Hace unos días, unas declaraciones del presidente del FC Barcelona levantaban polvareda. Básicamente decía que si alguien quería pagar 65 millones de euros por Kaká, ellos sabrían por qué, que él no lo haría. Dejaré a parte la gran demagogia que esta frase ha despertado en los medios de comunicación y me centraré en el problema real de los grandes equipos a la hora de fichar.
Los grandes equipos juegan con una gran baza en contra cada vez que intentan fichar a un jugador: su nombre. Si un equipo de Segunda B quiere fichar a un jugador de un equipo de Tercera, le pedirán un precio, pero por el mismo jugador si el equipo que quiere ficharlo es el Real Madrid le pedirán tres veces más, por el simple hecho de que el Madrid, como el Barça tiene dinero. Esta realidad elevada a millones de euros supone que el Madrid cada vez que va al mercado, hinfla los precios. Eso es una realidad simple de entender pero muy dura para las economías de los grandes.
La única solución para no arruinarse o no tener que inyectar dinero continuamente en el club es crear un proyecto desde la base, un proyecto que le permita no gastar mucho dinero en muchos jugadores normales, sino gastar mucho dinero en grandes jugadores. La famosa clase media que le dio tantas alegrías a Florentino y que hoy en día ha convertido al Barça en un club plagado de estrellas.
Hace dos o tres años el Barça tenía a un chaval de la cantera que había jugado algunos partidos con el primer equipo, su nombre es Andrés Iniesta. Al final de su primera temporada en la primera plantilla se planteaban su futuro: cederle o venderle era una solución para un jugador que no tenía excesivas oportunidades de tener minutos en el Nou Camp. Pero la cruda realidad le decía a los responsables deportivos del Barça que si salían al mercado a buscar un jugador de clase media les pedian un dineral por ellos. ¿Para qué gastar dinero en esos jugadores si no van a tener un gran protagonismo en el primer equipo? Para eso se quedaron con Iniesta. Y la jugada les salió bien. Ahora Iniesta es un crack. Cuando eso pasa con un jugador es suerte, cuando la mitad de tu equipo ha sido construido de la misma manera es un estilo empresarial: Valdés, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta o Messi han hecho que el Barça se ahorre mucho dinero.
Pasemos al Madrid. En los últimos años solo han conseguido estabilidad en el primer equipo: Casillas, Guti y Raúl, pero muchos han pasado por la primera plantilla sin conseguir estabilidad: Pavón, Javi García, Juanfran, Balboa, Portillo, Soldado o De la Red son algunos ejemplos, seguro que hay más. Pero siempre han tenido que lidiar contra jugadores que han costado mucho dinero al club. Hace un par de años se gastaron mucho dinero en Gago, un buen jugador pero falto de experiencia en Europa, un jugador que cerró las puertas a mucha gente del filial madridista, nombres como De la Red, Granero o Javi García, jugadores con menos calidad y menos experiencia, pero que eran mucho más baratos.
En resumen, las declaraciones de Laporta me han hecho plantearme las dos grandes vertientes de dirección deportiva en los dos grandes clubes españoles. El Barça, un equipo que tiene muchos años de trabajo desde la base y que poco a poco va sacando sus frutos y el Madrid un club que lleva buscando su rumbo desde hace mucho tiempo y que ha de lograr enderezar el proyecto a base de talonario.
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Saludos