Futbolistas de Leyenda: Paolo Montero

por | 13:25:00
Hoy es viernes trece, un día "de miedo" y esta semana ha arrancado la fase "seria" de la Libertadores, así que he querido destacar a un jugador sudamericano para la sección de las Leyendas. El turno es para un jugador al que le tengo bastante admiración (pese a ser de Peñarol), os hablo del central zurdo Paolo Montero.

¿Cómo jugaba Montero?

No os quiero engañar, Paolo era un jugador muy duro, en muchas ocasiones hasta demasiado (es el jugador con más expulsiones en la historia de la Seria A), pero era esa dureza al servicio del equipo, la falta más que obvia en pos de no encajar un gol o cortar una jugada clara de gol. También era, como dice el amigo Ariel, muy gringo: sabía intimidar, marcar su territorio y comerse a los delanteros que no tenían una personalidad dura.

Pero no sólo del otro fútbol vívia el charrúa, era un central rápido, grandísimo marcado y con una buena salida de la pelota que otorgaba mucha tranquilidad al equipo. Además tanto su defensa como ataque por alto en jugadas a balón parado era muy buena (los pocos goles que logró en su carrera venían de estas jugadas). También su compenetración con los otros centrales que le acompañaban era notable gracias a su inteligencia táctica.

Lo que realmente me conquistó de él era su liderazgo. Era respetado por todos los integrantes de su equipo y temido por muchos rivales porque sabían que no se iba a amilanar ante ninguna situación dentro del terreno y que sería el primero en levantar anímicamente al equipo. Un claro ejemplo de la personalidad del jugador uruguayo de los noventa.



Clubs
  • Peñarol (del 90 al 91)
  • Atalanta (del 91 al 96)
  • Juventus (del 96 al 2005)
  • San Lorenzo de Almagro (de 2005 a 2006)
  • Peñarol (de 2006 a 2007)

Títulos
  • 1 Copa Intercontinental (1996)
  • 1 Supercopa de Europa (1996)
  • 1 Supercopa de Italia (2002)
  • 4 Ligas (97, 98, 2002 y 2003)



 
 
Con su selección fue todo un mito, si bien coincidio con una época bastante pobre en participaciones mundialistas (debutó después del Mundial del 90) y tuvo que esperar hasta los treinta y un años para liderar como capitán a Uruguay en el Mundial de 2002. Pero durante más de diez años fue un fijo en el once inicial de una de las selecciones con más solera en el panorama de Sudamérica.
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