Rápidamente os cuento que voy algo atareado estos días con otras cosas y no he podido actualizar todo lo que me hubiera gustado. Arrancamos sin más demora con la Champions, nuestra competición favorita en Uno o Dos Toques.
Se disputaba la jornada tres para nuestros representantes y salvo el Sevilla, que sigue regalando demostraciones en su grupo (esperemos que estos alardes no le pasen factura más adelante), que ganó en su visita al Stuttgart de manera contundente (1-3), contamos el resto de los partidos que nos interesan por derrotas... pero cada una con sus matices.
El Atlético sigue comatoso y se llevó una goleada (4-0) en su visita a Stamford Brigde. Empezó bien, más o menos mientras el balón estuvo alejado de su portería, pero en el momento en el que el Chelsea aceleró un poquito se diluyó como un azucarillo y dio una tristísima imagen además de cerrar esta primera vuelta con un único punto, los mismo que el APOEL, con quien pinta que se va a jugar la tercera plaza si esto no cambia.
La principal noticia es que esta derrota le ha costado el puesto a Abel Resino y parece ser que Michael Laudrup sería el nuevo entrenador rojiblanco.
En cuanto a Barça y Madrid... perdieron en casa. Los azulgrana contra el Rubin Kazan en uno de esos partidos en que si los jugaras diez veces ganarías nueve; los blancos cayeron en la trampa del Milan y en unos últimos veinte minutos de locura y con muchos errores vio como Pato, la figura del choque, decidió que los puntos se marchaban a Italia (2-3).
A modo presentación de una colaboración que llevo unas semanas prestando en Don Balón, os pego mis dos artículos post-derrota de los dos gigantes del fútbol para su web:
El Barça perdió su primer partido oficial de la temporada y mucho se está escribiendo y analizando sobre el tema. Pero hay que darle un valor real a lo que supuso el que el equipo de Guardiola hincara la rodilla de una manera sorprendente (si no se entra a analizar el partido) ante un muy buen campeón de la liga rusa para entender cómo ha llegado el club catalán a este punto y cómo recuperar el brilló que ahora parece perdido.
En primer lugar el Barcelona ha llegado a ese peligroso punto que muchas veces se da en los clubs grandes en los que se habla de todo menos del próximo partido. Primero por estar sumido en la preparación para unas elecciones que se antojan intensas sin que todavía se haya iniciado tan siquiera el período pre-electoral: espionajes, bocetos de proyectos de posibles pre-candidatos más las apariciones mediáticas del presidente que quiere aprovechar su último tirón en los medios a nivel nacional son un caldo de cultivo que generan muchas noticias sobre el club que poco o nada tienen que ver con lo meramente deportivo. Después, aúncuando se habla de jugadores, jamás es por aspectos de su labor: ayer las renovaciones, hoy Messi está triste y mañana el inminente mercado de invierno. Todo esto descentra a los jugadores, aunque sea de manera indirecta. Que un jugador oiga hablar de él no por una buena actuación hace que dedique cuanto menos tres minutos a pensar en algo que no le interesa y planta la semilla de una duda que luego puede reflejar en el campo.
Y si bajamos al vestuario parece que se empieza a confirmar algo de lo que ya se habló en la recta final de la temporada pasada: el Barcelona tiene jugadores de primerísimo nivel, pero concentrados en una plantilla corta lo que ya ha provocado que se contradiga el mensaje oficial del club de que no se debía fichar en invierno, y así, se genera una leve inestabilidad: se dice una cosa diferente a la que realmente ocurre de puertas para adentro.
Personalizando, aunque sea injusto a estas alturas de temporada, Henry e Iniesta, distan mucho de los jugadores que acabaran el pasado curso debido a sus problemas físicos y a lo que les está costando coger el punto que los torna en desequilibrantes dentro del once inicial y jugadores como Bojan o el recién llegado Chygrynskiy han sufrido lesiones leves justo cuando empezaban a ganar peso en el once.
Luego está Guardiola, metódico, entregado y con ese punto de genialidad para los momentos difíciles que le permite sumar capítulos a su historia en Barcelona. De la Tercera División a la gloria absoluta en un sólo año... así que ¿qué se le puede pedir ahora? ¿Sería descabellado exigirle mantener el nivel? ¿Qué sería un fracaso para el Pep?. El épico éxito en la pasada campaña puede convertirse en el principal escollo del de Santpedor a lo largo de su carrera, incluso más allá del tiempo que este en Can Barça. Conocemos las virtudes del técnico: es muy profesional, cuida mucho el estado físico de su plantilla (quizás por su periplo en Italia, quizás por se conocedor de que no cuenta con muchos disponibles), siempre defiende a sus jugadores y suele obrar con bastante lógica y mano izquierda cuando le toca ser la 'voz oficial' del club en algunos aspectos.
Ahora bien, ¿conocemos los defectos de Guardiola? ¿Debemos tomar el presentarse en Mestalla sin un nueve como una locura de un genio o como una muestra de que quiere cuidar lo poco que tiene? ¿Por qué tarda tanto en hacer cambios (cuando los hace, que esa es otra) entonces?
Afortunadamente, de momento esta primera derrota es decisiva (pero podría complicar la vida europea de este Barça), ha venido casi en el nacimiento de la temporada y puede quedar en anécdota como quedo la sufrida ante el Shakhtar el pasado año, pero para que sea así, debe ser un punto de inflexión para que, aunque sea de puertas para adentro, haga que se cambien ciertas dinámicas que solventen todas las dudas que se hayan generado hasta la fecha en torno al rendimiento que va a dar este equipo.
Tanto se había ensalzado el choque entre el Madrid y el Milan en Champions por la historia individual y colectiva de ambos equipos en esta competición que se sabía que,fuera cual fuera el resultado, se iba a generar una alta cantidad de noticias, análisis y críticas (algunas más justificadas y lógicas que otras) en torno al equipo blanco.
Resulta que el Real Madrid perdió de manera sorprendente el partido y debido a quecontinúa sacando a pasear sus vicios adquiridos desde hace mucho tiempo y claro, produciéndose esto en un encuentro en el que todo el mundo del fútbol iba a estar pendiente, el debate habitual en cuanto a los defectos a pulir de los blancos se está magnificando, en ocasiones, por lo que se debe ubicar qué demuestra y qué no la segunda derrota oficial del Real Madrid.
Una vez más, el principal blanco de las críticas es el técnico chileno. Seguramente, como todos los entrenadores, tenga parte de culpa porque lo que se le exige a una persona en su cargo, a parte de hacer que el equipo juegue bien y gane, es que sepa leer el partido, corregir sobre la marcha los errores del planteamiento inicial o los detalles del rival que se le pudieran haber escapado y que estuvieran haciendo daño al equipo. Hasta aquí se le debería reclamar al 'Ingeniero'; más es injusto por las responsabilidades que realmente debe tener y por la altura de la temporada a las que estamos.
Porque Pellegrini debió mirar a su plantilla en el último entrenamiento y dispuso ante el Milan de lo mejor y más sano de lo que tiene disponible en este momento, y de esta confección de plantilla, por más que se quiera vender, no es firmante el ex del Vila-Real. Un equipo que se ha gastado una cantidad cercana a los trecientos millones de euros en fichajes y que presenta en un partido de Champions (en el que no tiene la clasificación asegurada) una banda izquierda formada por Marcelo y Drenthe (pese al gol) tiene un problema. Si además debe subir un par de marchas más para, primero, finiquitar y, después, remontar un partido como el de anoche y no tiene soluciones, además es que el problema es gordo. Y todo esto pasó ante, con todos los respetos, el peor Milan de los últimos veinte años, por no decir de su gloriosa historia.
Tampoco creo que ayude, ni muchos menos sirva de ayuda, el sanedrín informativo que rodea al Madrid. Cuando las cosas van bien desvirtúa la realidad del equipo, barre y esconde debajo de la alfombra todas las cosas citadas anteriormente, como si no existieran; pero cuando la cosa viene torcida, técnico y plantilla son señalados con el dedo acusador (bien, porque al fin y al cabo son los que están en el campo) perosiendo víctimas de unas críticas exageradas como si se necesitara una cabeza de turco, un único motivo que justifique los males del equipo. Incluso las intervenciones de directivos del club en los medios, en lugar de apostar por la paciencia y la cordura o de defender a los suyos de manera lógica, suelen dar carnaza o mirar lo que hace el vecino. Qué mal usado un instrumento tan potente como lo es el 'cuarto poder'.
De todos modos, al igual que lo ha sido para el Barça, esta derrota debe hacer que todos los estamentos del club, desde la plantilla hasta la presidencia, se mire hacia adentro, reconozcan errores y se centren en potenciar sus virtudes en pos de lograr los objetivos marcados a corto plazo. Porque el principal problema del Real Madrid a día de hoy es de actitud: tiene una plantilla (descompensada pero) fantástica, un entrenador coherente y una dirección que es capaz de realizar imposible a diario... pero los fallos puntuales que cuestan goles y las lagunas de juego (lo que le separa de la tan ansiada 'excelencia') son herencia de épocas con más urgencia y que debe ser erradicada por los propios jugadores. El Real Madrid, por su historia y potencial, no debe especular con el resultado ni dar por muerto a un rival nunca. Esta debe ser su filosofía y su tan comentado personalidad en el campo.
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