Como tengo la suerte de comentar cada semana en 'This is Fútbol' no será la primera vez que me leáis hablar sobre lo poco que valoro las primeras impresiones en el sorteo de los Octavos de Final de la Champions. Vale, que tenemos la fase de grupos 'calentita' y que sirve como buena presentación de los equipos, pero el hecho de que pasen casi dos meses desde ese sorteo, hasta que arrancan las eliminatorias, hacen que no en pocas ocasiones los favoritismos ya no sean tan claros.
Si bien en esta edición han habiado varios casos claros de esto de lo que os hablo, como el Galatasaray tras sus fichajes o lo que se ha igualado el cruce entre el United y el Madrid (los dos a un gran nivel) quiero detenerme para dedicar una líneas al Milan, un equipo que al inicio de la temporada, con las ventas de Ibrahimovic y Thiago Silva principalmente perdía muchísimo potencial no cubierto con las llegadas y que se vio emparejado con un Barcelona que iba como un tiro en la Liga y que había gestionado con audacia su camino europeo.
Y el Barça, que en este 2013 ha conocido la derrota en Liga (cosa que ya había vivido en Champions) se encontrará con un Milan que no ha perdido en lo que llevamos de año y que, desde que se celebró el sorteo, ha disputado nueve encuentros oficiales con el siguiente saldo: cinco victorias, dos empates y dos derrotas. En Serie A, lo suficiente como para reengancharse a la pelea por las plazas Champions después de un inicio muy malo, ahora sólo queda saber qué pasará en Champions, una competición donde no debe tener en cuenta la contrarreloj liguera y sí entender la eliminatoria como 180 minutos donde potenciar sus virtudes.
Dos días después de conocer a su rival en Champions, el equipo de Allegri visitó el Olímpico de Roma y cayó goleado por la Roma en un partido raro y casi hasta engañoso, un encuentro donde fue castigado por la efectividad del equipo entonces dirigido por Zeman, donde Lamela fue un jugador diferencial y decisivo en las acciones ofensivas romanas.
Fue el último partido del año y, tras el parón navideño tenía la teórica cómoda visita del Siena al que despachó por 2-1. Un partido donde no pudo desmelenarse ante la salida hacia Turín para pelear con la Juve por la Coppa y donde registró una derrota en un partido donde alternó titulares con menos habituales (al igual que la Vechia Signora) y que llevó a una prórroga donde cayó derrotado. Un torneo menor pero que puede maquillar una temporada claramente de transición.
La visita al Luigi Ferraris fue otro partido complicado del que salió con un punto y que inició una serie de partidos ante equipos de tabla media baja que se ha saldado con la pérdida de sólo 2 puntos de los 12 que había en juego y situarse en una posición expectante para el asalto de los puestos Champions, algo con lo que no muchos contaban hace dos meses. Cierto es que han sido tres victorias por la mínima ante Atalanta, Bologna y Udinese y un empate ante el Cagliari con un gol postrero de Balotelli, gran protagonista de los últimos puntos del equipo y, quién lo iba a decir, líder de un equipo que le echará de menos ante el Barça.
El viernes adelantó su partido ante el Parma en casa para tener más tiempo de descanso para preparar su cruce europeo y puede que, a pesar de la victoria final por 2-1, las sensaciones no sean las mejores para enfrentarse al equipo culé aunque sí que parece que plantarán mejor cara. Y escribo esto porque el Parma no sufrió ni estuvo incómodo hasta que encajó el primer tanto, tal vez invitado por el Milan a desprotegerse, pero sin castigar los espacios que podía dejar e incluso viéndose superado por su flanco izquierdo y atacando a chispazos, con conexiones rápidas con Balotelli como protagonista en la finalización o en la asistencia.
Navegando entre un 4-2-3-1 y un 4-3-3 evidenció falta de intensidad en la presión, un posicionamiento muy retrasado cuando no tuvo el balón y un déficit preocupante a la hora de iniciar una jugada con cierta elaboración. Que el Barça sufre ante equipos que transitan rápido que con pocos toques son capaces de llegar a su área es algo que se ha visto en los últimos tiempos, pero acompañado siempre de una recuperación más alejada de su propia área.
No todos son malas noticias para el Milan. A pesar de no poder contar con Balotelli para el partido, el asentamiento de Niang en el equipo, la presencia de El Shaarawy y la opción de apostar por la llegada de Boateng o la inteligencia de Bojan presentan a un equipo que tendrá un ataque rápido y sobre todo con facilidad para el intercambio de posiciones.
También el saber que no podrán adelantar la defensa sino que vivirán muchos minutos replegados ayudará a que la lentitud de sus centrales en la correción sea menos notoria. Zapata, Mexes, Yepes... jugadores que destacan en las distancias cortas se verán arropados por mediocentros y con ello debería de sufrir menos y ser más eficientes.
La Champions pone a prueba al Milan, al Milan, como decíamos antes, está en una etapa de transición y que, especialmente para Allegri, será un reto bonito. En la misma competición en la que su puesto pendió de un hilo, que estuvo a punto de ser despedido con la derrota momentánea en San Petesburgo y que, tres meses después, se enfrenta a uno de los favoritos en la competición.
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