Segundo partido de España en la Euro y parece que las posibles dudas
que podría haber planteado el equipo en el primer partido ante Italia.
Es intrínseco en nosotros y somos víctimas de los debates que nos
plantea la tele. Lo que hace unos días era un mar de dudas es ahora un
claro candidato, equipo sin fisuras donde todo funciona.
Nadie tiene en cuenta la diferencia de los rivales y, por qué no
decirlo, el haberse quitado la presión del debut. Voy a compartir con
vosotros los habituales cinco puntos que desembocaron en este resultado.
Los laterales de España: Si en el anterior partido
echamos en falta sus apariciones cuando España debía buscar sus
incorporaciones para descargar el carril central, ayer fue todo lo
contrario. Alba vivió más tiempo en campo contrario y Arbeloa tuvo
oportunidades como para irse a la ducha con un gol o asistencia a sus
espaldas. Como no es su misión primaria, no se les debería exigir el
acierto en todos los golpeos, ya que ante el escaso trabajo defensivo
subieron con inteligencia y fueron habilitados siempre en el momento
oportuno.
Irlanda partida: Sabíamos que el juego directo iba a
ser la prioridad pero dejaron algunos episodios inexplicables tratando
de sacar el balón jugado en varias ocasiones cuando entre sus zagueros y
el resto del equipo podían haber más de treinta y cinco metros de
distancia. No hacía falta una presión intensa para que el balón no sólo
no llegar a sus atacantes, sino que fuera recuperado por España en el
propio campo irlandés. España jugó muy bien, pero este tipo de
incoherencias de Irlanda ayudó mucho.
Presión alta vs. falta de intensidad: Los dos
primeros goles de España dejaron claro que a pesar de la acumulación, la
actitud defensiva de Irlanda era la de un equipo vencido antes de
tiempo. Por contra España en cuanto a intensidad fue de más a mucho más
en sus habituales zonas de recuperación, dejando en la primera mitad una
gran cantidad de acciones ofensivas en el área irlandesa y, ya en la
segunda, tres goles que servirán de cara a un posible empate a puntos.
815 de 898: Ese fue el número de pases acertados, un
90% que refrenda la filosofía del equipo no ya sólo de tener el balón,
sino de moverlo rápido para primero llevarlo a donde le interesa y
alejarlo de la presión (en este caso tímida) del rival. En este aspecto
podríamos haber asistido al mejor partido en la etapa de Del Bosque con
la selección. Y recordando que no es sólo tenerla, sino saber qué hacer
con ella.
‘Esos locos bajitos’: El otro día fue Iniesta, y en
este partido, sin que el manchego pasara despercibido (para nada) fue
Silva el que quiso estar también ‘en todas’. Xavi anda medio peleado
entre una posición de inicio y otra de último pase, pero mientras se
define sigue marcando la diferncia. Después hubo minutos para Cesc y
Cazorla. Diferentes nombres, pero mismo estilo para la zona del campo
donde el equipo marca la diferencia.
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