Enderezar el rumbo

por | 22:17:00
Anoche el Inter de Milán perdió el derby centenario de la ciudad de Milan con un tanto de Ronaldinho. También perdió la posibilidad de liderar la Serie A (lo importante es hacerlo en la última jornada, pensará Mourinho) en pos de un equipo que parece que quiere reverdecer viejos laureles.

Y es que la Lazio de Roma comanda desde la primera posición la clasificación del torneo regular en el país transalpino y sinceramente, después de verlos el año pasado en Champions y de conocer el turbio ambiente extradeportivo que le rodeaba, pensaba que sería otra temporada de luces y sombras para los laziales.
Pero entre los pocos fichajes que han habido en Italia, la Lazio se ha hecho con los servicios de un joven delantero argentino que ha empezado la temporada como un tiro, Mauro Zárate.

El menor de una saga de jugadores más o menos conocidos (Rolando, Ariel y Sergio) saltó a las primeras planas de la prensa argentina con dieciocho años a base de goles en el histórico Vélez a base de goles.
Formó parte del equipo que campeonó el Clausura de 2005 y empató en la tabla de máximos goleadores en el Apertura de 2006 con Rodrigo Palacio.

Todo parecía claro para que Zárate diera el salto a un grande, ya que su nombre se asociaba a equipos con solera del Viejo Continente.
Pero en pase más que polémico su carrera se dirigió a la éxotica liga qatarí. Polémico porque muchas voces clamaron al cielo cuando vieron como un talento tan joven ya "sacrificaba" la gloria de los títulos por llenarse los bolsillos con petrodólares.
Con el Al Sadd no llegó a completar la temporada, jugó muy poco y cuanto penas dejó cuatro tantos en el torneo, así que, quien sabe si porque el equipo quería sacar algo mientras su fama durase o porque al jugador le dio un ataque de orgullo, fue cedido al Birgmingham para acabar la temporada con los ingleses.

En Inglaterra no contó demasiado y salió casi siempre en los minutos finales de los poco más de diez partidos que jugó (en los que anotó otros cuatro goles, eso sí) pero sí que dejó muestras de sus grandes virtudes.
Zárate es un delantero rápido, habilidoso y con un disparo potente, se le nota con mucho talento y con la necesidad de que un entrenador con dedicación le preste la atención que reclama (para que sea menos individualista, por ejemplo).
Así la Lazio apostó por su contratatación y de momento la apuesta funciona: capocannioneri y el equipo líder gracias a sus goles.

Veremos como acaba la temporada y si, con veintiún años, apuesto que sí, no es tarde para que su carrera se haya marchitado.

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