Ayer se disputó en el Apertura el partido de los partidos, medio mundo (o más) pendiente de lo que aconteciera en el Monumental en una nueva edición del Super Clásico del fútbol argentino: River Plate contra Boca Juniors.
Algo "olvidado", por lo menos fuera del país, porque aún estamos asimilando la salida de tono de Maradona, pero que una vez más, paralizará al país y que nos dejará muchos detalles y por supuesto, clásicos afiches, que tanto nos darán para analizar.
De todos los clásicos disputados en los últimos años, este pueda ser el más descafeinado que nos podemos encontrar: ambos equipo lejos de la punta del campeonato y sobre todo, ofreciendo muy poco en el campo y sobreviviendo en el Apertura de los destellos de sus veteranas figuras.
Así salieron los dos gigantes del fútbol argentino al Monumental donde muy pocos apostaban por la victoria de River después de sus últimos resultados y su pobre imagen por lo que Boca se encontraba ante una oportunidad histórica de humillar a su eterno rival en su feudo (incluso de ganar por goleada a poco que sus jugadores claves brillaran un poco).
Pero nada más alejado de la realidad.
El partido, como era de esperar, no fue ninguna oda al fútbol, pero lo que más me llamó la atención fue que incluso pareció estar manco de esa carga de intensidad tan normal en estos choques. Ambos equipos dieron la sensación de estar anestesiados e incluso el ritmo del partido fue mucho más lento de lo que se podía esperar.
Boca, en la primera mitad dio una imagen horrorosa, como si confiara en que sólo por saltar ya fuera a llevarse el partido y River, dentro de todas sus limitaciones, puso corazón y con ello le bastó para puntuar (y sólo un poste le privo de ganar).
Ahora muchos sitios dan como vencedor moral a Boca... creo yo que porque sin hacer nada, se llevó un empate. Pero ojo con que River, dentro de lo que es ahora, no repunte. No tiene ningún jugador que resalte por encima ni motivación de éxito real pero ha recibido una inyección de moral que unido a futuros cambios institucionales puede suponer el principio del fin de esta época para olvidar.
3 Comentarios
La verdad que el partido de ayer, parecía un partido de los 90, Palermo,Almeida...en fin, que el apertura con todos mis respetos ya no es esa competición de grandes jugadores, ha perdido mucho cache en los últimos años...una pena sin duda¡¡
un saludo¡¡¡
El tema es saber si los grandes aguntarán esta situación (obviamente Palermo y Riquelme no serán para siempre) y cómo administrarán sus activos deportivos los nuevos grandes de Argentina.
Saludos
Gran parte del éxito de Boca en estos últimos años ha venido de la mano de la aparición de valores surgidos de la cantera.
Como titulares, ayer solo había dos jóvenes jugadores fruto del semillero xeneize (Luciano Monzón y Nico Gaitán), pero en el banco estaban Javi García, Gastón Sauro, Cristian Chávez, Pablo Mouche y Lucas Viatri, todos ellos "creados" por las fuerzas básicas del club y que ya han sido titulares. Seguro, Palermo y Riquelme serán difíciles de suplantar, pero Boca "tiene equipo" para rato. Como diría el Bambino, "la base está".
River -desafortunadamente- no puede decir lo mismo en este sentido.