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El Levante no enamoró pero fue fiel

Con su participación liguera concluida me he animado a comparitr con vosotros una valoración sobre su temporada, puesto que creo que genera sensaciones encontradas el hecho de no haber sufrido para cumplir el objetivo con la poca empatía que ha generado, por lo menos en mí, el equipo en cuanto a su juego hasta el punto de hacerme dudar si se hacía lo necesario para sacar los partidos adelantes o si, como aquella Malí de 2010, el Levante sólo se preocupaba en que en sus partidos 'no pasara nada'.

¿Cómo no estar satisfecho con el equipo un año más en Primera? Bueno, bien es cierto que esta no ha sido la mejor plantilla con la que el Levante ha disputado una temporada en Primera, pero sí que he tenido la sensación de que tenía fútbol como para haber ofrecido algo más.
Quizás esperanzado por las palabras de la dirección del equipo tras la salida de Juan Ignacio Martínez de buscar a un entrenador que supusiera un paso adelante en cuanto a lo que ofrecía el equipo sobre el césped, que a la larga, debía repercutir en la clasificación.
La llegada de Caparrós, que no es que sea un entrenador que me enloqueciera, podía cumplir con ese perfil y lo visto en la pretemporada invitaba a pensar que veríamos a un Levante más ambicioso.

Pero ya tras el primer partido parece que el núcleo duro del equipo levantinista (después incluso de la 'limpia' que se llevó el pasado verano) una vez más convenció al entrenador para apostar por el estilo de líneas retrasadas y salidas rápidas para sacar rédito a los errores del rival.
Con la salvedad de que este equipo con las salidas y llegadas del pasado verano, no parecía estar confeccionado para esto (Sérgio, Ivanschitz, Baba... jugadores más preparados para vivir en campo contrario llamados a tener peso en el once). Todo esto ha dejado al Levante a medio camino entre una propuesta y otra, mostrando partidos con escaso juego.



Otro de los aspectos que pensé que podría dar un salto de calidad era la participación de los jugadores de la cantera en el primer equipo. Más después de la gran campaña que firmó el filial el pasado curso. 
Pero primero Iván López salió del equipo, raro sabiendo que Lell iba a marcharse y casi ofensivo viendo que se tuvo que fichar a Nagore en invierno para tener un lateral derecho de recambio. Para quien no le conozca, Iván es un lateral derecho internacional en categorías inferiores que ya debutó el año pasado en Copa con el primer equipo dejando un muy buen sabor de boca.
Después están los casos de Jason y Víctor Camarasa, dos canteranos con protagonismo en la primera parte de la temporada y con la misma fuerza con la que aparecieron, desaparecieron de las convocatorias. 
Y si no han habido participaciones relavantes 'desde abajo', otro de los punto interesantes del equipo, el asentamiento de Rubén como jugadore referente del equipo, no ha podido ser más decepcionante. Primero por las lesiones que le privaron de continuidad y después porque jugar de mediapunta, lejos de ser un paso decisivo en su carrera como todos esperábamos, resultó ahogar su zona de actuación y una incoherencia continua cuando se juntaba con Ivanschitz por la banda izquierda. Hubo que esperar a los últimos partidos para volver a ver a Rubén en banda y con ello, ver lo mejor del setabense este año.

Si nos ponemos a hablar de los nuevos, tal vez sólo Barral haya sumado, por goles y trabajo, pero también dejando la sensación de que fue un jugador excesivamente temperamental. Ivanschitz también participó mucho, pero con la sensación de que jugó totalmente desubicado en la banda.
Del resto ninguno ha cumplido con lo esperado, algunos por no haberselo ganado en el campo (Nagore, Baba, Gomis, Nong, Ríos) y otros que sólo los que vean el trabajo diario pueden explicar por qué no participaron más (Xumetra, Sérgio y El Adoua).


Pero no todo ha sido tan negativo. La principal base de que el equipo haya alcanzado su permanencia ha sido una defensa sólida liderada por Keylor Navas desde la portería. El costarricense ha sido el mejor portero del campeonato y cuando una afirmación así se hace desde un equipo como el Levante, dice mucho. También el rendimiento de Juanfran desplazado al centro de la defensa ha sido fundamental.
Una defensa que durante buena parte de la temporada estuvo formada por cuatro centrales, una probatura que le dio mucha solidez y hasta cierta flexibilidad para jugar con tres centrales en momentos puntales a la línea pero que restó de profundidad al equipo, necesaria si tienes pocas ocasiones de atacar.

Con todo esto, si dicen que las defensas ganan campeonatos, Caparrós puede haber regado bien una semilla sembrada hace unos años en Orriols y realmente se puede pensar que si el equipo recupera las sensaciones vistas el pasado verano y encuentra a un delantero del acierto de los Caicedo, Koné o Martins, sí que se pueda cumplir aquello de dar un paso adelante.


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