Desde que volvió a la élite del fútbol argentino, la trayectoria de River ha sido una de las más interesantes del fútbol americano porque no sólo ha visto como el equipo vuelve a ganar títulos, sino que además lo ha hecho con un fútbol muy reconocible de la mano de Marcelo Gallardo, un entrenador con un increíble futuro por delante, volviendo a ver cómo es capaz de sacar jugadores de nivel y, lo más importante, manteniéndolos en el equipo hasta el punto de que aparezcan y maduren al mismo tiempo que el proyecto deportivo o, como en otras épocas, hasta que el sustituto está a punto de caramelo.
Vale que el equipo se adorna con la vuelta de 'soldados de invierno' como Cavenaghi, Ponzio o Saviola y se completa con contrataciones de mercado interior como Barovero, Maidana o Bertolo, pero la fuerza del semillero vuelve a ganar fuerza y de entre ellos sobre sale un nombre: Matías Kranevitter, un 5 que aúna las virtudes clásicas del mediocentro posicional argentino pero que también se adapta a los roles más modernos por los que ha ido transcurriendo la posición en las últimas décadas. Su impacto en el equipo, justo en una época tan exitosa, le marca como uno de los jugadores con más mercado (junto a Funes Mori) del actual campeón de la Libertadores hasta el punto de que parece todo listo para que desembarque en breve en la Liga BBVA.
Lejos de otras perlas que han llegado al fútbol español en los últimos años, el desempeño de Kranevitter no le hace destacar en facetas ofensivas, de hecho, un partido de 'su' River necesita de una urgencia importante para que el 5 ronde zonas donde los pases se convierten en asistencias y en donde uno con el balón, cuando levante la cabeza, no ve la portería tan lejana como para intentar probar un disparo.
Lo de Kranevitter es más el control en la sala de máquinas. Encuentra siempre una ubicación perfecta para ser un primer pase fácil para los centrales y tiene la facilidad para dar continuidad a esa construcción eligiendo siempre un pase tan sencillo como acertado. No arriesga, pero tampoco falla.
Otra cosa es el desplazamiento en largo, donde realmente uno no sabe si es por el marcado juego en corto que caracteriza a los 5 en Argentina, exigencias de la construcción por parte de Gallardo o un apartado técnico a mejorar (tan sólo 22 años) pero no es hasta ahora una de los mejore recursos del centrocampista tucumano.
Si bien ha mostrado habilidad suficiente como para jugar 'solo' en la zona ancha, no se le ha visto incómodo jugando con un compañero a la misma altura (algo que ha ido mejorando en los últimos meses) siendo en estas ocasiones, algo que a mí me ha sorprendido algo, el que tiende a descolgarse algunos metros más hacia la portería rival. Pero rápidamente encaja: tiene un avispado sentido de la recuperación.
Tiene mucho sentido que ante un jugador con capacidad para recuperar balones la idea de darle algunos metros más y que esas recuperaciones sean en campo rival tengan mucho más valor que hacerlas unos metros por delante de tu propia frontal. En esto Kranevittter es de lo mejor del fútbol sudamericano: anticipa, recupera e inicia con mucho criterio ante un equipo que normalmente está saliendo y le toca rectificar para correr hacia atrás.
Este aspecto será, a día de hoy, el más vistoso del mediocentro de River por ser su aportación (y vaya aportación pensará Gallardo) al fútbol de ataque del actual campeón de la Libertadores.
Si sus condiciones no acaban de despertar interés en el aficionado europeo, queda por ver qué entrenador recogerá el testigo de Gallardo a la hora de continuar el trabajo de mejora de un centrocampista llamado a ser jerárquico en casi cualquier equipo al que vaya cuando salga de River. Lo más importante será observar si técnico y jugador deciden ampliar el abanico de recursos o si se centran en exagerar sus virtudes en busca de un especialista de élite. Mimbres hay para ambos proyectos.