El partido en el que debutó España a la hora de defender el título
conquistado en 2008 fue, de lo que llevamos de competición (poco) el más
divertido de los que se han podido ver hasta el momento.
No era para menos, dos equipos que quieren llevar la iniciativa a
través de la pelota debían brindar una bonita pelea en busca de una
victoria que allane el camino hacia cuartos. Como suelo hacer con otros
grandes partidos, quería compartir con vosotros cinco puntos que
encuentro claves para entender el desarrollo que llevó al empate a uno
final.
Andrés Iniesta: Soberbio partido el del manchego. Y
no sólo en cuestiones técnicas donde brilló, sino también a la hora de
interpretar por dónde debía aparecer, cuando conducir y cuando combinar.
Sin embargo es curioso como en su afán de hacer jugar prefiera apurar
muchas de sus incursiones en busca de atraer jugadores y dejar a algún
compañero mejor colocado para un disparo con éxito. Ayer fue buena
muestra y quizás se echara en falta algo de ‘egoísmo’ por su parte.
El ausente 9: Toda la previa debatíamos sobre el
delantero a alinear y Del Bosque sorprendió al iniciar el partido sin
una referencia en ataque. Ahora todos decimos que se debió jugar con un
nueve y que tanto polémica en torno a que puntas llevar y resulta que no
se jugó con ninguno. Es un punto de discusión interesante, pero no creo
que la idea del seleccionador sea la de presentar un equipo así, sino
que las características del rival invitaban a probar así y durante los
primeros veinte minutos la cosa no fue del todo mal e incluso en el
inicio de la segunda parte, aumentando la velocidad del juego, se vio
que podía funcionar con Cesc entrando desde atrás (especialidad de la
casa).
De hecho, la entrada de Torres por Silva (personalmente creo que no
era el jugador a sacar del partido) si bien provocó que todos los
grandes centrocampistas tuvieran una referencia a la que buscar al
espacio, si bien creó ocasiones claras, ayudó también a que la defensa
azzurra se fijase.
La tres cierres en Italia: Otro de los debates de la
previa. Finalmente Prandelli quiso jugar con tres atrás donde De Rossi
iniciaba el juego conectando con Pirlo. Si el salir sin delantero de
España debía desubicar a un carril central que se antojaba clave, pero
los italianos supieron hacer de esa trampa una encerrona contra España
adelantándose mucho y metiendo muchas piernas por delante de los
circuitos de España que eran, pero lejos de donde hacen daño y sabiendo
que ningún balón al espacio podía ser aprovechado por un delantero.
Además recuperaban más lejos de su propia portería lanzando contras
peligrosas. Todo un acierto.
El no 9 de Italia: Cassano y Balotelli. Dos
delanteros pero lejos de las virtudes de un nueve que pudiera incordiar a
la defensa de España. Encima el jugador del City no estuvo muy
concentrado fallando por falta de intensidad la más clara que tuvo su
equipo en la segunda mitad tras el gol. Con Di Natale, sin ser un nueve
al uso, sí que se aprovechó más la referencia-boya y buena muestra fue
su gol y otra gran ocasión que salió fuera por poco. A veces jugar con
delanteros no quiere decir que seas más ofensivo.
Andrea Pirlo: Todos, con razón, admiramos al
mediocentro y celebramos su estado de forma. Timón, guía, faro o CPU de
Italia, como lo queramos llamar fue clave para discutir a España la
posesión y se gustó dando una gran asistencia en el gol de su equipo. Y
es que sin tanta carga de partidos como Xavi, Iniesta, Cesc o Alonso el
medio italiano llega veterano quizás en el mejor momento de su carrera y
eso hace a su equipo peligroso.
Bonus tracks
- El pobre papel de los laterales españoles en la primera parte
- Las tres paradas de Casillas de las que pocos hablan
- Las llegadas de Marchisio
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