Si esperas leer una crónica o un análisis de alguna situación del
partido que disputaron ayer el Barça y el Madrid por una plaza en la
semifinal de la Copa, amigo, deja de leer, porque seguro que hay
alternativas mejores para saber y entender lo que aconteció anoche en el
Camp Nou.
Lo mío de hoy va por otros derroteros. Creo que podemos marcar aquel
abril de 2011 como punto de partida hacia una situación en la que las
previas y los postpartidos centradas principalmente en temas que, más
allá de que influyan o no directamente en el juego, han pasado por alto
casi por norma todo lo que se ha podido ver en estos últimos encuentros
entre el Barça y el Madrid.
Por eso, lamentablemente, creo que sólo el paso del tiempo, cuando
ambos equipos vuelvan a esa situación extrema en la que a uno le vaya
bien y al otro mal sobre el campo, cuando estas generaciones de
jugadores no estén y cuando los entrenadores den por cerrados sus ciclos
en sus respectivos equipos… cuando pase un tiempo, será entonces cuando
nos demos cuenta de qué tipo de partidos hemos vivido.
Luchas sobre el césped entre, prácticamente, los mejores en sus
posiciones dirigidos por los dos mejores directores, con estilos
opuestos y en donde la exigencia fue máxima. Serán los partidos de
nuestra generación, los que recordemos como el no va más si nos
referimos a un duelo puro entre dos equipos.
Pero lamentablemente, como os digo, haya que esperar a que pase mucho
tiempo para que podamos ser conscientes de lo que hemos vivido con
estos clásicos y los que nos quedan por ver a este nivel.
0 Comentarios