Entrenadores de Leyenda: Helenio Herrera (y II)

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En el capítulo de hoy vamos a escribir acerca de otro de los grandes entrenadores de la historia: Helenio Herrera. Se caracterizó como entrenador por ser un gran estratega. Basaba sus planteamientos tácticos en una buena defensa, a la que consideraba el mejor ataque, y a la rapidez en el contraataque. Tácticamente fue el precursor en la utilización del defensa libre. 
 
Fue pionero en la utilización de la psicología como arma para motivar a sus jugadores y desconcertar a los contrarios. Era estricto y prohibía a sus jugadores beber y fumar, incluso controlando su dieta. Helenio Herrera también fue uno de los incentivadores de la creación de las hinchadas de aficionados, al solicitar en los años 50 que la afición jugase el papel de jugador número doce, y tuviese una actitud activa durante el partido, llevando banderas al campo y animando sin cesar, en vez de limitarse a contemplar el espectáculo como se acostumbraba entonces.
Fue un personaje realmente singular, un auténtico "ciudadano del mundo". Para hacernos una idea tendríamos que inventar la nacionalidad "argentino-italo-marroquino-franco-español". Nació en Buenos Aires (Argentina) en 1913. Hijo de emigrantes andaluces. De muy pequeño se trasladó con su família a Palermo (Italia) y, tiempo después a Casablanca (propiedad del protectorado francés en aquellos entonces). Nacionalizado francés después de la Guerra Mundial, se sacó el título de entrenador y debutó como técnico en el Puteaux, de donde pasó al Stade Français, equipo al que subió a Primera.

Su fama comenzó a traspasar fronteras y el primer interesado fue el Atlético de Madrid, que lo cedió un año al Valladolid, club al que también subió a la máxima categoría del fútbol español. Volvió al club "colchonero" y ganó dos Ligas, la Copa Latina, la Copa Eva Duarte y la Copa Martini. Su periplo continuó en el Málaga, el Coruña (salvándolo del descenso) y el Sevilla, equipo en el que finalmente tuvo algunos problemas que provocaron que hiciese una declaraciones excesivamente subidas de tono. La Federación no tuvo más remedio que sancionarlo con un año de inhabilitación. Durante su "exilio", dirigió Os Belenenses (Portugal).

El presidente, por aquellos años, del FC Barcelona, don Miró-Sans tuvo que pagar un millón de pesetas al club andaluz (propietario de sus derechos en España) y doscientas mil pesetas al club lisboeta, después de unas durísimas negociaciones, para hacerse con los servicios de tan codiciado entrenador. Probablemente, en el conjunto azulgrana fue donde empezó a agrandar su figura con dos años, los que van de las temporadas 1958 hasta las 1960, en los que conquistó dos Ligas, dos Copas de Ferias y una Copa del Generalísimo. La temporada 1958-59 fue una de las más extraordinarias del club ya que sin hacerse fichajes espectaculares, H.H. fue capaz de conseguir que los hombres de la cantera (Olivella, Gensana, Gràcia, Vergés, Tejada) y los fichajes rutilantes de temporadas anteriores (Evaristo, Eulogio Martínesz, Luisito Suárez, Villaverde) se destaparan y se formara un equipo que ganó los títulos de Liga y Copa sin ningún tipo de problema y con una absoluta rotundidad. Este éxito creó una cierta leyenda alrededor del míster. Se habló de drogas, conjuros y ritos mágicos, sesiones hipnóticas...Lo cierto es que todo eso era de difícil comprobación y los jugadores como Olivella salieron en su defensa diciendo que todo eso eran inventos y que, realmente lo que ocurrió fue que "el Mago" además de tener unos grandes conocimientos técnicos, se preocupaba al máximo, hasta el último detalle, de conocer el carácter de cada jugador, de saber que vida hacía, y o aconsejaba o ayudaba en cada caso.

Uno de los puntos en que más intervenía era en el contrato de los futbolistas: si veía que un elemento que consideraba imprescindible recibía un sueldo desproporcionadamente bajo en relación con los méritos que realizaba, era el primero en presentarse a la directiva para reclamar un mejora sustanciosa. Evidentemente, esto hacía que la plantilla lo apreciara, y, una vez en el campo, se dejaran la piel en defensa del club. Si observamos las cifras de sueldos de jugadores pasan de 9 millones en la 1957-58 a 21 en las 1958-59.
Eso si, H.H. no toleraba que nadie le hiciese sombra en el sí del club. Su deseo de protagonismo era tan grande que quería todos los méritos por los triunfos obtenidos. Si había alguno que le podía discutir algo, hacía todo lo posible por arrinconarlo. Por eso, explotaron muy pronto unos conflictos que, a la larga, se resolvieron en contra suya.

Estos conflictos fueron contra dos de los hombres más carismáticos y queridos de la historia del club: Samitier y Kubala. El primero prefirió dejar la entidad y ejercer como secretario técnico en el Real Madrid. El problema con Laszi era muy diferente, porque, como jugador lo tenía a sus órdenes. Kubala no estaba muy de acuerdo con los métodos del entrenador. Es evidente que una de las máximas preocupaciones del técnico era intentar disminuir el protagonismo del as eslovaco en favor de un juego de conjunto. Los problemas no tardaron en llegar puesto que el rendimiento de Kubala bajó de manera alarmante. De todas maneras, los buenos resultados del equipo iban atenuando la guerra. Al final de temporada explotó y, la junta directiva estuvo a favor del entrenador aunque la víctima fuese alguien como Laszi e hizo pública una nota en la que atacaba al jugador. Este nota causó tal estupor hasta el punto que siete directivos decidieron dimitir.

Una vez terminada su época azulgrana, después de la eliminación en semifinales de la Copa de Europa a manos del Real Madrid, incluso antes de marcharse, ya tenía un pre-acuerdo firmado con el Inter. Desde que el FC Barcelona lo había eliminado de la Copa de Ferias, Angelo Moratti había sabido que el hombre ideal para dirigir su club era Helenio Herrera. En el club lombardo consiguió sus máximos éxitos. Conquistó 3 scudetti, dos Copas de Europa y dos Copas Intercontinentales. Durante su dirección se produjo una anécdota que nos puede acercar más al carácter ganador que tenía el míster. Antes de un partido sancionó a uno de sus jugadores por declarar a la prensa Vamos a jugar en Roma en vez de Vamos a ganar en Roma. Su propio "catenaccio" llevó al club a la época más gloriosa de su historia. Por primera vez en la historia un entrenador estaba por encima de todos sus jugadores, no se hablaba del Inter de Mazzola, o de Luis Suárez o de Facchetti, se hablaba del Inter de Herrera.

Para muestra un botón:
"La victoria fue de Herrera, no nuestra. Nosotros no creíamos en la remontada. Él, sí. Nos martilló la cabeza a diario con las famosas confesiones. Nos convocaba uno a uno y empezaba: 'Que han tenido mucha suerte, que no son mejores que nosotros...'. Tenía su propia estrategia: si el rival era bueno y le temía, lo desmitificaba; si no era tan bueno, nos decía que era la bomba y que era difícil batirlo", recuerda el mítico Sandro Mazzola, jugador del Inter que en 1965 consiguió la remontada contra el Liverpool (3-1 en Anfield y 3-0 en San Siro). Ese partido permitió a los neroazzurri llegar a la final, derrotar el Benfica y alzarse con el trofeo más prestigioso de Europa.
Antes de eso, nada más finalizar el encuentro de Anfield sucedió esto: "Me habéis hecho quedar como un idiota. El técnico del Liverpool, que sabe que he entrenado en Portugal, da tan por hecho que su equipo jugará la final que me ha preguntado cómo se puede ganar al Benfica". Esas fueron las palabras de "El Mago".
Según Peiró, jugador que estuvo a sus órdenes en este Inter para H.H. sólo existía la palabra victoria.

En 1969, después de unos años no muy brillantes en el Inter se marchó a la Roma ganando una Copa de Italia. Volvió al club neroazurri en la 73-74 pero tuvo que dejar el cargo por culpa de un infarto. Comenzó a colaborar en diversos medios de comunicación.
En 1980 fue llamado por la junta barcelonista para sustituir a Joaquim Rifé. En 1968 ya podría haber vuelto si hubiese ganado las elecciones Pere Baret. En su segunda estancia en la banqueta azulgrana, consiguió clasificar al equipo para la Copa de la Uefa, aunque no parecía nada fácil.
Dejo su cargo a su "viejo amigo" Kubala, pero al húngaro no le fueron muy bien las cosas y lo volvieron a llamar. H.H. Haría al equipo campeón de la Copa en la 80-81. Con el objetivo cumplido se retiró definitivamente y pasó a ser asesor del presidente...desde su precioso palacio de Venecia.

Su historial como seleccionador es poco relevante ya que no obtuvo ningún éxito reseñable con ninguna de las tres naciones que dirigió: Francia, España e Italia. Como entrenador del combinado español durante el Mundial de Chile en 1962 no fue capaz de clasificar para la ronda final.

El 9 de noviembre de 1997 fallece en Venecia y con él murió uno de los grandes genios de esto de entrenar. Cuentan que todos sus apuntes futbolísticos los hereda el ya tristemente fallecido Giacinto Facchetti un alma máter de aquel Inter glorioso.

Después de su muerte todavía fue rodeado de polémica. "Los reservas tomábamos más pastillas porque Herrera hacía ensayos clínicos con nosotros. Por eso sufrimos más las consecuencias", declaró Ferruccio Mazzola, hermano de Sandro, a la revista L'Expreso. Y agregó: "No puedo saber exactamente qué nos mezclaba con el café, pero creo que se trataba de anfetaminas". Los más famosos de aquel Inter, Sandro Mazzola, Luis Suárez, Giacinto Facchetti o Mariolino Corso, guardaron silencio. Pero Ferruccio Mazzola, uno de los acusadores, reunió pruebas para que se determine las causas de muertes sospechosas, como la de Armando Picchi, del Inter, quien falleció a los 36 años de un tumor en la columna vertebral. Otros cuatro jugadores, poco conocidos, pero compañeros de Mazzola, murieron de cáncer, todos antes de los 65 años.

Herrera también fue acusado por Giacomo Losi, capitán de la Roma en 1969, por la muerte de Giuliano Taccola, quien falleció en el vestuario del Cagliari, luego de la aplicación de unas famosas inyecciones de la época.



Su currículum es el siguiente:


Sus machadas:
  • "Quién no da todo, da nada"
  • "Con diez se juega mejor que con once"
  • "Ganaremos sin bajar del autocar"
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