permisos a los internacionales.
También me ha gustado como ha llevado el tema de la llamada del sevillista Jesús Navas. El joven extremo derecho, como todos sabemos, tiene problemas de ansiedad que se agudizan en las concentraciones lejos de su familia. Por todo ello su convocatoria se ha alargado más de lo que todos esperábamos viendo el rendimiento del de Los Palacios.
Y aquí una vez más Del Bosque, lejos de darlo por perdido para la causa o forzarle a que dejara clara su idea ha optado por que el jugador fuera el que marcara sus tempos. El jugador sabía que Del Bosque le seguía, pero necesitaba una señal de compromiso y cuando el jugador se ha sentido maduro para ser internacional él mismo y su entorno (compañeros y entrenador o periodistas afines) lo han hecho saber.
Claro que tanto culebrón con Navas tampoco ha sentado muy bien a algunos jugadores que, como el andaluz, busca un hueco en la selección como el valencianista Pablo Hernández, que tildó la convocatoria de mediática... pero creo que el ya internacional debería conformarse mirar los números, palmarés y estado de forma de Navas para saber que no tiene la razón.
Pese a ese pequeño incoveniente, creo que una vez más Del Bosque ha actuado de la mejor manera posible para sacar lo satisfacer a todos.
Así, que con Del Bosque, no veremos nada diferente a la selección que maravilló en la Eurocopa de 2008, pero al menos, tendremos la esperanza de ver como mueren esos aburridos y absurdos debates que nacen en cada concentración de la selección española.
8 Comentarios
Chapeau.
saludos desde mi visión del balón
Yo también temía porque a Del Bosque le diera un ataque de entrenador y quisiera romper una de las reglas básicas de este juego: "no tocar lo que funciona", pero creo que lo que busca es algo que no supo usar Aragonés: un Plan B.
Muchos rivales saben como les va a llegar España y tener una alternativa no es del todo mala idea.
Se dedicó un podcast a este tema en su día.
@ Jm
Joder, ya quisiera yo el bronceado latino de Jeffren!
Gracias crack
Saludos
Yo quiero que Argentina gane el Mundial, pero si no es la selección de mi país me gustaría mucho que fuera España.
Ahora bien, supongamos que ni la Albiceleste ni la Roja lo consiguen.
¿Qué pasaría en España? ¿Habría un quiebre en el estilo de juego que se viene llevando a cabo desde la Eurocopa? ¿Se buscaría un entrenador más resultadista y menos "pro Tiki Taka"?
Yo creo que, pase lo que pase en el Mundial con España, lo que se debería hacer es ahondar en esa brecha. Tal vez con un entrenador extranjero.
Recuerdo cuando España arrancó en el pasado Mundial, para mí, junto a la propia Argentina, las que mejores jugaron en aquella primera fase.
En el caso de España, la eliminación ante Francia supuso el principio del fin de una generación de jugadores, pero no de idea.
Desde que tengo memoria, lo que se le ha echado en cara a España es lo de carecer de estilo, así que después de tantos años para encontrarlo ¿cómo renegar de él a la primera que no se consiga un título?
Saludos
Navas me parece un excelente jugador, quizá el mejor extremo derecho de España. Pero Pablo ofrece mucha más polivalencia y un estilo de juego que se adapta más al juego de España, sin bandas y de toque rápido.
Por lo demás totalmente de acuerdo.
Pero Navas es un jugador asentado en Primera como titular en un equipo que disputa a la bicefalia de la Liga protagonismo. Pablo, que como digo, también me gusta mucho, es casi un "recién llegado", que ha causado un impacto importante y que ya ha sido internacional, pero que no tiene el mismo recorrido que el de Los Palacios.
Aún así, béndito debate, el tener a dos tíos tan buenos para ese puesto.
Saludos
Y no solo por el partido del sábado.
España tiene un concepto. Argentina no. Y tener un concepto -que no siempre tiene que ser un sistema futbolístico- es lo más importante en estos campeonatos.
En el '86, Argentina llegaba con el concepto de venganza... Para la afición de su país era (en la previa) una de las peores selecciones de la historia, y ese rótulo solo se podía borrar ganando la Copa del Mundo.
Este equipo de Basile-Maradona no tiene concepto (solo la brillantina de contar en la convocatoria con el mejor del mundo), y definitivamente sí está entre las peores "albicelestes" de las últimas décadas.