Esta noche se inció en España las ronda de la Copa del Rey en la que entraban en liza los equipos que juegan en Europa.
Para los que no lo sepan, el sorteo en España no es "puro" sino que los equipos que disputan competición europea se miden contra los equipos de Segunda B. Es una medida de no "cargar" a los equipos que nos representan más allá de la Liga y de hacer que equipos modestos puedan hacer una gran taquilla.
Pero hoy no vamos a debatir el tema de lo mal montada que está la Copa (que lo está) ni vamos a dar ideas o soluciones para que el torneo del KO recupere el glamour de otras épocas. Ni es nuestra faena ni lamentablemente, nos prestarían la más mínima atención.
Porque seguramente hoy hayamos vivido uno de los capítulos más increíbles de la gran historia de esta competición.
Resulta que el Real Madrid quedó emparejado con el Alcorcón. Un equipo que aspira a todo visitaba un campo de Segunda B. El clásico trámite para rodarse en la Copa y para acabar el partido intercambiando las camisetas con jugadores (algún caso hay) semiamateurs y regalar ilusión a los niños que no van al Bernabeu cada dos semanas en un día en el que la localidad entera se engalana porque se sabe protagonista durante la jornada.
Pero hoy no se ha seguido el guión que todo el mundo pensaba: El Alcorcón ha ganado por 4-0 al Real Madrid. Sí, así, un resultado que no es fruto de un despiste blanco, o de un excesivo premio a un ataque local. No. Hoy el Alcorcón se ha merendado físicamente en la primera mitad al Real Madrid y en la segunda parte ha tenido la sangre fría para contemporizar cuando ha tenido la pelota y defedner de manera ordenada los arreones de los de Pellegrini en busca del gol de la honor.
En el descanso ya los teletipos han echado humo al cerrarse con un resultado tan justo como sorprendente: 3-0. No sería tan descabellado pensar en que un equipo con los jugadores que ha presentado el Real Madrid pudiera remontar el partido en cuarenta y cinco minutos, pero el fútbol son sensaciones y las de hoy decían que el Madrid no parecía un equipo de fútbol, de hecho, no parecía un equipo.
Pero esta entrada no busca hacer leña del árbol caído ni hacer una crónica del partido. No, hoy sólo queremos recoger otro capítulo de por qué el fútbol es el juego más bonito del mundo. Porque hoy un equipo que se ha gastado casi trescientos millones de euros en un mes, que cada gesto de sus jugadores es noticia y que, según su presidente, es "la única ilusión en la vida de mucha gente" ha sido humillado por un equipo que sólo con entrega e ilusión por hacer bien su faena ha tenido suficiente para haber firmado uno de los episodios más sorprendentes de la historia reciente.
Ojo, no sería ilógico que el Real Madrid en la vuelta pudiera remontar la eliminatoria, pero los que queremos ver el fútbol como un cúmulo de virtudes intangibles, tardaremos mucho en olvidar lo que hemos visto hoy.
5 Comentarios
Esto es lo que hace grande al fútbol, que no hace falta ser un virtuoso practicándolo para ser legendario.
Saludos
La verdad que si, veo que nos ha despertado los mismos sentimientos este partido.
Y a ver que les dize floren a esos devotos de la iglesia blanca...
un saludo¡¡
Por otra parte, una de las noches más felices de mi vida.
El Madrid, a parte de jugar a fútbol, restó con una actitud primero sobervia y después, con todo el lío montado, angustiosa.