Un fin de semana extraño entre el fin de la temporada en España y una jornada de amistoso entre selecciones. La tensión de conocer tu destino de cara al próximo curso con la relajación de un partido sin nada en juego más que la honrilla y sumar un partido más con la selección nacional.
De entre todos, el que brillaba con luz propia era el que enfrentaba a Brasil y a Inglaterra en Maracaná. Demasiada historia en sus camisetas, en el rebozado estadio y, sobre todo, muchos buenos jugadores a los que mirar.
El primero de ellos era Neymar. El flamante nuevo fichaje del Barcelona iba a viajar horas después para estampar su firma en el contrato que le vincula al equipo de Messi horas después y podría decirse que hubo 'división de opiniones' en cuanto a los nervios que mostró durante el partido. Porque Neymar pareció algo anclado a la izquierda y sólo se despegó de la banda para ayudar en la presión cuando Inglaterra trataba de elaborar algo desde atrás. Sacrificio para unos y poco brillo para otros.
Más me llamó la atención la actuación de Fred. Delantero de olfato y de conocimiento de lo que pasa dentro del área, innegables virtudes, rompe con la tasa de talento que se sitúa tras él y, sin ser culpa suya, vive a la sombra de ser 'uno más' entre los nueves brasileños que se enfunden esa camiseta desde que la dejó de vestir Ronaldo hasta que Brasil encuentre otro delantero de similar impacto. Y no parece que ni para la Confederaciones ni para el esperado Mundial pueda surgir un delantero que no sólo 'la enchufe' sino que pueda decidir un partido y preocupar tanto al rival como para organizar el sistema defensivo entorno a él.
Porque detrás todo anda bien: una segunda línea de ataque liderada por Neymar pero que cuenta con Óscar, Lucas y guarda en la recámara a Bernard. Medioscentros de 'todos los cortes', desde Hernanes hasta Paulinho. pasando por Luiz Gustavo u otro talento local como el de Fernando.
Y si la defensa ha sido una línea 'funcionarial' parece que las jerarquís vuelven a la zaga con Thiago Silva y David Luiz, dos centrales que se complementan y bueno, el del Chelsea no llega a fiabilidad del del PSG, pero está entre los mejores del mundo cuando está realmente concentrado. Ni que contar de los laterales, contrastados aunque no lleguen en su mejor momento de forma.
Todo esto, buenos mimbres como para ilusionarse con el futuro a medio plazo. Se probó con Meneses y se ha apostado por la experiencia de Scolari, pero los resultados no acaban de llegar: dos victorias en los últimos ocho partidos (cinco empates y una derrota, precisamente ante Inglaterra en Wembley) donde el único alivio es que no pelean por la clasificación para el Mundial aunque tal vez la falta de un objetivo es lo que no permite ver a este equipo post Copa América 2011 totalmente desatado.
Pero también era buen partido para ver qué tal anda el equipo nacional inglés. Un equipo que también va a construirse alrededor de una figura de primer nivel como la de Rooney y donde dar con la tecla justo detrás de su posición parece el último circuito a conectar para que todo tenga cierto sentido. Eso y algo más de ambición por parte de un Hodgson que se le ve animado a ir metiendo en el equipo caras nuevas en forma de jugadores en buen momento, pero que ha restado al equipo de personalidad o, mejor dicho, de capacidad de dominar un partido de principio a fin y no esperar al error del opononente para atacar con más espacios.
Ha encontrado a un portero para años con Hart, algo que andaban tiempo buscando y Cahill parece confirmado a espera de dar con un compañero en el centro de la zaga tras las salidas de Terry y Ferdinand. Johnson, Baines, Cole lo poco que tardará Walker en ser fijo... no parece que por ahí hayan problemas en el futuro. Las dudas llegan, como decía antes, en la zona de gestación. Un equipo con la posibilidad de contar con Parker, Carrick o Wilshere y que no pueda hacerlo por problemas por todos conocidos provoca que la carrera internacional de Lampard en esa zona se estire más de lo necesario y que las bandas tengas misiones de cerrar carril central entre las órdenes desde el banco.
Oxlade ante Brasil jugó en el centro también, pero junto a Walcott presenta un perfil de velocidad por fuera que debería ser probado. Aunque fuera en un intento desesperado por un resultado. Y si Brasil parece menos Brasil por no tener un 9 de primer nivel no parece que ese hándicap sea un problema para Inglaterra. Quizás la falta de un delantero así empuja a Hodgson a no ser más ofensivo, que ese mismo perfil que para Brasil no llena, sea suficiente para una Inglaterra que, de momento, necesita poco balón para tener ocasiones y que ahora puede hacer probaturas con el propio Walcott (buen año con el Arsenal en cuanto a goles) sin dejar de contar con las apariciones de Rooney, que parte desde atrás pero se asoma más por el área que en el United, ante la falta de una figura tan determinante como la de Van Persie.
El partido que enfrentó a Brasil y a Inglaterra en Maracaná mostró el estado de las dos selecciones a día de hoy, algo por debajo de otros equipos cuajadas como España, Alemania o hasta Argentina, que ha parecido conectar a Messi armando al equipo a su alrededor.
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