Ninguno tenemos excusa, de un tiempo a esta parte, hemos visto como el Milan, grande del fútbol mundial, no sabía renovarse y temporada tras temporada los veteranos metían al equipo en los objetivos mínimos. No conozco a nadie que defendiera la línea de fichajes de los rossoneri, claros ejemplos de fichar a nombres en lugar de hombres. Quizás el fichaje de Pato sea lo único que se medio salve, un jugador que tuvo que esperar a la mayoría de edad para tener un debut espectacular, pero que parece haber pasado a un segundo plano en el actual equipo.
Pero lo de este verano parecía la gota que colma, contrataron a un medio defenestrado Ronaldinho y quisieron recuperar a Shevchenko tras su paso para olvidar por Londres. A todo esto se unía Dida, Maldini, otro fichaje poco esperanzador como el de Zambrotta, Seedorf (que vive una tercera juventud)... Y más cuando anunciaron recientemente que habían conseguido la cesión de Beckham, otro treintañero que viene del poco exigente fútbol yankee.
Pero después de un inicio titubeante, por no decir algo peor, parece que han remontado el vuelo. Su victoria en el derby de la ciudad de Milán, con un tanto precioso de Ronaldinho (no de su estilo, todo hay que decirlo) ha parecido ser la chispa que ha encendido la mecha del equipo. Si bien, en el Scudetto llevan sin perder desde el 21 de septiembre, la dinámica del equipo y la sensación que desprende el equipo es diferente a la que teníamos hace unas semanas.Y eso que parece que el ciclo de Ancelotti parece caduco a los ojos de Berlusconi, que se rumorea que está hablando con Rijkaard (símbolo del Milan de los noventa) para que se haga al cargo de los rossoneri.
De momento tienen un subidón de moral al haber pasado al indomable Inter de Mourinho en la clasificación y pese a que todavía no me acabe de enamorar para que lo vea como un claro candidato al título final, pero como bien he dicho, la moral y el no tener la exigencia de la Champions le dan la marca de candidato a dar guerra.
