A pesar de que la propuesta, acierto y potencial ofensivo de Colombia la coloca como el equipo al que debemos seguir en el Grupo C, la selección de Grecia, desde aquella maravillosa Eurocopa de 2004 marcó en el gusto de muchos una irremediable fijación, con nombres que con el paso de los años no hacen más que mitificar más aún a un combinado de escaso historial en estas alturas de competición.
Cabe remarcar que desde aquel hito del que en este verano se cumplirá una década, el equipo ha ido dando pasos hacia desarrollar una idea de juego con más protagonismo con éxito irregular: suficiente para llegar a fases finales (sólo falló en el Mundial de 2006) pero sólo pasando de la fase de grupos en la pasada Eurocopa.
Su presencia en la fase final de Brasil nos permitirá comprobar su evolución.
La zaga, línea de alto rendimiento en estos años, comienza con nombres familiares como Karnezi, Manolas (ojo con este chico) y Papastathopoulos: experiencia y capacidad de aguantar situaciones límite de forma continuada en el partido da al resto del equipo confianza para desahorgarse más con el balón. Por fuera Torosidis y Holebas han demostrado ser buenos recursos ofensivos, aunque concretamente en el caso del lateral de origen brasileño, bastante descuidado atrás.
Tzavellas y Vyntra son recursos de lujo para Santos vista su polivalencia y su rendimiento.
En el centro del campo figuran nombres conocidos como Karagounis y Katsouranis. El primero, con un rol de menos protagonismo pero de tremenda importancia a la hora de medir los ritmos a los que Grecia juega sus posesiones, viene con menos rodaje del esperado, con todo lo bueno y malo que ello pueda suponer para un jugador de 37 años. Konstantinos Katsouranis parte por delante con una misión idéntica pero con la inercia competitiva intacta.
Santos comienza a mostrar pinceladas de cambios a partir de esta altura de campo con Maniatis y Samaris flanqueando al mediocentro. Son jugadores de un corte si no diferente, sí más técnico a la hora de tratar el balón. Kone, quien peleará por un puesto en el once, se acerca más al perfil de centrocampista griego de mucha capacidad de abarcar campo.
La línea de ataque contra lo que se pueda pensar en un principio, es la más peligrosa de Grecia. Lejos queda aquella tendencia del doble 9 (como en tantos otros equipos) y la figura de Samaras desde la izquierda como boya y canalizador del juego de ataque crea espacios a Mitroglou, uno de los 9 de moda en la primera mitad de la temporada en Europa y del que es una auténtica incógnita el cómo llegará a Brasil, y de un clásico como Sapilingidis, un gregario en banda derecha con importante aportación en el ataque tanto en estático a la hora de abrir mucho el campo, como en contraataques y con acciones defensivas llegando a actuar hasta de doble lateral.
La bala en la recámara es Gekas. Veterano goleador que siempre cumple con Grecia y que ante el último servicio a la patria, seguro que reserva algún gol relevante.
Bajo la idea de presentación del 4-3-3, la generosidad en el esfuerzo y los perfiles abiertos de muchos de los jugadores que tomarán parte de esta aventura helena en el Mundial, podrá provocar variaciones interesantes durante los partidos muy en función de lo que requiera y no sería raro verles con un doble pivote o descolgando a un único jugador en ataque.
Bonus track
¿Posibilidad de ver a tres jugadores cerrando al equipo?
Libertad de movimiento de Samaras para descolocar a rivales que le cierren la banda.
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