Vivimos en medio de una época para el fútbol en el que alucinamos con ciertas acciones individuales, las empresas buscan a los más habilidosos para usarlos como su imagen y básicamente nos hacen sentirnos atraídos por las acciones técnicas que aúnan complejidad de ejecución y belleza plástica a partes iguales.
Pero como este tipo de jugadores son de aparición extraordinaria, el resto, los más terrenales, tiene que usar otras virtudes y entrenadores que suplen las diferencia de técnica con astucia.
Con todo esto llegamos a la última jornada disputada en la Bundesliga, entre el sorprendente Hoffenheim y el Bayern Leverkusen en el que el equipo de las aspirinas dio un buen repaso a los que hasta no hace mucho lideraban la Bundesliga.
Me llamó mucho la atención uno de los goles que se consiguió en este partido. Una de esas jugadas ensayadas de libro que además sale a la perfección y que demuestra mucho trabajo del entrenador y compromiso del equipo.
Vivimos en una época en la que el fútbol profesional está preparado para todo, se controlan las dietas, los esfuerzos, los calendarios de puntos álgidos de rendimiento... y ver este tipo de jugadas, tan sencillas como sorprendentes y sobre todo, tan olvidadas, uno no puede evitar llevarse la manos a la cabeza porque, como decía Mucho Muchacho, "los viejos trucos aún funcionan".
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